El agua, la gran olvidada

Ohasis de Sierra Almahilla.

Almería, tierra desértica y acosada  por el sol, que ha tenido que sobrevivir y reinventarse cada día para ganarle la batalla a la escasez de agua, y que sin embargo, está llena de vida. He de confesar, que ha sido hace bien poco cuando realmente me he empezado a preguntar cómo es posible que en Almería, donde  apenas llueve al año, podamos abrir el grifo tantas veces como queramos, y salir siempre una cantidad de agua que parece ilimitada. Cabría pensar, y a la vista del vasto Mar Mediterráneo, que es él quien nos abastece con la desalación de sus aguas.

Sin embargo, esto no es así. Tan sabia es nuestra naturaleza, que cuando el hombre  se enorgullecía por la creación de los embalses, que permitían almacenar el agua de lluvia a lo largo de los años, ella ya los usaba desde hacía  tiempo.

 

En Almería, esta forma que tiene la naturaleza de almacenar agua de lluvia, es un tanto peculiar ya que, no se puede apreciar a simple vista, ni tampoco localizar como un embalse por ejemplo, sino que se esconden bajo tierra como si de un tesoro se tratara. Estos son los llamados Acuíferos o embalses subterráneos.

La permeabilidad de los terrenos, permite al agua de lluvia filtrarse a través de los mismos hasta llegar  a las entrañas de la tierra donde allí se quedan, sumidas en el más profundo silencio y oscuridad y donde aguardan fielmente desde tiempos inmemoriales, a que el hombre se abastezca con ellas en una tierra donde apenas llueve.

Este hecho pone de manifiesto que Almería no siempre fue una tierra desértica. Hubo un tiempo en el que las aguas fluían abundantes por nuestra geografía, siendo hoy las aguas de los acuíferos que nos abastecen,  las principales testigos de aquel viejo esplendor.

Indagando un poco más acerca del apasionante mundo de las aguas subterráneas, y debido a la relevancia que estas adquieren en nuestra provincia, explicaré brevemente en qué consiste el proceso kárstico. La acción del agua sobre determinados tipos de roca va fracturando y disolviendo a ésta, permitiendo al agua filtrarse hacia el interior por las grietas que va creando. Una vez allí dentro, el agua no se detiene, sino que continúa su recorrido creando intrigantes pasadizos subterráneos y tenebrosas cuevas hasta su final depósito en los acuíferos, o bien  salen de nuevo al exterior, en forma de manantiales o simples surgencias. La mayoría de los procesos Kársticos se dan en rocas carbonatadas (calizas y dolomías). Sin embargo, no tan común, aunque también los yesos, las sales o el hielo, por poner unos ejemplos, son susceptibles de sufrir este proceso de Karstificación. En Almería, uno de los tesoros que existen, es el Paraje Natural del Karst en Yeso de Sorbas. Allí, cualquiera que vaya tiene la oportunidad de hacer el mismo recorrido que el agua ha hecho a lo largo de los siglos, y de contemplar las maravillas que ha ido creando y modelando a su paso. Es difícil poder describir con palabras, la sensación que produce introducirse en el interior de la tierra y recorrer estrechos pasadizos subterráneos, acompañado tan sólo por el sonido de tu propia respiración y pudiendo ver tan sólo aquello a lo que tu frontal alcanza a iluminar. El brillo y la transparencia de los yesos, te hacen creer que estás rodeado de inmensos diamantes o bien de agua que se quedó cristalizada a su paso. El rio causante de éste fenómeno en Sorbas, es el Río Aguas, cuyas refrescantes aguas pueden disfrutarse en los Molinos de Río Aguas, un pintoresco lugar de paso obligado.

Hablemos ahora de cuando estas aguas subterráneas, se revelan y resisten a aguardar bajo la corteza solitarias, en lo que ya conocemos como los Acuíferos. Es entonces cuando buscan cualquier conducto o bien arrasan con todo lo que se interponga en su camino para salir al exterior, dando vida a cuanto las rodean. Los manantiales, así llamados,  representan los rebosaderos del agua que circula por el interior de la tierra, constituyendo la principal manifestación externa de las aguas subterráneas.  En ocasiones, estas aguas se encuentran a una temperatura superior a los 5ºC de la temperatura ambiente de la zona, llamándose en estos casos termales. En Almería, también tenemos unas cuantas de éstas.

Por poner algunos ejemplos, he de destacar los Baños de Sierra Alhamilla, un Oasis en medio del desierto. En este increíble lugar, brotan aguas a 58ºC siendo las más calientes de todos los manantiales termales de Andalucía. Por aquí pasaron fenicios, romanos y finalmente árabes, conocedores de las propiedades de aquellas misteriosas aguas. En la actualidad, los restos de estas civilizaciones perdidas, han renacido gracias a la acción que en su día llevó a cabo el Obispo de Almería D. Claudio Sanz y Torres y Ruiz Castañedo, reconstruyendo  sobre las ruinas existentes el actual Balneario de Sierra Alhamilla en el año 1.777.

Otro lugar digno de mención, es la Balsa de Cela, situada a unos 3 Km del municipio de Tíjola. Es un manantial natural con forma redondeada, que tiene un caudal constante de 42 litros por segundo y cuyas aguas brotan a unos 27ºC aproximadamente.  A pesar de que a simple vista parece una piscina, cuando los pies se ponen en contacto con el fango y el barro de su fondo, te acuerdas enseguida que se trata de un espacio natural, donde los peces te acompañan en el baño de sus cristalinas y relajantes aguas.

Por último, no puedo dejar de mencionar un curioso lugar que he descubierto hace poco: las Fuentes de Marbella en Berja. Se trata del manantial más abundante de Almería,  con un caudal muy superior a los 100 litros por segundo y que a su vez, da vida al único curso fluvial permanente de la provincia, el Río Grande o Río Adra. A la luz de estos datos, podría pensarse y muy acertadamente, que este lugar tiene un enorme valor ambiental y paisajístico, y aún más en una tierra árida y falta de agua como lo es Almería. Por eso, mi primera impresión al llegar allí fue de horror, seguida de una profunda pena al comprobar, cómo los vecinos del lugar, que tan preocupados debían estar por el agua como lo estoy yo y deberían cuidar su entorno, utilizan este bonito y único lugar en Almería, como un vertedero y lavadero de coches. Debiendo ser quizás el sitio más apreciado y cuidado de la provincia, parece un lugar olvidado, abandonado, donde sólo van aquellos que quieren deshacerse de algo. No hay un solo rincón donde no te encuentres desechos de personas inconscientes, que no aprecian su entorno y que por tanto no son dignos de él.

Podría seguir hablando de muchos más lugares maravillosos e insospechados, pero con éste pequeño artículo espero haber despertado vuestra curiosidad, y que por tanto, los vayáis descubriendo por vosotros mismos y los valoréis y cuidéis como merecen.

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