Cómo puede ayudar la IA a la Guardia Civil para reducir la siniestralidad en las carreteras

Investigadores de la Universidad de Sevilla analizan cuáles son las estrategias óptimas para reducir la siniestralidad en las carreteras y controlar el cumplimiento de la normativa de tráfico desarrolladas por la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil

Accidente de tráfico en Cartagena. Foto: Bomberos de Cartagena.

Coincidiendo con el inicio de la Operación Salida durante el último fin de semana de junio, que movilizará casi un centenar de millones de desplazamientos en coche entre los meses de julio y agosto, un equipo de investigadores de la Universidad de Sevilla ha publicado un estudio en el top journal internacional Evaluation and Program Planning que plantea cómo optimizar la gestión de los recursos destinados a la vigilancia y control del cumplimiento de la normativa de tráfico en España con el objetivo de reducir las muertes en carretera. Sus resultados apuntan a la importancia del factor humano en esta misión y, al mismo tiempo, sugieren una serie de labores en las que la tecnología puede ser de utilidad.

Este trabajo, financiado con Fondos FEDER de la Unión Europea, ha sido realizado por un equipo del Grupo de Investigación Economía y Gestión Aplicadas, formado por los profesores José Ignacio Castillo Manzano, Mercedes Castro Nuño y Lourdes López Valpuesta, todos ellos catedráticos de Economía de la US.

Para obtener sus resultados, han empleado robustos modelos econométricos de datos de panel aplicados a una extensa base de datos que recoge la mortalidad de las carreteras interurbanas para 43 provincias españolas durante un periodo de 15 años (2005–2019), corrigiendo por una quincena de variables, que van desde las temperaturas y la pluviosidad media de cada provincia hasta la densidad poblacional, la tasa de desempleo o el consumo de gasolina.

Entre las conclusiones alcanzadas, el profesor José Ignacio Castillo destaca por encima de todo el valor insustituible del factor humano en las labores de vigilancia vial, representada por los agentes de la Guardia Civil. Su visibilidad, o al menos su sensación de proximidad por parte de los conductores, reduce significativamente las víctimas mortales, ya que favorece el cumplimiento de las normas de tráfico. 

Según el profesor Castillo, todo ello apunta a que podría considerarse un esfuerzo baldío centrar la supervisión y cumplimiento de las normas de tráfico en el uso de medios automáticos, como son los radares de tráfico, tanto fijos como móviles. Según los resultados obtenidos, la presencia de estos dispositivos no ofrece efectos estadísticamente significativos en la reducción de la mortalidad vial, independientemente del número de coches que sean sometidos a los controles de velocidad. 

En consecuencia, para el profesor Castillo, los hallazgos de esta investigación arrojan suficiente evidencia empírica al clásico debate acerca de si, en la creciente presencia de los radares en nuestras carreteras, primaría la función recaudatoria por encima de los objetivos preventivos relacionados con la seguridad vial. Según el investigador, sus resultados demuestran que, independientemente de lo que piensen los gestores públicos, en realidad lo recaudatorio parece situarse por encima. 

La profesora Mercedes Castro subraya también la importancia de maximizar el tiempo operativo de los agentes de la Guardia Civil de Tráfico, lo que podría favorecerse minimizando las tareas burocráticas y administrativas que les son asignadas frente a las labores operativas que les son propias. En este sentido, como recuerda la profesora Lourdes López Valpuesta, las pruebas de alcoholemia presenciales sí están asociadas a una menor siniestralidad en carretera, mientras que los controles de velocidad realizados desde coches patrulla camuflados, de los que los conductores normalmente no son conscientes, no muestran efectos relevantes. 

Así, según la profesora Castro Nuño, pueden señalarse determinadas variables claves asociadas a una menor mortalidad en carretera derivada de accidente de tráfico, como pueden ser el uso intensivo de vehículos patrulla, y, en menor medida, indicadores como las infracciones denunciadas por agente y el número medio de horas de vigilancia realizadas por agente.

Para el Profesor José Ignacio Castillo, en conjunto, estos resultados sugieren que la presencia visible de los agentes de tráfico y sus vehículos en las carreteras, y más aún si están realizando controles, no solo aumenta la posibilidad de detectar a los infractores, sino que también podría tener un efecto protector sobre todos los conductores, que los hace más cumplidores.

En síntesis, los investigadores concluyen que los avances en automatización y digitalización de las labores de supervisión vial deberían ir encaminados no a disminuir la presencia de los agentes de la Guardia Civil en las carreteras españolas sustituyendo su labor humana, sino a todo lo contrario, a aumentarla y reforzarla.

A partir de los resultados obtenidos por su investigación, defienden que lo que se debería digitalizar son las tareas administrativas y labores burocráticas asignadas a los agentes para minimizar el tiempo que dedican a las mismas, junto a optimizar los procesos de seguridad y salud laboral, buscando minimizar las bajas médicas y el mantenimiento de los vehículos, para favorecer que pasen el mayor tiempo posible en labores efectivas de control y vigilancia, de las que se beneficia toda la ciudadanía. 

En cambio, según el profesor Castillo, el escenario en el que las tareas de supervisión y control de las normas se digitalicen y se monitoricen al extremo de que la IA pueda sustituir a los humanos, en este caso los Guardias Civiles, sería más una distopía que una utopía, ya que haría menos seguras nuestras carreteras.  

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