Biocarbón: una solución ecológica para la recuperación de suelos contaminados

Un estudio en el que participan el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla (IRNAS-CSIC), ha analizado la efectividad del biocarbón, un material artificial producido a partir de biomasa vegetal o animal, en la recuperación de suelos contaminados. Los resultados del estudio muestran la efectividad del material en suelos contaminados.

Biocarbón.

“El biocarbón, es un producto sólido obtenido mediante pirólisis (transformación térmica) de la biomasa, que presenta una resistencia a la biodegradación semejante a la del humus natural de los suelos. Tiene muchas características en común con el carbón vegetal, pero se obtiene mediante calentamiento en condiciones industriales controladas, con bajas proporciones de oxígeno, que favorecen un rendimiento mucho más elevado al reducirse la pérdida de peso en forma de dióxido de carbono y agua”, explica Gonzalo Almendros, investigador del MNCN que participa en el estudio.

“Por su resistencia a la biodegradación y su estructura microporosa, que le confiere una gran capacidad de retención de moléculas libres en la solución del suelo, el biocarbón ayuda a recuperar suelos contaminados al reducir la movilidad y biodisponibilidad de los contaminantes. Frente a la aplicación directa en el suelo de los residuos de las cosechas sin transformar, que se degradan en pocos meses liberando dióxido de carbono a la atmósfera, el biocarbón constituye una alternativa más sostenible”, puntualiza el investigador.

Este estudio se centró en la aplicación de biocarbón en suelos ácidos contaminados por metales pesados, analizando su efecto sobre la composición de la materia orgánica preexistente, especialmente en los ácidos húmicos, que constituyen la fracción de estructura molecular más compleja con mayor capacidad de asociarse a los otros componentes orgánicos o minerales del suelo.

Efecto del biocarbón en suelos contaminados.

“El experimento se llevó a cabo en 12 parcelas de suelos desarrollados a partir de sedimentos aluviales, fluvisoles, en el Corredor Verde del Guadiamar, al suroeste de España, que presentaban niveles de contaminación por metales pesados moderados y altos. En estas parcelas se aplicaron dosis equivalentes a 8 toneladas/hectárea de biocarbón preparado a partir de hueso de aceituna o de cascarilla de arroz”, indica José María de la Rosa, investigador del IRNAS-CSIC.

“Tras 22 meses desde la aplicación de los biocarbones, observamos un aumento notable en la capacidad de retención de agua del suelo, en el contenido de carbono orgánico total y en el pH. Los datos obtenidos muestran una mayor estabilidad de la materia orgánica del suelo, e indican que el biocarbón, a corto plazo, apenas se incorpora a la fracción de ácidos húmicos, sino que permanece estable en el suelo en forma de partículas insolubles a todos los valores de pH, donde se retiene gran cantidad de contaminantes”, concluyen los investigadores.