ARTÍCULO DE LA FUNDACIÓN CYD
Un año y medio atrás, el salto a las aulas virtuales sorprendió a una universidad que estaba mayoritariamente anclada en la presencialidad y en la vida en el campus. La llegada sorpresiva de la Covid-19 implicó el cierre de prácticamente la totalidad de las instituciones de educación superior, con su inmanente repercusión en la docencia, la movilidad (internacional y también nacional) de estudiantes y profesores, la labor y gestión del personal docente e investigador y hasta incluso en la financiación universitaria de España en el contexto de la OCDE.
¿Cuáles han sido las características del sistema universitario español en pleno año de pandemia? Desglosamos el capítulo 1 del Informe CYD 2020 para saberlo.
El capítulo “Sistema universitario español: rasgos básicos” se compone de cinco apartados. En el primero incluimos la situación actual y la evolución reciente de los matriculados universitarios así como su perfil personal. También, añadimos datos del desempeño académico de los estudiantes (de grado y máster) y resultados del Ranking CYD 2021 en la dimensión de enseñanza y aprendizaje a nivel institucional por universidades y comunidades autónomas. Como novedad, incorporamos un subapartado dedicado a la movilidad social.
En el segundo apartado analizamos la oferta universitaria, centrándonos en las titulaciones ofrecidas (rama de enseñanza, tipo de universidad, tipo de impartición o duración) y en el acceso a las titulaciones de grado en las universidades públicas presenciales españolas (plazas ofertadas, matrícula de nuevo ingreso por preinscripción, demanda y relación que se establece entre ellas).
En el tercer apartado nos centramos en la situación actual, evolución reciente y perfil del personal docente e investigador (PDI), personal de administración y servicios, personal empleado investigador y personal técnico de apoyo, con un subapartado específico dedicado al PDI para detallar su evolución y distribución por características personales, así como variables tales como los sexenios de investigación reconocidos o la endogamia.
En lo que respecta al cuarto apartado del capítulo 1 del Informe CYD 2020, hacemos hincapié en los estudiantes internacionales tanto de movilidad como de matrícula ordinaria que entran en el sistema universitario español (estudiantes internacionales de matrícula ordinaria, comparando a España con los países de la OCDE), en los resultados institucionales del Ranking CYD 2021 en la dimensión de orientación internacional, por universidades y comunidades autónomas, y hacemos una mención al programa de Universidades Europeas.
En el quinto, y último apartado, nos ocupamos de la financiación universitaria. Por un lado, la situación de España en el contexto de la OCDE, en indicadores tales como gasto total en educación superior por alumno y con relación al PIB, o gasto público en educación superior respecto al total del gasto público. Por otro lado, analizamos los presupuestos liquidados en las 47 universidades públicas presenciales españolas y, finalmente, la evolución reciente de los ingresos y gastos, tanto por universidades como por comunidades autónomas.
La universidad hoy: características del sistema universitario español
En los siguientes subapartados, desglosamos el capítulo 1 del Informe CYD 2020 y describimos los rasgos actualizados del sistema universitario español.
1. Matriculados universitarios
Tomando como referencia el curso 2019-2020, el número de matriculados en el sistema universitario español asciende a 1.296.379 en grado y 237.174 en máster oficial, a los que se suman 92.657 en programas de doctorado. Estas cifras suponen un incremento respecto a las del curso precedente: 0,5% en grado, 8,9% en máster oficial y 2,1% en doctorado.
En grado y máster oficial se observan las mismas tendencias que en los cursos previos: en grado, reducción de los estudiantes en universidades públicas (-0,6% anual) e incremento en las privadas (5,8%) y, en el máster oficial, aumento más elevado en las privadas (20,4%) que en las públicas (2%). El peso relativo de las universidades privadas entre los matriculados de grado es del 16,8% y en máster oficial del 41,2%, mientras que en doctorado apenas suponen un 5,5% de los matriculados.
Respecto al perfil personal, el 55,7% de los matriculados en grado y máster y el 50,1% en doctorado son mujeres; más de la mitad de los estudiantes de grado están comprendidos entre los 18 y 21 años, edad típica universitaria, y, en cambio, en máster, en la edad típica para este caso, menos de 25 años, está el 32,1% (en doctorado el 35,2% tienen de 25 a 30 años). Por nacionalidad, solo el 5,6% de los matriculados en grado son extranjeros frente al 23,2% de máster y el 27,6% de doctorado (la mayoría de estos estudiantes extranjeros procede de América Latina y el Caribe).
En el curso 2018-2019 se aprobaron el 78% de los créditos matriculados en estudios de grado en el sistema universitario español. La tasa de abandono del estudio en primer año fue del 21,8% (el 13,2% abandonó el sistema). En máster, el desempeño académico de los matriculados registra mejores cifras: la tasa de rendimiento es 12 puntos superior que en grado (90%) y la tasa de abandono es del 12,3%.
Los indicadores de desempeño académico de las mujeres son mejores que los de los hombres (por ejemplo, en grado, la tasa de rendimiento es nueve puntos más elevada para ellas) y, por tipo y modalidad de universidad, destacan, en general, las privadas presenciales. Por ámbitos de estudio en el grado, educación y salud son los que muestran las tasas de rendimiento más elevadas, los menores porcentajes de créditos matriculados en segunda y sucesivas matrículas y las tasas de abandono en primer año más reducidas.
Respecto a la movilidad social, con datos de la Encuesta de Condiciones de Vida de 2019, un 15,8% de los que vivían de adolescentes en hogares con una situación económica mala o muy mala habían conseguido graduarse en estudios superiores, frente al 56,5% de los que vivían de adolescentes en un hogar con una situación económica buena o muy buena. El 75,2% de los que tenían un padre con un nivel superior de estudios disponían ellos mismos de un nivel similar de formación en 2019, mientras que si se considera a aquellos con un padre con un nivel de estudios, como máximo, obligatorios, el 31,7% disponía de formación superior.
2. Oferta universitaria
El número de titulaciones impartidas en el curso 2020-2021 en el sistema universitario español ha sido de 8.885, desglosadas en 3.613 másteres oficiales, 3.062 grados, 1.173 doctorados, 914 dobles grados y 123 dobles másteres.
Respecto de los datos del curso 2015-2016, el crecimiento de las titulaciones de grado ha sido del 12,4%, el de los doctorados del 8,1%, mientras que los másteres han descendido un 5,1%; descenso que se debe exclusivamente a las universidades públicas, ya que en las privadas han crecido en este periodo un 17,1%.
El 10,2% del total de las titulaciones del curso 2020-2021 en universidades presenciales estaba previsto que se ofrecieran en una modalidad distinta a la estrictamente presencial (5,2% para el grado y 19,7% para el máster). La no estricta presencialidad de los estudios se da más en las privadas presenciales que en las públicas presenciales (17,4% en grados y 42,5% en másteres frente al 1,3% y 14,4%).
En 2020-2021, las plazas ofertadas en titulaciones de grado en universidades públicas presenciales ha ascendido a 244.793, un 0,7% menos que el dato de 2015-2016. En cambio, el número de titulaciones de grado ha aumentado un 14,6% en ese periodo. Los matriculados de nuevo ingreso por preinscripción han ascendido a 224.536, con un crecimiento del 1,2%, por lo que la tasa de ocupación (porcentaje de las plazas ofertadas que se podrían cubrir con matriculados de nuevo ingreso por preinscripción) ha mejorado casi dos puntos desde 2015-2016, hasta el 91,7%.
Por ramas, destaca ciencias de la salud, que deja un 1% de las plazas sin cubrir con matriculados de nuevo ingreso por preinscripción; en el otro extremo, ingeniería y arquitectura, con más del 15% de las plazas; y artes y humanidades, con casi el 10%. Que la tasa de ocupación más elevada corresponda a ciencias de la salud es lógico ya que es esta rama la de mayor tasa de preferencia. En el curso 2020- 2021 ha sido de más del 450%: por cada plaza ofertada hay más de 4,5 demandantes (preinscritos en primera opción). En el otro extremo, ingeniería y arquitectura (no llega a 1,2 demandantes por cada plaza ofertada), seguida por artes y humanidades (1,25).
En 2020-2021 la preferencia por ciencias de la salud ha aumentado respecto al curso previo (del 350% al 450%) y, especialmente, ha pasado en medicina (de menos de 800% a 1.120%), lo que se puede relacionar con el ascenso del protagonismo y relevancia de estos campos durante la crisis de la Covid-19.
3. Personal de las universidades
Según el Capítulo 1 del Informe CYD 2020, en el curso 2019-2020 han trabajado 218.699 personas en las universidades españolas; de ellas, casi el 60% pertenece al personal docente e investigador (PDI), y el resto es personal de administración y servicios (PAS), personal empleado investigador (PEI) y personal técnico de apoyo (PTA).
Respecto al perfil de los trabajadores, en todos los colectivos las mujeres son menos del 50%, con la excepción del PAS (61,2%). El menor porcentaje se da para el PDI (42,9%). Por edad, el PDI y PAS que tienen menos de 35 años no llega ni al 8% del total, frente a los porcentajes de más del 60% del PEI y del PTA. Más de tres de cada 10 tiene 55 y más años (1-2% en PEI y PTA).
Por tipo de dedicación, el 42,1% del PDI ha trabajado a tiempo parcial, cifra más alta de todos los colectivos. En el otro lado, más del 90% trabaja a tiempo completo en el PAS. El 54% del PDI es plantilla permanente (funcionarios más contratados indefinidos). Esta cifra es claramente menor que la del PAS, donde casi 9 de cada 10 son plantilla estable.
Los funcionarios suponen menos de un tercio del total del PDI en términos absolutos (33,2%), pero casi la mitad en equivalencia a tiempo completo, ETC (48,9%). El profesorado contratado de las públicas supone un 37,6% del total del PDI del sistema cuando se consideran en ETC, pero el 50,4% cuando se toman los números absolutos de PDI. Ello se debe a que la figura fundamental de los contratados en las universidades públicas es la de profesor asociado, PDI a tiempo parcial (y con contrato temporal).
El PDI de las universidades privadas y los contratados de las públicas se diferencian del personal funcionario en la mayor participación relativa de las mujeres (46% frente a 37%), la menor edad media y el menor porcentaje de doctores.
Por categorías del personal funcionario, las mujeres no llegan a suponer ni 1 de cada 4 catedráticos de universidad (41,8% en titulares de universidad); y casi la mitad de estos catedráticos tiene 60 y más años (21,9% para los titulares de universidad).
En el curso 2019-2020, un 18,7% del cuerpo docente universitario (CDU), funcionarios de carrera (no interinos), no tiene reconocido ningún sexenio de investigación. El dato, aunque elevado, es más de 5 puntos inferior al del curso 2015-2016. Los hombres obtienen mejores resultados en los sexenios de investigación que las mujeres y por ramas de enseñanza, los resultados óptimos se registran en la de ciencias, con mención especial a algunas áreas de física, bioquímica o inmunología.
Por último, persisten las cifras elevadas en los indicadores relacionados con la endogamia universitaria: el 68,4% del PDI de las universidades presenciales españolas leyó la tesis doctoral en la misma universidad en la que imparte docencia y un 86% en una universidad de la misma comunidad autónoma en la que trabaja. En concreto, más de tres cuartas partes de los funcionarios leyeron la tesis en la misma universidad en la que trabajan (31,5% para el personal de las privadas).
4. Internacionalización de las universidades españolas
En el curso 2018-2019, el porcentaje de estudiantes internacionales en el global del sistema universitario español presencial era del 9,3%, lo que equivale a más de 125.000 alumnos. De ellos, aproximadamente el 45% eran estudiantes en programas de movilidad, mientras que el resto eran estudiantes internacionales con matrícula ordinaria. Casi 6 de cada 10 alumnos internacionales en programas de movilidad procedían de la Unión Europea. En cambio, entre los alumnos internacionales de matrícula ordinaria, el 43,8% procedían de América Latina. Por género, las mujeres significaban el 64% de los estudiantes internacionales en movilidad, pero el 51,5% de los de matrícula ordinaria.
Hay una mayor proporción relativa de estudiantes internacionales en las universidades privadas que en las públicas, debido en gran medida a la matrícula ordinaria (13,9% frente a 3,7% en este último caso; 5,0% frente a 4,1% en movilidad).
Según Education at a Glance 2020, el porcentaje de estudiantes internacionales con matrícula ordinaria en España en el grado es del 1,25%, el tercer valor más reducido de los 30 países de la OCDE con datos. La situación no es tan negativa para máster y doctorado: 10,6% y 17,2%, respectivamente, el noveno valor más reducido de los países de la OCDE.
Al revés de lo que sucede en la OCDE, en España los estudiantes internacionales están matriculados en artes y humanidades en menor proporción que los nacionales. Igual sucede para las ingenierías y para las ciencias naturales, matemáticas y estadística. La situación es opuesta en salud. Se podría inferir que el sistema de educación superior español tiene una mejor reputación internacional en el campo de la salud que en los otros mencionados.
El 23% del total de estudiantes internacionales en la OCDE tiene como país de origen a China; el 8% proviene de India. En cambio, en España estos países sólo significan el origen del 4,3% de los estudiantes internacionales (3,4% China y 0,9% India).
En el ámbito de la internacionalización es relevante la iniciativa de las Universidades Europeas de la Comisión Europea. Entre las convocatorias de 2019 y 2020 se constituyeron 41 con la participación de más de 280 instituciones de educación superior; hay 24 universidades españolas presentes en 24 de estas alianzas.
5. Financiación universitaria
Según Education at a Glance 2020, con datos del año 2017, el gasto en educación superior por alumno en España quedaba prácticamente un 20% por debajo del dato para la OCDE. En el quinquenio 2012-2017, en términos reales, el gasto en educación superior por estudiante disminuyó en España (-0,3%, en promedio anual) frente al incremento de la OCDE (0,4%).
En el indicador gasto en educación superior como porcentaje del PIB, también España muestra un valor por debajo del de la OCDE (1,25% frente a 1,42%) y lo mismo sucede si tomamos el indicador de gasto público en educación superior respecto al PIB o respecto al gasto público total.
Con datos más recientes, de la EUA Public Funding Observatory 2020/2021, se observa que España registró un decrecimiento en términos reales del 20,1% de los fondos públicos destinados a las instituciones públicas de educación superior entre 2008 y 2020. De los 32 países analizados, el descenso español fue el tercero más elevado. Esta desinversión producida no se observa en los grandes países europeos, a excepción de Italia (descenso del 14,9%). Al contrario, Francia (8%) o Alemania (36,4%), presentaron unos valores en 2020 por encima o muy por encima de los de 2008.
En el año 2019 los ingresos totales liquidados de las 47 universidades públicas presenciales españolas ascendieron a algo más de 9.870 millones de euros, mientras que los gastos totales liquidados fueron de casi 9.600 M€. A pesar del incremento continuado o casi continuado en los últimos 5 años de los ingresos y gastos no financieros, las cifras siguen siendo inferiores a las de hace una década.
En ingresos, entre 2009 y 2019 se produjo un incremento de la participación relativa del capítulo de tasas, precios públicos y otros ingresos, de casi cuatro puntos, en detrimento, sobre todo, de las transferencias corrientes y de las de capital. Estas tendencias se dieron de 2009 a 2015, mientras que desde entonces y hasta 2019 la evolución fue opuesta.
En gastos, entre 2009 y 2019 aumentó casi 8 puntos el peso relativo de los gastos de personal (6,5 puntos entre 2009 y 2015; fue donde menos se recortó) y se ha reducido en más de 6 puntos la participación de las inversiones reales (más de cinco 5 antes de 2015, porque fue en este capítulo donde se concentraron los recortes).
En 2019, casi una quinta parte de los ingresos totales provenían de las tasas, precios públicos y otros ingresos, el 63,4% de las transferencias corrientes y el 14,4% de las de capital. Poco menos de las dos terceras partes de los gastos se corresponden con los gastos de personal, el 15,3% va a inversiones reales y el 13,1% a gastos corrientes en bienes y servicios.
Comparando los datos de 2019 con los de 2009, los ingresos por tasas, precios públicos y otros ingresos eran un 18% superiores, en términos nominales, y lo ingresado por transferencias corrientes y de capital, inferior (-8,1% y -10,9%, respectivamente). Los gastos de personal ya eran un 8,9% mayores en 2019 que en 2009. En cambio, los gastos corrientes en bienes y servicios estaban todavía en 2019 un 5,3% por debajo y las inversiones reales eran un 31,3% menores.
Para más detalles de cada uno de estos 5 apartados con las características del sistema universitario español, puedes descargar el capítulo 1 del Informe CYD 2020.