El Centro de Investigación Marina de la UA estudia la invasión del cangrejo azul en el Mediterráneo

El cangrejo azul americano (Callinectes sapidus), una especie exótica invasora que se ha expandido por todo el Mediterráneo, es objeto de estudio del Centro de Investigación Marina (CIMAR) de la Universidad de Alicante. Desde que en el año 2012 apareciera en el Delta del Ebro, este cangrejo originario del Atlántico americano se ha expandido por mar, ríos y humedales de toda la Comunidad Valenciana gracias a su alta tasa de fecundidad y supervivencia y la ausencia de depredadores.

Carmen Barberá, investigadora del Centro de Investigación Marina (CIMAR) asegura que actualmente existe una colaboración entre la comunidad científica y los organismos de gestión para definir medidas de control, “pero su expansión va más deprisa que la actividad científica y los esfuerzos de la Administración. Este cangrejo tiene, potencialmente, unas tasas elevadas de fecundidad y supervivencia, lo que podría justificar también su éxito en el establecimiento en esta zona”.

La flota pesquera artesanal es uno de los sectores más afectados, ya que el cangrejo destroza las redes cuando son capturados, de forma accidental. El estudio nace a raíz de la demanda de la Cofradía de Pescadores de Guardamar. En la zona de Guardamar y Santa Pola se pesca en verano y con trasmallo langostino y sepia. En este sentido, una de las medidas de control de su expansión, sugiere la investigadora, “podría ser la autorización de su pesca con nasas más específicas y que sustentara una modalidad pesquera, como sucede en el Atlántico americano, de donde procede el cangrejo. Estamos trabajando con los pescadores para que prueben diferentes tipos de nasas”.

La problemática es parecida en otros puntos geográficos. En La Albufera de Valencia y en el Mar Menor está causando problemas todo el año “porque pescan también en invierno”, aclara.

CIMAR y Ayuntamiento de Santa Pola

El Centro de Investigación Marina (CIMAR) de la Universidad de Alicante-Ayuntamiento de Santa Pola, colabora activamente con el Parque Natural de las Salinas de Santa Pola en el seguimiento sobre la distribución de esta especie invasora en este humedal protegido, lugar donde se capturó por primera vez en el año 2014. El estudio sobre el cangrejo azul está incluido dentro de la línea de investigación sobre Seguimiento de especies exóticas.

“En estos momentos la investigación se ha centrado en conocer las migraciones que realiza el cangrejo desde el mar hacia aguas dulces y viceversa, con motivo de su reproducción”, asegura la científica. Se conoce su patrón de comportamiento en el área de distribución natural en zonas litorales y estuáricas: en verano las hembras se desplazan al mar para realizar las puestas. Los huevos necesitan cierta salinidad para eclosionar y que salgan las larvas. A principios del otoño las hembras migran junto a los juveniles a masas de agua dulce. Barberá precisa que uno de los objetivos es “definir muy bien donde está en cada momento”.

Para el estudio, el CIMAR cuenta con la colaboración de la Cofradía de Pescadores de Guardamar, cuya flota artesanal captura accidentalmente cangrejos en la desembocadura del Rio Segura, lugar de caladeros habituales de pesca de langostino con enmalle, crustáceo que se piensa es una de las presas preferidas del cangrejo cuando este migra al mar.

La investigadora indica que, a nivel oceanográfico, es difícil justificar cómo se ha expandido del Delta del Ebro hacia el sur, “porque las corrientes no van en este sentido. Hay que pensar más en un vector humano, como puede ser las aguas de lastre de los barcos”. A nivel ecológico “el impacto puede ser más elevado en los humedales y salinas, ya que son ecosistemas más cerrados donde cualquier cambio afecta con más intensidad. En el mar existe un mayor problema socio-económico, ya que afecta a los pescadores al destrozar las redes y hacerles perder días de faena”.

Objetivo: conocer su ecología en las nuevas áreas de invasión

El objetivo del estudio es conocer su ecología en estas nuevas áreas geográficas y ambientes que ocupan como especies exóticas o “alien”, donde, y es lo más peligroso, podría ocurrir que no tengan factores limitantes al crecimiento de sus poblaciones, como puede ser la competencia, depredadores, temperatura, etcétera. Para ello, se ha diseñado un plan de muestreo simultáneo en diferentes ecosistemas conectados, como son las aguas dulces del humedal del Hondo de Elche, los canales de aguas salobres e hipersalinas de las Salinas de Santa Pola y en las aguas estuáricas-marinas de la desembocadura del Segura en Guardamar. Los resultados de la investigación se publicarán próximamente, al tiempo que los investigadores siguen trabajando en ello. Isabel Esteso, estudiante que está realizando su trabajo de fin del master sobre el cangrejo azul, es una de ellos. En su estudio, entre otros, recopila datos como son la medición de temperatura del agua donde se hallan los cangrejos, del nivel de oxígeno, de la salinidad y el Ph.

Los investigadores tienen localizados todos los puntos donde está el cangrejo. “Se ha muestreado desde la desembocadura del río Segura (en Guardamar) hasta el Hondo de Elche y ha aparecido en todas partes”, asegura la científica del CIMAR.

Para tratar de responder a preguntas como son ¿qué come?, ¿quién se lo come?, ¿qué limita el crecimiento de sus poblaciones?, ¿cuándo y cómo es más eficiente su captura?, ¿es rentable su comercialización y, serviría como medida de control? desde el CIMAR se ha solicitado al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades un proyecto nacional “Ecología e impacto del cangrejo atlántico azul en lagunas y zonas costeras del Mediterráneo español (ECESIS) / Ecology and Impact of the Atlantic Blue Crab In Spanish Mediterranean Coastal Lagoons and Adjacent Waters (ECESIS)”, resolución que esperan conocer en enero de 2019.

En este proyecto nacional participan también la Universidad Politécnica de Valencia y el Instituto Español de Oceanografía (Centro Oceanográfico de Murcia), y será coordinado por la investigadora Silvia Falco Giaccaglia, de la UPV. El resto de investigadores principales son Elena Guijarro García, del Instituto Español de Oceanografía, Centro Oceanográfico de San Pedro del Pinatar, en Murcia; Alfonso Ramos Esplá, del CIMAR-UA; y Francisca Giménez, de la UA. Además, los científicos cuentan con el apoyo del sector pesquero, para estudiar el impacto ecológico y socio-económico de la proliferación del cangrejo en diferentes ecosistemas de humedales y ambiente marino de la Comunidad Valenciana y Región de Murcia. Este proyecto está incluido en la línea de Proyectos de I+D de Generación de conocimiento y Proyectos de I+D+i Retos investigación, que concede la Agencia Estatal de Investigación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, dentro de las Convocatorias 2018.

Son muchos los factores que hay que tener en cuenta. No hay que olvidar que es una especie invasora ya establecida en el Mediterráneo, según datos de registros en “CIESM Atlas of Exotic Species in the Mediterranean, y cualquier actuación errónea podría facilitar, aún más, su expansión.

Detectado en Alicante en 2014

2014 fue el año de su detección en la provincia de Alicante, tanto en Guardamar como en Santa Pola. Antes, en el año 2012, se vio en el Levante mediterráneo, en el Delta del Ebro. Sí se tiene conocimiento en la zona de Túnez; en Turquía, desde los años 40 del siglo XX. Pero este cangrejo es americano, originario del Atlántico Norte. En EEUU es una pieza más de pesca. Claro que, precisa Carmen Barberá, “allí se pesca con un arte de pesca especial”. Se desconoce cómo llegó al Mediterráneo. Los investigadores piensan que lo más plausible es que haya llegado en las aguas de lastre de los barcos. Pero también se sabe que se experimentó con su cultivo de Turquía. El hecho es que ahora mismo está por toda la zona mediterránea y estrecho de Gibraltar.

El cangrejo azul se caracteriza ser muy agresivo, tener las pinzas muy duras y cortar con mandíbulas fuertes con las que devora, pudiendo comerse otro cangrejo. Los investigadores han llegado a la conclusión, analizando contenidos estomacales, que estos cangrejos se comen entre ellos. Por contra, al ser de metabolismo muy acelerado y hacer la digestión muy rápida, se dificulta el análisis del contenido. “Todo lo que han digerido anteriormente al cebo es difícil de detectar en los contenidos estomacales”, afirman Carmen e Isabel. “Todavía no sabemos de qué se están alimentando en agua dulce; en el mar, parece ser que fundamentalmente de langostino”, aclaran.

Algunos de estos cangrejos pueden llegar a medir más de veinte centímetros de extensión, de extremo a extremo de sus patas, y pesar más de 450 gramos de adulto. Están camuflados de día y pescan de noche. Los científicos no han notado interacción con otras especies objetivo de pesca, pero está siendo difícil analizar esto porque los pescadores evitan las zonas donde hay más cangrejo.

Sí se conoce que en verano está en el mar y luego migra hacia agua dulce, encontrándose en invierno en azarbes, ríos, embalses de las Salinas de Santa Pola al Hondo de Elche. Si bien en la zona de Alicante se han extraído, como mucho, diez cangrejos de una vez atrapados en las redes, en el Delta del Ebro están sacando, con arrastre, diez kilos todos los días, a unos doscientos gramos de peso por cangrejo.

En la zona de la Albufera, que es de aguas salobres, están dentro en invierno, mientras en verano se trasladan a zona marina. En Murcia, los cangrejos están en el Mar Menor, que es hiper salino. En esta zona también están teniendo muchos problemas los pescadores, ya que pescan langostino y las redes son muy finas. Los cangrejos están en la desembocadura del río y, si se quedan atrapados, rompen las redes. En el Atlántico norte sí se sabe tienen sus depredadores, sin embargo, aquí no se sabe que tenga.

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