Demuestran una ruta biosintética de producción de carotenoides C30 en bacterias que usan como precursor el escualeno. El hallazgo permite establecer nuevas relaciones en la evolución de la síntesis de estas moléculas e identifica nuevas propiedades en ácidos carotenoicos
Un reciente estudio de investigación desarrollado en el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (CABD) y liderado por Elena Rivas, del Departamento de Biología Molecular e Ingeniería Bioquímica en la UPO, y por Damien Devos (CSIC), identifica que el escualeno, tradicionalmente asociado con la biosíntesis de compuestos como el colesterol, y crucial para la aparición de organismos eucariotas, es el precursor de los carotenoides C30 en una gran cantidad de bacterias.
Los carotenoides son pigmentos naturales del grupo de los isoprenoides o terpenos, lípidos presentes en organismos procariotas y eucariotas. Son sintetizados por todas las plantas, además de algunos hongos y bacterias, y son importantes en la fotosíntesis, en la dinámica de las membranas celulares y en la adaptación al estrés oxidativo (efecto antioxidante). Como pigmentos, son responsables de la coloración amarilla, naranja y roja de muchos frutos y vegetales, atrayendo a los animales para que mediante su consumo contribuyan a la dispersión de las semillas.
Algunos de ellos son también valiosos como nutrientes, caso del beta-caroteno que se transforma en vitamina A una vez que lo ingerimos. Estas propiedades les han conferido un importante papel en la evolución, además de ser ampliamente utilizados por la industria farmacéutica y alimentaria.