Esta obra, enmarcada en la VI edición del Programa Estable de Teatro Aficionado, que organiza el área de Cultura del Ayuntamiento de Almería, llenó de sensualidad el ambiente, a través de los delicados y suaves movimientos de algunos de sus personajes, ayudados de vaporosas telas y mantillas, y de un insinuante juego de sombras. La música también tuvo su protagonismo durante la velada para formar algunas de las vistosas coreografías que las actrices interpretaron sobre las tablas del teatro Apolo.
En este sentido, la sobriedad del escenario, fue compensado por el juego de luces, donde contrastaban los claroscuros con las tonalidades anaranjadas y rojizas, en función de la intensidad que requería cada momento.
La historia comienza con la muerte del segundo marido de Bernarda Alba, personaje al que da vida María Elena Ramírez, tras lo que decide guardar ocho años de riguroso luto, en los que sus tres hijas, Angustias, Martirio y Adela, no podrán pisar la calle. La rigurosidad de Bernarda en el cuidado de sus hijas es tal que las tras mujeres se sienten atrapadas y enterradas en vida. Una sensación que parece comenzar a evadir Angustias, a la que comienza a pretender Pepe el Romano. Sin embargo, mientras Pepe pretende casarse con Angustias por ser la que tiene más dinero de las tres hermanas, mantiene relaciones a escondidas con Adela, la menor de las hijas de Bernarda. El triángulo amoroso termina de complicarse al enamorarse también Martirio de este hombre que termina desmoronando las vidas de la casa de Bernarda Alba.
Angustias, personaje al que dio vida Mar Campra, es una mujer de 39 años, fruto del primer matrimonio de Bernarda. Una mujer delicada y dulce. Martirio, interpretada por Dita Ruiz, es una joven de 24 años de personalidad complicada, enamoradiza y tendente a la depresión. Mientras que Adela, papel interpretado por Sofía Cara, es una joven de 20 años, que desafía el poder de su madre a la que no quiere someterse, siendo pura vitalidad.
Completaron el reparto Mercedes Gutiérrez, en el papel de Poncia, ama de llaves de Bernarda y personaje que arrancó en más de una ocasión las risas de los espectadores; Celia Navío, en el papel de mendiga; Carmen Salomé como la abuela, Manuel Ferre como Pepe el Romano, y Juan José Moya en el papel de Enrique Humares.