La Casa de la Cultura de Benalmádena acogió la última charla de las VII Jornadas de Adolescencia, una actividad incluida en el programa “UMA en la provincia”, organizada por el ayuntamiento del municipio y la Fundación General de la Universidad de Málaga (FGUMA). La psiquiatra Sara González fue la encargada de cerrar el programa de este año. Durante su intervención, destacó la necesidad de atender la parte emocional y psicológica como pilar fundamental de nuestro bienestar: “Cuidar de nuestra salud mental no es una opción, sino una obligación. Igual que prestamos atención a nuestra salud física, debemos dedicar tiempo y recursos a nuestro bienestar emocional”.
La cita reunió a más de 70 personas y fue presentada por Carmen Rosa García, coordinadora académica de Formación de la FGUMA, y Lucía Camero, concejala de Juventud del municipio. Entre los temas más relevantes abordados por la ponente estuvieron los cambios de comportamiento en la adolescencia como indicadores de posibles problemas de salud mental.
“Durante esta etapa, no es habitual que los adolescentes verbalicen cómo se sienten. Lo que solemos observar primero son cambios en sus patrones de conducta: dejan de hacer actividades que antes disfrutaban, cambian sus hábitos de sueño y alimentación, o bajan su rendimiento académico”, explicó González. Desde esta observación inicial, subrayó, se puede empezar a trabajar con ellos y ellas para explorar su estado emocional y ofrecer el apoyo necesario, en el que las familias y el entorno juegan un protagonismo crucial.
Hábitos saludables para mejorar la salud mental
En este sentido, la psiquiatra también señaló la importancia de incorporar hábitos saludables para mejorar la salud mental, resaltando el papel del ejercicio físico, una buena higiene del sueño y la desconexión digital como factores protectores. Por ello, quiso continuar acotando el impacto de la hiperconexión digital en el desarrollo cognitivo y emocional de los adolescentes. González alertó sobre los efectos negativos del consumo excesivo de contenido rápido y efímero en redes sociales, como la dificultad para mantener la atención sostenida o los problemas de memoria de trabajo.
Respaldada por estudios científicos, recomendó, como ya hiciera María Salmerón en una conferencia anterior de estas Jornadas, evitar el uso de pantallas antes de los 6 años y moderar su uso en edades posteriores. “Estamos criando a una generación en un entorno hiperconectado, lo que está afectando las conexiones cerebrales y el desarrollo de circuitos cognitivos fundamentales”, afirmó.
La experta también reflexionó sobre el estigma asociado a los problemas de salud mental, especialmente entre los y las jóvenes, quienes a menudo sienten que pedir ayuda es una muestra de vulnerabilidad o fragilidad. “Reconocer que no estamos bien emocionalmente es un acto de valentía y el primer paso para recibir la ayuda adecuada. Igual que no dudamos en acudir al médico por un problema físico, debemos entender que la salud mental también puede necesitar intervención profesional”, destacó.
Por último, y en un tono optimista, González celebró que la salud mental esté ganando visibilidad en la sociedad, especialmente tras la pandemia, que puso en evidencia la necesidad de abordarla como una prioridad. También acentuó la utilidad de herramientas culturales y educativas, como la película Inside Out, para enseñar a los niños y adolescentes a identificar y gestionar sus emociones. “Las emociones no son algo que debamos eliminar, sino comprender y manejar de forma adecuada”, concluyó.
Con esta conferencia concluye la séptima edición de las Jornadas de Adolescencia de Benalmádena, un ciclo que, bajo el lema ‘Salud mental, salud afectivo-sexual y entornos digitales seguros’, ha abordado a lo largo de noviembre diversas temáticas clave para mejorar la educación, crianza y la toma de decisiones durante la adolescencia. Las actividades, dirigidas a familias, docentes y al público en general, han incluido charlas y talleres especializados en estos temas.