Por primera vez cuatro universidades españolas se sitúan entre las 200mejores a nivel mundial. La primera en aparecer es la Complutense deMadrid, en el puesto 138. La siguen la Universidad de Barcelona (puesto 155),la Universidad de Granada (190) y la Autónoma de Barcelona (200). Dosuniversidades iberoamericanas están también presentes en este top,principalmente debido a su fuerte apuesta por la formación online: laUniversidad Nacional Autónoma de México, en el puesto 44, y la Universidadde Sao Paulo, en el 87.
El proyecto “webometrics”, desarrollado por elConsejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha publicado unanueva edición de su ranking mundial de presencia en Internet, que analizacasi 17.000 instituciones académicas y 7.000 centros de investigación de todoel mundo. El ranking tiene en cuenta la calidad e impacto no sólo de lainvestigación realizada en estos centros, sino de otras muchas laboresejercidas por investigadores y docentes que se reflejan en la página web de lainstitución. Los resultados completos pueden consultarse en la direcciónelectrónica www.webometrics.info.
Por primera vez cuatro universidades españolas se sitúan entre las 200mejores a nivel mundial. La primera en aparecer es la Complutense deMadrid, en el puesto 138. La siguen la Universidad de Barcelona (puesto 155),la Universidad de Granada (190) y la Autónoma de Barcelona (200). Dosuniversidades iberoamericanas están también presentes en este top,principalmente debido a su fuerte apuesta por la formación online: laUniversidad Nacional Autónoma de México, en el puesto 44, y la Universidadde Sao Paulo, en el 87.
Además, hay veintisiete universidades españolas entre las quinientasprimeras, lo que en el ranking por países nos sitúa en séptima posición, mejor que Japón (noveno), Francia (décimo séptima) e Italia (décimo octava).“Nuestra nota media es mejor porque tenemos más universidades dentro delas quinientas primeras, aunque en general los centros de estos países estánmejor posicionados”, puntualiza el director del estudio e investigador del CSICen el Centro de Información y Documentación Científica, Isidro Aguillo.
En la categoría de centros de investigación, el CSIC sube diez puestos desdela última edición del ranking (julio de 2008), situándose en décimo novenaposición a nivel mundial, justo por delante de su homólogo italiano, elConsiglio Nazionalle delle Ricerche (CNR). La lista de los mejores centros deinvestigación la encabezan tres instituciones estadounidenses: NationalInstitute of Health (NIH), National Aeronautics and Space Administration(NASA) y National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA). Encuarto lugar se sitúa una institución francesa, el Centre National de laRecherche Scientifique (CNRS). La Max Plank Society aparece en sextaposición, el CERN en la novena y la Agencia Espacial Europea en la décimoséptima.
En cuanto al ranking de repositorios mundiales (“archivos” on line de artículoscientíficos), Digital.CSIC figura, recién cumplido su primer año de existencia,en la posición septuagésimo cuarta. El repositorio institucional del CSIC, querecoge los artículos firmados por investigadores del Consejo, avanza 31puestos desde la anterior edición del ranking. Nueve de los 300 primerosrepositorios del ranking general pertenecen a instituciones españolas.
Brecha Digital Académica
Una de las principales conclusiones que se extraen del informe es laexistencia de una brecha digital académica entre los propios paísesdesarrollados que ocasiona que el dominio de las institucionesestadounidenses sobre las europeas en cuanto a su visibilidad en Internet seaabrumador. Entre las cincuenta universidades con más presencia en la red,cuarenta y tres son estadounidenses y sólo tres europeas: Cambridge, en elpuesto 28, Oxford en el 42 y el Swiss Federal Institute of Technology en el 40.Hay además dos universidades canadienses, una mexicana y una australiana.
Este dominio es fruto “tanto de sus recursos como de una política másagresiva de difusión de la actividad académica y científica a través de la web,que conlleva una mayor transparencia de las actividades de su profesorado einvestigadores”, explica Aguillo. “Esta tendencia puede dar lugar a brechasimportantes en cuanto al volumen y diversidad de los contenidos disponibles,lo que a su vez puede desembocar en colonialismo cultural y científico”,observa.