Diego Rodriguez , director del área Aeroespacial de Sener, una de las empresas mas innovadoras de nuestro país y con mucha experiencia en el desarrollo de instrumentación para misiones internacionales de NASA o la Agencia Espacial Europea. Diego Rodríguez, considera que España tiene un nivel muy competitivo en el sector de espacio y nuevo espacio.
¿Qué dos frentes hay en el sector del espacio?
A tenor de los datos, el sector espacio ha evolucionado muy bien. Yo distinguiría dos frentes. Por un lado hay un marco más institucional, gestionado por agencias estatales e internacionales, en el que yo calificaría la participación española como sobresaliente. Es un sector que es bastante competitivo, y no hay más que ver los porcentajes, que en muchos casos son superiores al peso que por el PIB de país nos correspondería.
¿Cómo se esta introduciendo la industria española en el new space?
La situación es más variable, en función de las empresas. Se están cuestionando los principios de fiabilidad que se tenían hasta ahora, que eran bastante estrictos, para relajarlos, de manera que se puedan bajar los costes y se puedan tener respuestas ágiles ante la demanda de constelaciones de satélites.
¿Hay interés por parte de inversores?
Hay un apetito por parte del capital para introducirse en este sector que antes, debido a la incertidumbre que lo condicionaba, no había. Hay una percepción del riesgo mucho menor, lo que está llevando a que si los costes disminuyen haya una visión de negocio que antes no existía.
¿En qué condiciones entra España en el campo del New Space?
En España, como en todos los países con alguna capacidad espacial, estamos entrando en este ámbito y todos buscamos un mix en nuestro negocio, entre el mercado más tradicional y otro de mayor riesgo, pero muy atractivo, como el del new space.
En la línea de espacio, ¿a qué está dando prioridad SENER?
Estamos dando prioridad a la línea de comunicaciones, de tipo pasivos, que son antenas; como activos, que son amplificadores, con este nuevo concepto de producción en serie, costes más bajos y limitar el número de ensayos. Y el otro, que es una de las líneas tradicionales de Sener, que es el de mecanismos para estos satélites. Por poner un ejemplo, mecanismo de apuntamiento o de direccionamiento de antenas, de paneles solares… se buscan mecanismos muy sencillos en su concepción y que no fallen en el espacio.
En este sector no se suele caminar solo, ¿con qué empresas colabora Sener?
En paralelo, buscamos oportunidades de inversión en start ups y estamos muy interesados en buscar empresas de este tipo con las que podamos colaborar, que se centran en servicios típicos del new space y que son nuevos completamente. Normalmente, estas empresas del new space tienen una vocación de posicionarse a nivel internacional.
¿Cómo es la formación de los universitarios que llegan a Sener?
La base teórica y académica es excelente. Las universidades tienen un nivel muy bueno. Preparan profesionales con capacidad de absorber en un tiempo razonable los conocimientos de la industria necesarios. Aunque hay margen de mejora, porque hay que establecer mecanismos para que los conocimientos de los últimos años se adapten a la realidad del sector tecnológico, en la carrera se trabajen mejor los conocimientos específicos del sector tecnológico.
Por otro lado, faltan profesionales, faltan ingenieros a los que les atraigan las áreas muy tecnológicas. Hay un déficit claro de técnicos, y ahora con el boom tecnológico faltan ingenieros.
Se reclama una agencia espacial estatal, ¿cuál sería su papel?
La agencia es muy importante. Actualmente, en el área de espacio hay varios ministerios implicados. Demandamos esta agencia porque hace falta una política global coordinada. Necesitamos una representación única cara al exterior, fomentar una política industrial que esté coordinada con el sector. Y se necesita hacer pedagogía, para dar a conocer lo que hacemos en este sector, que coordine esos esfuerzos de divulgación.
¿Qué retos hay en los sectores espacio y new space? Estamos en un periodo de transformación. Es fundamental la competitividad de las empresas, la digitalización. Tiene que haber un replanteamiento de los procesos de industrialización, de manera que nos acerquemos a las técnicas de producción en serie de otros sectores, por ejemplo el de la automoción, aprovechando el conocimiento que ya se tiene, que permita mejorar la productividad sin comprometer la fiabilidad. Y necesitamos talento, la falta de profesionales puede convertirse en un freno, y tenemos que conservar algo que es propio del sector como una fuerte inversión en I+D.
