Artículo de Matías Reolid Pérez. Doctor en Ciencias Geológicas (Universidad de Granada, 2003). Ha sido investigador del Programa Ramón y Cajal, y actualmente es profesor titular en la Universidad de Jaén.
El paleontólogo de la Universidad de Jaén, Matías Reolid, junto con investigadores de las universidades de Kiel (Wolfgang Ruebsam, Alemania) y Bristol (Mike Benton, Inglaterra), han publicado un artículo sobre el impacto que tuvo un evento climático hipertermal del Jurásico inferior en la evolución de las comunidades de dinosaurios a nivel global. El denominado Evento Jenkyns, ocurrido a inicios del Toarciense, en el Jurásico inferior hace unos 183 millones de años, se caracterizó por una perturbación del ciclo del carbono con un incremento de los gases de efecto invernadero, un calentamiento global del orden de 10ºC y un incremento de los incendios, como se deduce del estudio de sedimentos de este intervalo temporal.
Según los registros de polen fósil de aquel tiempo, el clima se hizo más cálido y árido, acompañado de un desplazamiento de los cinturones climáticos hacia latitudes altas y un importante cambio en la vegetación. Este cambio climático fue producido por un incremento en la actividad volcánica de la provincia volcánica de Karoo-Ferrar ubicada en lo que actualmente es el sur de los continentes africano y sudamericano, que en aquel entonces se encontraban unidos ya que aún no se había abierto el Océano Atlántico.
El calentamiento climático, el incremento de la aridez, la mayor incidencia de los incendios y los efectos de la lluvia ácida derivada de los gases volcánicos, causaron la pérdida de buena parte de las masas forestales y una disminución de su diversidad. Estos cambios tuvieron un importante impacto en las comunidades de dinosaurios herbívoros y consecuentemente en los carnívoros.
Los autores de este trabajo evidencian por primera vez como la reducción en la diversidad y riqueza de las comunidades vegetales. Los bosques estuvieron dominados por las cheiroleipidiaceas, un tipo de coníferas termófilas y xerófilas (es decir, adaptadas a condiciones cálidas y áridas).
Estos cambios en la vegetación condujeron a la extinción de muchas familias de sauropodomorfos, los principales herbívoros del Jurásico inferior, con la desaparición entre otros grupos, de los prosaurópodos (Familias Anchisauridae y Massospondylidae) y algunos saurópodos primitivos. Algunas especies de sauropodomorfos del Jurásico inferior alcanzaron ya grandes tamaños (Jingshanosaurus 10 m, Barapasaurus 14 m, Gonxianosaurus 14 m).
Otro grupo de herbívoros de menor tamaño, los ornitisquios, se vieron afectados con la desaparición de numerosas especies incluyendo la Familia Scelidosauridae al completo, que incluye reptiles acorazados como Scelidosaurus y Emausaurus que podían alcanzar los 4 m. Otros ornitisquios bípedos de pequeño tamaño también sufrieron esta crisis bióticaentre los que se encontraban las familias Heterodontosauridae y Fabrosauridae, con cuerpos ligeros y tamaños inferiores a los 2 m.
Los carnívoros dominadores a lo largo de Jurásico inferior, coelofísidos y dilofosauridos, también se vieron afectados por estos cambios en los ecosistemas y la desaparición de muchas de sus presas potenciales. Éstos eran organismos ágiles y esbeltos adaptados a la carrera como Coelophysis y Dilophosaurus, generalmente de tamaños inferiores a los 6,5 m de longitud.
Los investigadores también muestran cómo, tras el Evento Jenkyns, las comunidades vegetales recuperaron su diversidad lentamente, conforme el clima se tornaba menos cálido y más húmedo. Este hecho condujo a una diversificación y aparición de nuevos grupos de herbívoros sauropodomorfos en el Jurásico medio, entre los que destacan los eusaurópodos (familias Mamenchisauridae, Cetiosauridae, Dicraeosauridae y Macronaria) que se extendieron por todos los continentes y que presentaron adaptaciones que les permitieron alcanzar tamaños que en muchos casos excedieron los 20 m de longitud y las 17 toneladas. Es el caso de los géneros Datousaurus (15 m), Patagosaurus (16 m) y Jobaria (21 m).
Los otros dinosaurios herbívoros, los ornitisquios, también se diversificaron con la aparición de nuevas familias de enormes dinosaurios acorazados como los estegosaurios y ankilosaurios, como el género Adratiklit que alcanzó los siete metros de longitud.
Los carnívoros también se diversificaron con la aparición de nuevos grupos de terópodos, más robustos y de gran tamaño, como los ceratosaurios, megalosaurios y allosaurios que pudieron alcanzar los 10 m de longitud, como ocurre con los géneros Megalosaurus y Piveteausaurus.
De este modo, este trabajo muestra por vez primera, como un evento de calentamiento global, ocurrido a finales del Jurásico inferior, modeló un cambio en la composición de los ecosistemas continentales que afectó a toda la cadena trófica comenzando con las plantas, pero también a los reptiles dominadores en tierra firme como son los dinosaurios tanto herbívoros como carnívoros. La radiación evolutiva tras el Evento Jenkyns configuró los grupos de dinosaurios que dominarían durante el resto del Jurásico y Cretácico hasta su extinción hace 66 millones de años.
El trabajo ha sido publicado en la revista Earth Science Reviews, la revista más prestigiosa dentro del ámbito de la Geología.