En los primeros años de vida se forma lo que los especialistas en psicología se llama apego evitativo. Se trata de una estrategia de autoprotección basada en la autosuficiencia emocional que, si bien es importante en el desarrollo de niños faltos de cariño, puede tener consecuencias en la etapa adulta, como falta de confianza y dificultad para la intimidad.

Entre los jóvenes es frecuente escucharles que se identifican con diversos tipos de apego. Uno de ellos es el llamado apego evitativo que “nace como una estrategia de protección emocional en contextos donde las necesidades afectivas del niño no fueron reconocidas ni satisfechas”, señala la doctora en Psicoterapia, académica de psicología experimental y neurociencias del Departamento de Psicología y jefa de carrera de Psicología en la Universidad de Chile, Vanetza Quezada Scholz.
La también coordinadora del Diplomado de Postítulo Formación en Terapia Cognitivo Conductual explica que, aunque quienes lo presentan suelen parecer independientes y seguros, “en realidad temen la vulnerabilidad y el rechazo, lo que los lleva a evitar el contacto emocional profundo”.
Consecuencias negativas del apego evitativo
Y, agrega que este estilo de apego “puede afectar gravemente la calidad de las relaciones en la adultez, dificultando la intimidad y la confianza con la pareja, amigos o familia”.
Actualmente, el tratamiento para esto, implica “ayudar a la persona a reconocer sus patrones de relación y a explorar la historia de aprendizaje emocional”, que podría haber dado origen a mecanismos de afrontamiento, según dice la académica FACSO. “La psicoterapia es una herramienta eficaz para transformar estos patrones y permitir que las personas se vinculen desde un lugar más seguro y flexible”, dice la especialista.
Y cierra en entrevista con Prensa U. de Chile, la profesora Quezada, que “las relaciones humanas sanas están asociadas a mayor bienestar emocional y físico. Por eso, aprender a confiar y a conectarse emocionalmente puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida”.
¿Qué es el apego evitativo?
El apego evitativo es un patrón de vinculación emocional que se forma, generalmente, en los primeros años de vida. Se desarrolla cuando un niño o niña experimenta que sus necesidades afectivas no son respondidas de manera consistente por sus cuidadores, ya sea por rechazo, frialdad o distancia emocional. Frente a esta falta de disponibilidad afectiva, el niño aprende a inhibir la expresión de sus emociones y a volverse autosuficiente, como una forma de protegerse del dolor que implica sentirse rechazado/a o ignorado/a.
En la adultez, este estilo de apego se traduce en una tendencia a evitar la intimidad emocional, mantener distancia en las relaciones cercanas y valorar la independencia por sobre la conexión afectiva. Las personas con apego evitativo pueden sentirse incómodas cuando alguien se acerca demasiado, prefieren no hablar de sus emociones y suelen desconfiar de la capacidad de los otros para brindar apoyo.
¿Cómo identificar a una persona que tiene este tipo de patrón de relación?
Las personas con apego evitativo, también conocido como apego evitativo-rechazante, suelen mostrar una marcada incomodidad frente a la cercanía emocional o la vulnerabilidad. En el contexto de relaciones románticas o de amistad, tienden a mostrarse autosuficientes, a minimizar la importancia del vínculo y a evitar conversaciones profundas sobre sus emociones.
Pueden parecer frías o distantes, y a menudo rechazan o no comprenden las necesidades emocionales de los demás. Es común que se sientan incómodas al recibir muestras de afecto o al ver que alguien depende emocionalmente de ellas. Durante momentos de estrés, en lugar de buscar apoyo, tienden a retraerse o a resolver todo por sí solas. Aunque en la superficie parezcan seguras, muchas veces esta actitud es una estrategia defensiva para evitar el miedo al rechazo o a la dependencia.

¿Qué consecuencias tiene si no se trata?
Cuando el apego evitativo no se reconoce ni se trabaja, puede tener consecuencias importantes en la vida emocional y relacional de una persona. Las dificultades para establecer vínculos cercanos y de confianza pueden generar relaciones superficiales, conflictos de pareja, sensación de soledad y aislamiento emocional.
A nivel interno, estas personas pueden experimentar una desconexión con sus propias emociones, baja tolerancia al malestar emocional y una tendencia a evitar enfrentar sus necesidades afectivas. Esta evitación emocional también puede afectar su salud mental, aumentando el riesgo de ansiedad, depresión y dificultades en el manejo del estrés, especialmente cuando se enfrentan a situaciones que exigen cercanía, cooperación o apoyo emocional.
Terapias para trabajar este patrón de vinculación
El tratamiento del apego evitativo implica ayudar a la persona a reconocer sus patrones de relación y a explorar la historia de aprendizaje emocional que dio origen a esos mecanismos de afrontamiento. Las psicoterapias basadas en el apego, el enfoque psicodinámico, la terapia cognitivo-conductual (TCC) y algunas terapias centradas en el trauma han mostrado buenos resultados.
En estos enfoques, el terapeuta busca crear una relación segura y confiable que permita al paciente explorar sus emociones, cuestionar sus creencias sobre los vínculos y practicar nuevas formas de relacionarse. Se trabaja el reconocimiento y validación de las propias necesidades afectivas, el desarrollo de la confianza en los demás, y la expresión emocional como herramienta de conexión.
En el caso de niños, se utilizan intervenciones como la psicoterapia diádica (niño-cuidador), la terapia de interacción padres-hijos (PCIT) y el juego terapéutico, que apuntan a mejorar la relación con sus cuidadores y a desarrollar una base de apego más segura.
Cuáles son los otros tipos de apego
Además del apego evitativo, la coordinadora del Diplomado de Postítulo Formación en Terapia Cognitivo Conductual, Vanetza Quezada, existen otros tres tipos de apego descritos por la teoría del apego:
- Apego seguro: Se forma cuando los cuidadores son sensibles y disponibles emocionalmente. Las personas con apego seguro se sienten cómodas con la cercanía, confían en los demás y pueden expresar sus emociones de forma abierta. Tienen relaciones estables, manejan bien el estrés y son capaces de pedir y ofrecer apoyo emocional.
- Apego ansioso (o ambivalente): Se da cuando el cuidado recibido es inconsistente: a veces presente, otras veces ausente. Estas personas temen ser abandonadas, necesitan constante reafirmación de afecto y suelen preocuparse excesivamente por sus relaciones. Suelen mostrar mucha intensidad emocional y una fuerte necesidad de cercanía.
- Apego desorganizado: Es un estilo más caótico, que suele relacionarse con experiencias tempranas traumáticas, como abuso o negligencia severa. Las personas con este estilo tienen conductas contradictorias, oscilan entre el deseo de acercarse y el impulso a alejarse, y pueden tener grandes dificultades para regular sus emociones.