La conservación de La Alcazaba de Almeria ha entrado en la campaña electoral. No ha sido un partido el que lo ha utlilizado como argumento contra otro, que podría, sino que se ha convertido en tema a debatir por los desprendimientos en la muralla sur registrados el pasado viernes y que han obligado al cierre temporal del monumento.
Todavía sin tener certezas ténicas que permitan explicar la caída de los cascotes, la Junta de Andalucía se adelantó a relacionar la caída de los fragmentos de la muralla con los trabajos arqueológicos que se llevan a cabo en el Mesón Gitano y en el que el Ayuntamiento de Almería está utilizando maquinaria pesada.
La caída de los cascotes ha obligado al cierre del monumento durante todo el fin de semana y se espera que vuelva a abrir sus puertas mañana martes, siempre y cuando esté listo el segundo acceso, una tarea para la que se requiere la colaboración del Ayuntamiento de Almería, porque está bloqueado debido a los trabajos en la puesta en valor del Mesón Gitano.
El Ayuntamiento de Almería ha exigido a la Junta de Andalucía, gestora del monumento, que “asuma su responsabilidad” en el asunto de los desprendimientos, y niega que las obras del Mesón Gitano hayan tenido algo que ver en el suceso.
El resto de los partidos se han posicionado en contra de la Junta de Andalucía, a la que acusan de no mantener el monumento en las condiciones necesarias. En esta línea se han pronunciado Izquierda Unidad, Ciudadanos, UPyD, incluso Ganemos Almería, que antes de que ocurriera este suceso puso en conocimiento del juzgado el mal estado de la muralla y el peligro que suponía.
Desde Amigos de la Alcazaba, publica Ideal, Francisco Verdegay afirmó que este es desprendimiento se veía venir. Esta asociación lleva desde 2013 alertando de la situación de los muros restaurados en los años 80, que presentan problemas de humedades, que se traducen en desprendimientos.