Cómo la extrema derecha europea trata de intervenir en la educación

Artículo de
Enrique Javier Díez Gutiérrez, profesor del la Facultad de Educación de la Universidad de León. Mauro Rafael Jarquín Ramírez, profesor de la Facultad de Filosofía y Letra de la Universidad Nacional Autónoma de México.

La educación pública en Europa está amenazada no solo por la “destrucción creativa” de las políticas neoliberales de recorte en la financiación de lo público (tanto por los gobiernos conservadores como los socioliberales de Europa), sino también por la agenda política de la extrema derecha, que pone en cuestión los principios y valores de una educación democrática, inclusiva y del bien común.

El análisis de la actual batalla cultural y educativa de la extrema derecha en Europa muestra la existencia de una agenda política común en materia educativa organizada bajo una Internacional de Ultraderecha en Educación (IdUE).

Líneas ideológicas estratégicas de la extrema derecha en educación

Tras la investigación de las propuestas políticas de los partidos de extrema derecha europea los resultados muestran cuatro esferas en torno a las que la extrema derecha europea está centrando su batalla cultural en el terreno educativo: a) la organización del sistema educativo; b) el currículo y los contenidos educativos; c) la educación en valores y d) la metodología educativa.

En cuanto a la organización del sistema educativo

Los partidos de extrema derecha apuestan por recentralizar y controlar los sistemas educativos (excepto en Alemania, por su historia y tradición). En Francia, además Le Pen quiere que el Ministerio autorice y controle los libros de texto y que el profesorado no pueda expresarse “en cuestiones políticas, ideológicas y religiosas”.

También abogan por la privatización educativa convirtiendo la educación en un nuevo nicho de negocio para la empresa privada, por gestionar las escuelas como empresas y por adaptar la educación a las prioridades establecidas por el mercado. Incluso en Italia afirman que ese modelo de gestión empresarial de las escuelas devolverá el poder a los hombres en una profesión “demasiado feminizada”.

Currículo y contenidos educativos

Insisten en que la escuela debe educar en la cultura hegemónica y reforzar la identidad nacional “patriótica” así como enfrentarse al interculturalismo para “defender la cultura dominante de manera segura y orgullosa” e impulsar el asimilacionismo y suprimir “la lengua y cultura de origen”. Reclaman la recuperación de un supuesto pasado épico, glorioso, de “identidad nacional” heroica y mítica, ligado a valores tradicionales católicos, raciales y culturales. Difunden que “el islam radical está tomando el poder”, especialmente en los centros educativos y que la supuesta “bajada de nivel” es atribuible a los estudiantes de origen extranjero.

Exigen el control sobre los contenidos que se imparten en las escuelas mediante el “PIN parental”, para supuestamente “defender a los menores del adoctrinamiento” o mediante leyes que restringen o prohíben contenidos LGTB en libros, por ejemplo.

Educación en valores

La recuperación de una educación “patriótica” que consiste en enseñar y ensalzar “las gestas y hazañas de nuestros héroes nacionales”, frente al rechazo a la educación afectivo-sexual, que consideran “propaganda de género” o una forma acentuar la homosexualidad y transexualidad.

Dentro del conjunto de “valores” que reclaman incluyen la meritocracia, exigiendo terminar con la “discriminación positiva” que beneficia sobre todo a la población inmigrante, según ellos.

Metodología educativa

En coherencia con lo anterior exigen la recuperación de la cultura y la ideología del esfuerzo como base de la metodología educativa. Así como la disciplina como pilar de la mejora de la calidad educativa. Lo cual se proyecta en la culpabilización del estudiante como único responsable de su fracaso escolar, convirtiendo a las víctimas en culpables.

Abogan por convertir al profesorado en “autoridades policiales” mediante leyes de autoridad y sancionando como “delito de atentado contra la autoridad las agresiones a profesionales docentes”. En Italia, esta ideología se extiende a la persecución de las familias amenazando con encarcelar hasta dos años a los padres de los niños que abandonan la escuela en lugar de luchar contra las causas del abandono escolar.

Combatir la batalla cultural de la extrema derecha

La extrema derecha quiere hacer de la escuela el frente de su batalla ideológica y cultural. Ante el discurso catastrófico de estos partidos que ataca insistentemente la confianza en las instituciones democráticas y en la educación pública, que responsabiliza al propio alumnado con dificultades de su situación escolar y del “fracaso educativo”, que quiere convertir al profesorado de la pública en “policías”, que pretende una escuela selectiva y segregadora en vez de inclusiva, democrática y participativa, es clave recuperar la defensa de la escuela pública, dotarla de recursos y medios suficientes para que pueda ser realmente inclusiva, fortalecer la formación inicial y permanente del profesorado en el pensamiento crítico e impulsar los principios democráticos y participativos en el sistema educativo, y educar en la igualdad, la justicia social y el bien común desde una perspectiva claramente antifascista.