El Centro Internacional de Matemáticas Puras y Aplicadas (CIMPA) estudia expulsar a nuestro país, que desde 2019 incumple sus compromisos económicos
España pertenece desde 2010 a este centro de la UNESCO, dedicado a la promoción de la investigación en matemáticas en países en desarrollo y al que aportaba 30.000 euros anuales
El Comité Español de Matemáticas (CEMat) advierte del daño que esta situación causa a la imagen exterior de España en materia de ciencia y cooperación
Mañana 5 de julio se celebra la Asamblea General de CIMPA, centro de investigación de la UNESCO dedicado a la promoción de la investigación matemática en países en desarrollo, en la que los representantes españoles volverán a ser interpelados por el impago de las aportaciones anuales por parte del Gobierno de España. La situación ha llegado hasta el extremo de que, como punto del orden del día, se abordará la toma de una decisión sobre la permanencia de España en esta institución.
Hasta la fecha, las sociedades matemáticas han cumplido con sus compromisos de financiación, pero no ocurre lo mismo con la aportación correspondiente al Gobierno de España, cuya situación de impago se remonta al año 2019, a pesar de los reiterados llamamientos por parte de los matemáticos y matemáticas de nuestro país, que aseguran sentirse profundamente avergonzados.
Ayuda a países en desarrollo
CIMPA, con sede en Niza, se ha convertido desde su fundación en una referencia en su campo. Su actividad principal son las Escuelas de Investigación (Escuelas CIMPA), acciones temáticas de formación que tienen lugar en países en desarrollo donde haya proyectos de investigación viables. CIMPA organiza también cursos especializados y financia becas para que futuros matemáticos completen su formación en centros de prestigio. Todo ello bajo el estricto control y supervisión de sus Comités Científico y Ejecutivo. Desde su creación en 1978, CIMPA ha financiado más de 340 Escuelas en 62 países diferentes, además de numerosos cursos temáticos y becas.
España fue en 2010 el primer país en sumarse a Francia, país fundador, como miembro de CIMPA (ver lista). Posteriormente lo hicieron Noruega y Suiza, y recientemente, Alemania. La integración de España se llevó a cabo a través de un acuerdo marco asumido por el ministerio competente en temas científicos (Ciencia e Innovación) que entonces presidía Cristina Garmendia, y en el que España se comprometía a aportar financiación anual a CIMPA y a colaborar activamente en su estructura.
Esta segunda parte del acuerdo se viene cumpliendo por parte de la comunidad matemática española, que tiene en la actualidad tres miembros integrados en el Comité Ejecutivo como responsables científicos y presencia permanente en el Comité Científico. Además, un español (el Dr. Iván Área) fue secretario general durante un periodo reciente y nuestro país ha acogido varias reuniones de los órganos de dirección de CIMPA, entre ellas la última presencial antes de la pandemia celebrada en enero de 2020 en Valladolid.
Los beneficios de la pertenencia de España a CIMPA han sido innegables, al proyectar la imagen de un país comprometido con la cooperación en materia de ciencia, lo que se añade al gran impacto científico de nuestra labor en los países beneficiarios de las actuaciones de CIMPA, muchos de ellos países hermanos de Latinoamérica (ver dossier). Todo ello a cambio de una aportación económica de tan solo 30.000 euros anuales, una cantidad modesta si se compara con los 237.000 euros de Francia o los 130.000 euros de Suiza en 2020. Pero desde 2019, el Gobierno de España ha dejado unilateralmente de satisfacer esa contribución y ahora la preocupación de la comunidad matemática española resulta extrema.
Conversaciones con el Ministerio
El Comité Español de Matemáticas (CEMat), que aglutina a las sociedades matemáticas españolas, trabaja desde hace tiempo para reconducir la situación con el Ministerio de Universidades, que asumió la competencia de gestión tras la escisión del antiguo Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Sin embargo, la única respuesta obtenida ha sido que al Gobierno de España no le parecía un compromiso ineludible. Los intentos con la AECID han sido igualmente infructuosos y se ha puesto la situación en conocimiento de los distintos grupos parlamentarios.
“En cada reunión de CIMPA, los matemáticos españoles (miembros individuales de CIMPA o representantes de sociedades matemáticas) somos interpelados sobre esta situación y tenemos que confesar, con vergüenza, que nuestros esfuerzos están siendo estériles”, subrayan desde el CEMat. “Son numerosos los matemáticos españoles que, de forma altruista, vienen contribuyendo al desarrollo de las actividades de CIMPA y supone un duro golpe ver que nuestro país se desentiende, sin dar explicaciones, de su participación en una institución científica prestigiosa dedicada a la cooperación internacional en el ámbito de las Matemáticas con países en vías de desarrollo en África, Latinoamérica y Asia”, añaden.
Desde el CEMat encuentran “aún más incomprensible que esto ocurra bajo un Gobierno que supuestamente aboga por el incremento del presupuesto asignado a la ciencia y a la cooperación internacional, más aún en estos tiempos marcados por la pandemia, en los que ha quedado patente la necesidad de promocionar la ciencia como única forma de avanzar globalmente en las metas de equidad y de reducción de desigualdades y brechas de género”.Por todo ello, apelan a la sensibilidad de las instituciones del Estado para reconducir esta situación que, advierten, “daña notablemente la imagen exterior de España en materia de ciencia y de cooperación”.