Cristóbal Colón es el creador de La Fageda, una empresa catalana dedicada a la elaboración de productos lácteos. Hasta ahí, todo normal, sin embargo, esta inicitiva empresarial cuenta con un componente social que la hace única, y es la oportunidad que ofrece a personas con discapacidad intelectual, que encuentran en esta firma una oportunidad para su integración laboral. Cristóbal Colón contará su experiencia al frente de La Fageda a los jóvenes participantes en VI Seminario Líderes del Futuro, organizado por la Fundación Eduarda Justo, en el que participa como ponente.
¿Cómo nace La Fageda?
La Fageda nace en Olot (Girona) 31 años atrás, como resultado de mi trabajo en distintos hospitales psiquiátricos. Queríamos sacar a los internos de la pasividad y de la monotonía del patio del manicomio y para ello pusimos en marcha centros de laborterapia, pues para mí era evidente que el trabajo es algo esencial en el proceso vital de las personas. Pero la experiencia era muy frustrante. La ilusión inicial se desvanecía a los pocos meses, puesto que una vez que las personas ya habían decidido salir del patio del manicomio, después el proyecto era falso, puesto que lo que producíamos no era útil para nadie, era un subterfugio, un “como si”, un “vamos a hacer como si trabajásemos”. Con lo cual, la razón última del trabajo, que es hacer cosas útiles para los demás, allí no se realizaba. Era un trabajo sin sentido.
En 1981, después de revisar las corrientes ideológicas que sustentaban mi práctica profesional decido llevar a la práctica la idea que tanto tiempo daba vueltas en mi cabeza. Había llegado a la conclusión de que solamente se pueden crear puestos de trabajo en una empresa y solamente se pueden crear puestos de trabajo reales en una empresa real, huyendo del “como si” de la laborterapia. Se trataba de poner en marcha un proyecto empresarial con alma, donde todos tuviéramos la posibilidad de desarrollar nuestras potencialidades realizando un trabajo útil, remunerado y hecho en equipo.
Su proyecto demuestra que rentabilidad económica y social son compatibles, ¿no?
Por supuesto. Los dos vectores, social y económico están íntimamente ligados. Sin el éxito empresarial no llevaríamos a cabo el proyecto social y sin éste tampoco tendría sentido buscar una rentabilidad económica. Para nosotros no tendría sentido una empresa que no fuera una organización saludable, que aportara bienestar y sentido a la vida de sus componentes.
¿Sus clientes son conscientes de que al comprar uno de sus productos realizan una función social?
En ninguno de nuestros productos se habla de nuestra función social. Algo así como “compre nuestros productos porque está invirtiendo en un colectivo desfavorecido, o porque realiza un de caridad…”. Nosotros incidimos únicamente en la calidad intrínseca del producto, y decimos que hacemos “los mejores yogures del mundo”. Después, cuando nuestros consumidores se enteran –porque nos vienen a visitar o porque leen algún reportaje- de que atendemos a casi toda la población de la comarca de la Garrotxa que padece enfermedad mental o discapacidad intelectual, se quedan maravillados.
¿Qué valores le aportará a los participantes en el Seminario Líderes del Futuro?
Me gustaría que al salir del Seminario, los participantes se preguntaran sobre el sentido de las cosas y el sentido de la empresa que quieren crear. Suelo decir que si encuentras el “porqué” también encontrarás el “cómo”.
¿Qué ha aprendido al frente de La Fageda?
He aprendido que hay que ser tozudo, que no terco, para conseguir tus objetivos. He aprendido que todos tenemos capacidades diferentes y que hay que propiciar que éstas afloren. Que todos somos responsables de nuestros actos y que hay que exigir y al mismo tiempo mostrar confianza.
¿Qué metas tiene marcada su organización?
Estamos iniciando un proyecto muy ambicioso para renovar la fábrica de lácticos y reordenar nuestra finca, que se encuentra en un paraje maravilloso, una reserva natural en el Parque de la Zona Volcánica de la Garrotxa. Por otro lado, también estoy pensando en mi jubilación, es decir, en la época postfundacional para que el proyecto sea sostenible en el tiempo.