Descubren el motivo por el que los alimoches crían más machos en Canarias que en la Península

El motivo podría estar relacionado con el mayor gasto energético que conlleva criar pollos hembra.

Un equipo de investigación en el que participan el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid (MNCN) y la Estación Biológica de Doñana (EBD), y, ambos del CSIC, ha comprobado que las parejas de alimoches, Neophron percnopterus, en las islas Canarias, frente a lo que ocurre en la Península, crían más pollos machos que hembras, y han encontrado la respuesta a esta curiosa tendencia.

Ejemplar adulto de alimoche. / Jorge de la Cruz.

El objetivo principal de este estudio, publicado en la revista Ecology and Evolution, era conocer cuál es la proporción de sexos en pollos de alimoche y qué factores pueden influir en dicha proporción, datos importantes de cara a conservar la especie que está catalogada como en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). 

Los alimoches son una especie de buitre de pequeño tamaño que cría en gran parte de nuestro país y pasa los inviernos en África. “Los buitres son esenciales para el entorno natural y nuestra propia sociedad ya que se encargan de retirar cadáveres de animales del campo y, con ellos, multitud de patógenos y enfermedades asociados, incluyendo patologías emergentes”, contextualiza el investigador del MNCN Guillermo Gómez López.

Por qué los alimoches crían más machos en Canarias que en la Península

Los investigadores creen que el hecho de que se críen más machos en Canarias que en la Península se debe a que criar alimoches hembra conlleva un mayor coste debido a su mayor tamaño, y los recursos disponibles en las Canarias orientales, la zona donde crían, podrían ser más escasos dada su aridez.  La relevancia de esta investigación, que se ha prolongado en el tiempo durante casi tres décadas, es que las variaciones en la proporción de sexos de los pollos de poblaciones tan amenazadas como las de alimoche, pueden generar alteraciones peligrosas que lleguen a comprometer su viabilidad. 

“Tras analizar más de 1.600 pollos de alimoche que han sido monitoreados en la península ibérica, Baleares y Canarias durante casi 30 años, encontramos que hay una mayor proporción de pollos hembra en la Península (53%), y sobre todo una mayor cantidad de pollos macho en las islas Canarias (55%)”, apunta Gómez López. “Esta diferencia podría deberse a las condiciones particulares de las zonas de cría en las islas Canarias orientales, donde hay una notable aridez y escasez de alimento. También a la proporción de individuos inmaduros que crían en las diferentes poblaciones”, continúa. 

Desde la EBD se mantienen dos proyectos de seguimiento de población de alimoche, uno en Canarias iniciado hace más de 30 años y otro uno en el valle del Ebro, iniciado hace más de 30 años y otro en Canarias con casi 25 años de antigüedad. Estos programas de seguimiento a largo plazo, únicos en España y en Europa, ofrecen importantes datos que permiten abordar cuestiones claves sobre la ecología y la conservación de estas especies amenazadas, como las que se han investigado en este estudio.

Pollo de alimoche que cambiará su plumaje cuando se convierta en adulto. / Guillermo Blanco

Qué consecuencias para la especie podría tener el que haya más crías macho que hembra

“El hecho de que en una especie que basa su reproducción en la monogamia, como es el caso del alimoche o guirre, no haya una proporción similar de machos y hembras puede provocar una reducción de la viabilidad de sus poblaciones a largo plazo, algo que ya ha sido demostrado para otros vertebrados con desequilibrios en la proporción de sexos”, explica José Antonio Donázar, profesor de investigación en la Estación Biológica de Doñana. “Ello puede verse agravado aún más por la aparición de comportamientos mal adaptativos como, por ejemplo, la aparición de unidades reproductoras basadas en tríos y no en parejas”, continúa Donázar.

Es solo una hipótesis, pero es posible que estas aves críen más pollos macho en las Canarias porque, al ser el sexo de menor tamaño, necesitan menor cantidad de alimento. “Es esencial continuar realizando estudios como éste para entender mejor la ecología de poblaciones que, como el alimoche canario, se encuentran aisladas. Y es que, pequeños cambios en la proporción de sexos en especies que crían sólo uno o dos pollos al año y que están amenazadas pueden suponer grandes alteraciones en toda una población”, termina Gómez López.