El Laboratorio de Patología Vegetal y Bioproductos del Departamento de Recursos Ambientales de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Tarapacá patentó un bioestimulante basado en una bacteria del género pseudomonas que permitirá potenciar los cultivos, por ejemplo, de hortalizas en el extremo norte sin causar daño en el medioambiente ni en personas ni animales. El licenciamiento de la cepa fue otorgado a la empresa de base científico-tecnológica Bioprotegens Innovation SpA, que será la encargada de definir la formulación y un formato para comercializarlo.
“Un requisito que deben tener todos los bioestimulantes es que deben ser inocuos para el ser humano y para las plantas y los animales por supuesto. Y deben tener actividad sobre una plaga o una enfermedad en específico, o estimular el crecimiento de alguna planta. Ese es un requisito número uno. Entonces, esto está dirigido para complementar como insumo agrícola, como insumo productivo, la actividad productiva de cultivos”, explicó el investigador Germán Sepúlveda, académico de la Universidad de Tarapacá.
El académico agregó que “este bioestimulante es un promotor del crecimiento vegetal generado o impulsado por el mismo microorganismo o sus metabolitos. Para las condiciones del norte la cepa funciona. Lo que hemos visto es que tiene buena afinidad y buen poder de colonización en hortalizas, que es lo que evaluamos acá en Arica. Se establece bien en el sistema de raíces de las plantas que se cultivan aquí en Arica. Y puede actuar como endófito, lo que significa que tiene la capacidad de ingresar al interior del tejido de las plantas sin causar enfermedad. A diferencia de los fitopatógenos que se asocian con las plantas, pero causan daño”.
Según explicó el investigador, junto a Bioprotegens “queremos evaluar qué actividad tiene para algunos problemas de pudrición de la madera en frutales, en vides en la zona centro-sur”.
Asimismo, sostuvo que “si bien yo no puedo adelantar si va a ser más barato o menos barato que los insumos biológicos que están disponibles hoy día. Eso depende de la tecnología que se incorpore. Pero sí puedo asegurar que es inocua para el ser humano y para los animales. No causa enfermedades o alteraciones en el ser humano ni los animales. No tiene impacto ambiental negativo, no deja residuos, y por lo tanto, cumple con los requerimientos de los mercados de exportación”.
El equipo de trabajo principal está compuesto además por el biotecnólogo, Patricio Muñoz Torres; y las ingenieras agrónomas, Mabel Arismendi Macuer y Stefanny Cárdenas Ninasivincha.
Asimismo, se licenció un biofungicida basado en microorganismos que contrarrestan o limitan el establecimiento de los fitopatógenos en los cultivos. Y en este caso se trata de “microorganismos antiguos” (cepa de Pseudomonas Lini S57).