La profesora del Departamento de Prehistoria de la UVa Elisa Guerra se apoya en los registros arqueológicos para hablar sobre el uso de estas sustancias desde el Neolítico y su posterior demonización y sustitución por las bebidas alcohólicas. Será en el Seminario que impartirá en el Primer Simposio Psiconauta: Utopía y Ebriedad, que se celebra del 11 al 16 de diciembre en la localidad chilena de Conguillio
La adormidera, planta de la que se extrae el opio; el beleño, una planta alucinógena, o el cannabis, del se deriva el cannabis, ya se explotaban y utilizaban en la Prehistoria como sustancias psicoactivas, pero en cierto momento hubo una demonización de este tipo de sustancias, que alcanzó su punto álgido en la Edad Media, relegadas posteriormente para usos medicinales. Algunas incluso fueron demonizadas, en sustitución de las bebidas alcohólicas.
Es la hipótesis que llevará la profesora del Departamento de Prehistoria Elisa Guerra, en el seminario que impartirá en el Primer Simposio Psiconauta: Utopía y Ebriedad, que se celebra del 11 al 16 de diciembre en la localidad de Conguillio (Chile).
El consumo de este tipo de sustancias psicoactivas junto a las bebidas alcohólicas fueron utilizadas en la antigüedad de manera paralela, pero en determinado momento éstas primeras fueron apartadas. Cómo fue este proceso y cómo las bebidas alcohólicas empiezan a utilizarse en banquetes, ceremonias rituales e incluso en rituales religiosos, como sucedió en el mundo cristiano, eje fundamental de la Eucaristía, es la reflexión que la profesora de la UVa llevará a este Simposio en donde se va a hablar sobre el estudio, práctica y comprendimientos de la psiconáutica, chamanismo, psicofármacos y éxtasis desde sus múltiples facetas en donde se reunirán investigadores hispanoamericanos y sus equivalentes en Europa, Estados Unidos, Reino Unido, África y Australia.
El fin de este simposio es abordar temáticas que ayuden a comprender las posibilidades de aplicar las técnicas chamánicas y el uso de psicofármacos a la vida contemporánea en la sociedad occidental.
“Las plantas que llevaban siglos y milenios siendo utilizadas como sustancias psicoactivas comienzan a ser repudiadas, algunas de las cuáles se van a utilizar en prácticas medicinales pero en otras se va a establecer una especie de ‘tabú’. Muchas de ellas en la actualidad conservan nombres peyorativos que lo relacionan con la locura, con el demonio o con la muerte”, explica Elisa Guerra. Y esta situación se consolidó ya en la Edad Media, en donde fueron suplantadas por las bebidas alcohólicas. Este hecho fue evidente cuando los españoles llegaron a América y observaron como grupos culturales consumían sustancias alucinógenas como el peyote, rapes alucinógenos, honguillos, etc. En ese momento, al no tener un marco de referencia con el que compararlo describen sus efectos como una embriaguez alcohólica.
Elisa Guerra explica que existían cultos con una larga tradición de utilización de estas sustancias, como en el mundo grecolatino, pero a medida que se va implantando el cristianismo se condenan las prácticas con este tipo de sustancia. Con esta hipótesis hace un recorrido por la Prehistoria, que, gracias a los documentos arqueológicos, se han datado los primeros indicios de consumo de plantas psicoactivas entre los neandertales, que conocían y explotaban ciertas plantas por sus propiedades medicinales, aunque este análisis se centra sobre todo a partir del Neolítico en adelante donde la documentación es más sólida.
“En el mediterráneo occidental, por ejemplo, hay buena documentación de la domesticación y cultivo de la adormidera, planta de la que se extrae el opio, desde el Neolítico antiguo. No se sabe bien si se utilizaba siempre como droga, porque muchas de estas plantas tienen otras propiedades, por ejemplo, ésta es una planta oleaginosa y sus semillas se utilizan actualmente en repostería, ya que son inocuas”. Lo que indica que la aparición de una determinada planta en un yacimiento no significa que automáticamente la usasen como droga, “aunque en algunos casos sí que parece la estaban utilizando para este fin”.
De hecho, en su seminario documenta la importancia de esta planta y del opio en el Mediterráneo oriental en la Edad del Bronce porque hay buenas representaciones religiosas, divinidades asociadas con cápsulas de adormidera. En esta época ya está extendido por toda Europa su cultivo y hay restos en yacimientos en la actual Grecia con representaciones iconográficas.
También se han encontrado restos de semillas de beleño, una planta silvestre que se usaba desde la Prehistoria y que provoca efectos alucinógenos, “pero en determinado momento se rechaza su uso y ya en la época medieval se la comienza a relacionar con la brujería”.
Entre otras de las plantas usadas era el cannabis, de cuya planta macho se explota por sus propiedades textiles mientras que las plantas hembra tienen los principios psicoactivos más acusados, los THC, y son las que se consumen como droga. “Cuando en un yacimiento nos encontramos semillas de cannabis, lo que indica es que lo que estaban explotando son las plantas hembra, que son las que producen los cañamones”. Hay buena documentación de alguna tumba de la Europa oriental en donde se han encontrado semillas carbonizadas del III milenio a.C .
También se han encontrado restos del V milenio a.C en culturas neolíticas de China, que ya utilizaban el cáñamo por sus propiedades como fibra, como planta oleaginosa, en remedios medicinales y como droga, ya que se han obtenido restos de marihuana en tumbas.
En la Península Ibérica no se han encontrado restos de esa sustancia, pero sí está documentado, al igual que en el resto de Europa, el uso de bebidas fermentadas como cerveza, hidromiel o vino de frutas, gracias a análisis de residuos en vasijas. Pero hasta la Edad de Bronce no hay producción a gran escala, a partir de ahí ya se ha documentado sobre todo en la Europa oriental, donde hay complejos en Israel o Creta con bodegas. En Europa occidental, la viticultura no se introduce hasta el primer milenio, por lo que se elaboraban anteriormente bebidas fermentadas pero no a gran escala.
En España se han obtenido residuos de cerveza en cerámicas campaniformes correspondientes a III milenio a.C, en algunos yacimientos de Soria, en Almenara de Adaja (Valladolid) o en la Loma de la Tejería (Lérida).
“En el mundo antiguo es difícil establecer una línea divisoria entre lo que es práctica terapéutica, ritual o práctica religiosa, porque en muchas sociedades tradicionales el que consume este tipo de plantas como medicina es el chamán, porque en esas sociedades se considera que la enfermedad es un castigo divino, y con su consumo facilitaban el contacto de éste con los seres espirituales, ya que alteraban su consciencia y con ello podían conocer la causa de la enfermedad”, reflexiona la profesora de la UVa.
A la pregunta de si el chamanismo existió en la Europa prehistórica, Elisa Guerra responde que los especialistas aún debaten si existió un chamanismo canónigo en la Prehistoria europea, porque es muy difícil de documentar “sólo cuando se reúnen unos elementos que son poco habituales- aclara-, como objetos relacionados con la música o determinados elementos que no casan con la esfera doméstica, se sugiere que pudieran ser chamanes”. “Hemos publicado hace un poco un estudio, en la que estoy como autora principal, en la que se ha podido detectar tres alcaloides en muestras de cabello de la Edad del Bronce (1000 a.C) de una cueva de Menorca, y planteamos que pudieran corresponder a un chamán”.
I Simposio Psiconauta: Utopía y Ebriedad
Este encuentro es una iniciativa de Fundación Lobeliana junto al investigador Constantino Manuel Torres, apoyado por los investigadores Giuliana Furci y Jonathan Ott, para reunir a investigadores de larga trayectoria, estudiosos contemporáneos y representantes locales del mundo chamánico (pueblos originarios) sobre el estudio, práctica y comprendimientos de la psiconáutica, chamanismo, psicofármacos y éxtasis desde sus múltiples facetas. El propósito es crear una atmósfera de intercambio entre investigadores latinoamericanos y sus equivalentes en Europa, Estados Unidos, Reino Unido, África y Australia, y abordar temáticas que ayuden a comprender las posibilidades de aplicar las técnicas chamánicas y el uso de psicofármacos a la vida contemporánea en la sociedad occidental.
Los invitados al simposio pertenecen a un ambiente multidisciplinario, procedentes de la antropología, arqueología, química, etnobotánica, arte e historia del arte, música, danza y otros. De este modo, podremos investigar la psiconáutica y el chamanismo no como fenómenos separados y distintos sino como fenómenos unificadores que se deben considerar en función de las necesidades y circunstancias específicas que dieron lugar a su formación y desde el punto de vista contemporáneo, tal vez privilegiado, que nos hace posible contemplar la totalidad y diversidad de expresiones chamánicas.
El conocimiento íntimo de un individuo acerca de sí mismo, de su comunidad, de su espacio vital, es probablemente la lección más relevante que podemos extraer de una investigación multidisciplinaria sobre este tema.
Desde el punto de vista de las ideologías chamánicas podemos aprender cómo desarrollar un conocimiento íntimo de nuestro entorno inmediato como una entidad llena de patrones con los que nos podemos familiarizar, y frente a la reapertura del trabajo con psicoactivos, incorporar prácticas conscientes de navegar lo desconocido que aparece al traspasar el “velo” de lo comprendido como real mediante el umbral de lo extático. Tales conocimientos traen consigo y demuestran la interconexión de todos los elementos que lo componen. Las culturas indígenas de todo el mundo, a lo largo de los siglos han desarrollado inteligentemente conceptos de lo que es apropiado para ellos y su entorno en un momento dado.
Un seminario como este nos permitirá indagar en nuestras tradiciones globales qué estrategias seguir para determinar qué es apropiado para nuestro tiempo y lugar, y no la simple imitación de culturas indígenas. Tanto las tecnologías chamánicas como las manifestaciones occidentales pueden contribuir a responder estas preguntas sobre nuestra propia cultura. Entonces, qué aspectos del chamanismo, la psiconáutica, psicofármacos y éxtasis podrían aplicarse a nuestra vida actual, con comunicación inmediata, capaz de recuperar instantáneamente todo tipo de información y la oportunidad de moverse a través del planeta en unas pocas horas.
Fuente: https://peregrinadanza.wordpress.com/