El cine es una de las herramientas de formación y comunicación más potentes. A través de las películas, la población ha aprendido sobre astronomía, historia, física y también ciencia de los materiales, pero, sobre todo, ha recibido lecciones sobre medicina. Un profesor de la Universidad Miguel Hernández (UMH) analiza en un estudio, cómo el cine ha tratado los microbios patógenos y las enfermedades infecciosas, así como la manera en que ha enseñado a la población a enfrentarse a estas amenazas para la salud.
En su artículo, ‘Patógenos microbianos en las películas’, el profesor del Área de Microbiología de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), Manuel Sánchez Angulo, trata la representación de los microbios patógenos y las enfermedades infecciosas en las películas comerciales y su uso como herramientas educativas. La revisión se ha publicado en el último número la revista de la Federación Europea de Sociedades de la Microbiología FEMS Microbiology Letters.
El profesor de la UMH Sánchez Angulo ha publicado diversos trabajos sobre la relación entre el cine comercial y la biología como, por ejemplo, su colaboración con la revista UMH Sapiens con su columna ‘Un biólogo en el cine’. Además, utiliza en sus clases fragmentos de dichas películas para explicar diversos conceptos microbiológicos a sus alumnos.
La revisión está estructurada en tres partes principales: las enfermedades infecciosas; los científicos que las estudian y combaten; y las distopías imaginadas a causa de la acción de estos patógenos como, por ejemplo, los apocalipsis zombis imaginados en series como The walking dead o The last of us. En cada una de las secciones se describen algunas de las películas más famosas sobre esta temática. Además, viene acompañada de unas tablas en las que se nombran otras muchas películas representativas.
Las películas seleccionadas los son porque, no solo muestran la enfermedad, sino también otros aspectos importantes como puede ser el cuidado de los enfermos o el impacto social de dicha enfermedad. Hay que tener en cuenta que las películas comerciales son mucho más conocidas por el gran público que los documentales. La sociedad sabe mucho más sobre el SIDA gracias a películas como Philadelphia o Dallas Buyers Club que a cualquier vídeo informativo de la OMS.