El Ayuntamiento de Almería no quiere quedarse atrás en la celebración del Día Internacional de los Museos, y se apunta a esta iniciativa con una muestra pictórica compuesta por tres obras que están consideradas entre las piezas más valiosas del patrimonio municipal. Se trata de tres pinturas de autores andaluces, dos almerienses, Pedro Antonio Martínez y Francisco Alcaraz, y el granadino José Guerrero, uno de los artistas españoles más valorados fuera de nuestras fronteras por su aportación al expresionismo abstracto neoyorquino. La muestra llega el lunes al Centro de Arte Museo de Almería (CAMA), donde estará hasta el 24 de mayo. Estas tres obras no se habían mostrado públicamente hasta ahora y constituyen parte de las piezas artísticas más valiosas con las que cuentan los fondos del Ayuntamiento.
La adquisición más reciente de las tres es un pequeño y preciosista óleo titulado “Cabeza de niña”, de Pedro Antonio Martínez, pintor pulpileño de principios del siglo XX que quizá resulte un desconocido para la mayoría de los almerienses, a pesar de la relevancia que alcanzó fuera de nuestras fronteras, habiendo sido adquiridas algunos de sus trabajos por diferentes museos americanos y por el Museo del Prado. La obra que ahora se puede ver en el CAMA fue adquirida por el Consistorio almeriense en diciembre de 2007.
Por su parte, otro retrato al óleo, también de pequeñas dimensiones pero de impecable factura y técnica, es el titulado “El poeta Francisco Villaespesa”, debido al indaliano Francisco Alcaraz y realizado en 1985 para el homenaje póstumo que al año siguiente le tributó la madrileña Academia Libre de Arte y Letras de San Antón al también indaliano Jesús de Perceval.
Por último, José Guerrero fue sin duda uno de los más valorados y relevantes artistas españoles del siglo XX. Influido por el expresionismo abstracto estadounidense, cuya nacionalidad adquirió a principios de la década de los 50, Guerrero alcanzó fama internacional como pintor y grabador, siendo nombrado además Caballero de las Artes y las Letras por el gobierno francés en 1959. Hay obras suyas en el Museo Guggenheim de Nueva York y en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid), entre otros muchos. La obra gráfica que posee el Ayuntamiento se enmarca dentro de su estilo expresionista más reconocible, con fuerte protagonismo del cromatismo y las características manchas de color que definían inequívocamente su estilo.
