Cinco obras se alzan con el VIII Premio UNIA de Pintura

El jurado del VIII Premio UNIA de Pintura ha fallado reconocer las obras presentadas por los artistas Laura Vinós, Víctor González Pérez, Juan Manuel Benítez Grima, Lucía Tello Molina y Abel García Saavedra. El galardón, una de las iniciativas más veteranas de apoyo a la creación artística para la comunidad universitaria española, cierra así una nueva edición en la que se han valorado 39 propuestas.

Jurado del premio y el rector de la UNIA, José Ignacio García.

Las pinturas “Aljarafe”, “Non space”, “El Minuto de Silencio (Kinsley)”, “Pila” y “El parque” serán adquiridas por la Universidad Internacional de Andalucía, a través del fondo destinado a este premio, según decisión del jurado compuesto por Manuel León (primer ganador de este concurso), Ana Barriga (premiada en 2014), el artista Miguel López Losada, el director del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), Juan Antonio Álvarez Reyes, y el vicerrector de la UNIA de Formación Permanente y Extensión Universitaria, Manuel Acosta.

Junto a las cinco pinturas, han sido seleccionadas otras ocho obras que serán también parte de una exposición itinerante en las sedes de la Internacional de Andalucía durante 2022. En concreto, se trata de “Espejo” de Pepe Domínguez, “Coleccionismo” de Noé Peiró, “CSH8_17” de Norberto Gil, “Pasillo 06” de Pablo Castañeda, “Quick Things Passing” de Ana de Lara, “S/T” de Andrés Aparicio, “Marionette I (de la serie Post Scriptun)” de María Dávila y “Paisaje granadino (After Morcillo)” de José Luis Valverde.

Galardonados

“Aljarafe” es la propuesta de Laura Vinós, estudiante del Grado de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla. Su obra tiene como inspiración primordial la reflexión de realidades ajenas, pensamientos internos o vivencias para construir historias que cuestionan conceptos morales del entorno, a modo de moraleja o metáfora.

Con “Non space”, Víctor González (Grado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla) investiga la propia “gramática” de la pintura, así como las tensiones producidas fruto de los códigos de representación del espacio dentro de la misma. Fruto de estas tensiones, se desprenden ciertas connotaciones oníricas o “surrealistas” debido a la constante deconstrucción y deformación de las reglas de la perspectiva y la geometría.

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