Roberto Fernández Díaz, presidente de Crue Universidades Españolas y rector de la Universidad de Lleida, ha aprovechado las celebraciones del Día de Europa y la cercanía de las elecciones europeas del próximo 26 de mayo, para dirigirse en una carta abierta a los candidatos a eurodiputados para trasladarles algunas demandas del mundo universitario.
Para Fernández, “las políticas de Educación y Formación tienen que ocupar un lugar estratégico en el proyecto de construcción de una Europa más fuerte. Las universidades hemos asistido en los últimos tiempos a diferentes crisis de identidad de la Unión Europea y estamos convencidos de que nuestro papel es fundamental en su vertebración y en la apuesta que Europa dice haber hecho por la Sociedad del Conocimiento”.
El presidente de Crue asegura que “la Universidad no puede entenderse fuera de su vocación de servicio porque nuestra misión fundamental es el progreso social, entendido como la lucha contra las desigualdades desde la modernidad. Para conseguirlo, todos debemos trabajar por conseguir una Unión Europea más cercana y sensible a los problemas de los ciudadanos. En esa transformación, las universidades deberían ser actores clave a través de la formación de estudiantes, la Investigación y la Transferencia del Conocimiento. Y también desempeñar un papel principal dentro de los ecosistemas de innovación. El objetivo común es avanzar hacia una Europa más sostenible, más comprometida con la igualdad de oportunidades, más volcada en la educación de ciudadanos críticos y capaces de afrontar los actuales fenómenos de desinformación y más centrada en aportar soluciones innovadoras a los retos de la globalización. En definitiva, en llevar aún más allá las fronteras del Conocimiento para que nuestras sociedades sigan progresando”.
Por ello, desde el Crue se reclama a los candidatos que “la Universidad sea uno de los ámbitos prioritarios de su trabajo en el Parlamento Europeo durante los próximos 5 años”, para lo que plantea una serie de puntos que la Conferencia de Rectores cree necesario abordar y que a continuación reproducimos:
1. Defensa de los valores fundamentales
Estudiantes y profesores universitarios están sufriendo una fuerte presión política en diferentes lugares del mundo, lo que dificulta seriamente su labor de docencia e investigación, al tiempo que hurta a los ciudadanos un verdadero acceso al Conocimiento. En Europa, la libertad académica es un valor fundamental y está protegida por la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea y, sin embargo, hoy en día se están produciendo en su seno ataques a estas libertades fundamentales. Sin libertad académica y autonomía institucional, las universidades no pueden cumplir su misión.
2. Una Europa abierta e inclusiva
Las universidades son un elemento vertebrador del continente. Pero para que actúen como eficaz elemento de cohesión, debemos asegurar que todos los ciudadanos puedan formarse de acuerdo a sus capacidades y no a su situación socioeconómica. Europa debe trabajar por una Educación Superior inclusiva que no se vea restringida por altas tasas de matrícula o insuficientes políticas de becas. Las universidades tienen que ser espacios seguros donde los estudiantes puedan acudir a formarse como expertos en sus áreas, pero también como ciudadanos de una Europa del futuro, que no deja a nadie atrás.
3. Profundizar en la colaboración académica
La Unión Europea, al igual que las propias universidades, no puede entenderse sin el fortalecimiento de estrechas colaboraciones internacionales donde las fronteras se difuminan hasta tal punto que dejan de existir. Juntos debemos seguir trabajando por un Espacio Europeo de Educación Superior integrador y que trasciende las fronteras de la propia Unión. En esta misma línea, el programa Erasmus debe ser más inclusivo y dotarse de aún más recursos, tanto para la movilidad de estudiantes y personal de las universidades como para fomentar la colaboración académica y el intercambio de buenas prácticas. Tenemos una gran oportunidad con la iniciativa de «Universidades Europeas», por lo que debemos trabajar juntos para que tenga un gran impacto y pueda beneficiar al mayor número posible de actores del sistema universitario europeo.
4. Promoción de una investigación de calidad al servicio de los retos actuales
Vivimos en una era de grandes cambios tecnológicos en la que los avances de la Investigación y la innovación transforman profundamente las sociedades. Europa es un líder mundial en Investigación y debería aspirar a serlo también en innovación. Para liberar este potencial, se requiere una inversión sustancial tanto en la Investigación como en los ecosistemas de innovación en los que se aplican ideas vanguardistas para proporcionar nuevas soluciones. También necesitamos un Espacio Europeo de Investigación con libre circulación del Conocimiento, en particular a través de la Ciencia Abierta. Las universidades desempeñan un papel clave como lugares de creación de Conocimiento, pero necesitan una Europa que invierta en la cooperación y la impulse.
5. Aprobación de unos presupuestos que apuesten por la sociedad del Conocimiento
Los programas de financiación para la Educación Superior y la Investigación –Erasmus y Horizonte Europa– constituyen una gran ventaja para la UE y sus ciudadanos. Se trata de ejemplos únicos de programas multilaterales que ofrecen a estudiantes e investigadores la oportunidad de aprender y crecer a través de la movilidad y la colaboración con los mejores en cada ámbito. Las universidades han aprovechado estas oportunidades para ofrecer una Educación de alta calidad y una Investigación e innovación de vanguardia. Sin embargo, ambos programas han recibido una financiación insuficiente en el pasado y el actual Parlamento Europeo ha pedido, acertadamente, aumentos sustanciales para el período 2021- 2027 (120.000 millones de euros para Horizonte Europa y 41.000 millones para Erasmus).