“Por primera vez podemos caminar en esta excavación por las calles romanas entre fachadas de casas del siglo V”, explica Sonia Gutiérrez Lloret, catedrática de Arqueología de la Universidad de Alicante y codirectora del proyecto ‘Domus-La Alcudia: vivir en Ilici’ junto a los profesores Julia Sarabia, Victoria Amorós y Jesús Moratalla, todos ellos del área de Arqueología de la UA, que ha permitido sacar a la luz el urbanismo de la ciudad ibera donde vivió la Dama de Elche.
Durante todo el mes de octubre un equipo conformado por 15 personas (estudiantes de grado y postgrado e investigadores) ha estado trabajando en el yacimiento. Su dedicación ha dado entre sus resultados el hallazgo del cruce de dos calles romanas, de un ‘cardo’ y un ‘decumano’, que eran los nombres que recibían las calles romanas.
Los ‘cardos’ son aquellas calles que tenían una orientación norte-sur, mientras que los ‘decumanos’ iban de este a oeste. Pero, además, tal y como señala Gutiérrez, se han hallado otros elementos muy interesantes del vial romano, como una cañería romana de plomo y las cloacas, que ponen de manifiesto la importancia del urbanismo bajo imperial.
La arquitectura del siglo V era de buena calidad, con sillería almohadillada y técnicas constructivas muy características (opus africanum) que debieron contar con enlucidos decorados. Se ha podido constatar que sus fachadas se construyeron sobre muros anteriores, demostrando la gran persistencia del trazado urbano. Además, los trabajos han aportado nueva luz sobre la evolución de la ciudad en época visigoda con el descubrimiento de un pequeño lavadero y de nuevas estructuras de época islámica, que se documentaron por vez primera en La Alcudia en el marco del Proyecto Domus.
Por fin, en el sector oriental de la excavación, donde la pasada campaña se alcanzaron niveles prerromanos, se ha confirmado la existencia de una gran construcción del siglo III a. de C., realizada con una peculiar técnica que intercala vigas de madera en el zócalo de piedra, para dar solidez y elasticidad al alzado de adobe de esta estructura posiblemente defensiva relacionada con el contexto de la primera Guerra Púnica. Se han documentado también niveles domésticos de época ibérica que se extienden bajo ella.
“Todo ello nos permite comprender la transformación de La Alcudia en sus diferentes periodos. El objetivo de nuestro trabajo es trazar la secuencia diacrónica de las ciudades que hay en La Alcudia sin apriorismos”, cuenta la investigadora. Una idea que también resalta Carolina Doménech, directora científica del yacimiento: “En lugar de fijarnos en un punto concreto de la línea del tiempo, lo que hacemos con este proyecto es trazar toda la línea, en el proceso continuado de vida de la ciudad”.
Así, con este fin, el proyecto continuará su desarrollo el año próximo con, según cuenta su directora, la finalidad de continuar con la recuperación de la estructura fortificada; de restaurar el trazado urbano de la época del cambio de era (del I a. de C al I d. de C) relacionado con las fundaciones coloniales, así como el nivel ibérico, y por último, poner en valor las grandes construcciones y el trazado urbano del cruce de calle del siglo V, con sus alcantarillas, tuberías de agua potable y construcciones con otros usos, como la transformación de una estructura hidráulica en un lavadero. “Todo ello con el objetivo dar a conocer lo descubierto para que se pueda observar y visitar la secuencia histórica del asentamiento en toda su diacronía, desde el siglo IV a. de C. hasta el XIX, del que se conserva una acequia”.
El proyecto Domus-La Alcudia cuenta con la participación del INAPH (Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico) de la Universidad de Alicante, de la Universidad de Murcia y del CSIC (Centro Superior de Investigaciones científicas).