Después de la polémica desatada en torno a la restauración llevada a cabo en la muralla de la Hoya, debido a la reconstrucción de una torre con una serie de planchas de acero, la Delegación de Cultura defiende su actuación y asegura que en ella se han seguido los criterios científicos de conservación y los acuerdos internacionales de restauración.
Dentro de los requisitos legales, la actuación sigue el proyecto de rehabilitación elabora-do por el arquitecto Jesús Basterra. Proyecto que tuvo informe favorable de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico, compuesta, entre otros miembros, por personas de renom-bre dentro del ámbito cultural almeriense y por representantes de otras administraciones y entidades. La obra, que se inició en noviembre de 2007, fue adjudicada a la empresa U.T.E. Jarquil Andalucía, S.A.- Rehabitec Almería, S.L. que cuentan con técnicos restauradores en su plantilla y están consolidadas en el ámbito de la restauración.
El proyecto se desarrolla dentro de los criterios científicos de restauración del patrimo-nio histórico estando dirigidas las diferentes actuaciones, fundamentalmente, al saneado y consolidación de muros, a la cohesión de rupturas, y a la reposición puntual de almenas, antepechos y huecos, además, de corregir las humedades de los muros y adarves, limpiándolos de vegetación y reparando el revoco de protección. El acero corten sufre una oxidación indus-trial, rápida y estabilizadora, en el que la capa exterior protege el interior y evita el que se siga oxidando. Además, la terminación de la misma tiene forma de goterón que aleja unos centímetros el agua de lluvia del paramento.
Señala Callejón que, dentro de la cuestión estética, sobre el uso del acero corten en los edificios históricos hay muchos ejemplos que lo hacen de una forma aceptada y premiada, “aunque siempre discutible, dependiendo de los gustos de cada uno”.
Algunas actuaciones en las que se ha utilizado el acero corten son la rehabilitación de la Central Eléctrica del Mediodía, ahora Caixaforum, sede social de la Caixa en Madrid, de los arquitectos suizos Herzog & de Meuron; el Museo de la Sal de la localidad francesa de Salins-les-Bains, obra de Malcotti-Roussey arquitectos, dentro del área declarada Patrimonio de la Humanidad; o en el edificio de recepción de Castelo Novo en Portugal.