El Complejo Hospitalario Torrecárdenas de Almería diagnostica cada año una media de 150 nuevos casos de la enfermedad de Parkinson. La mayor parte de ellos son atendidos a través de una consulta monográfica dedicada a Trastornos del Movimiento, dependiente de la Unidad de Gestión Clínica de Neurología. Esta semana se celebra el día mundial de esta patología, fecha que los especialistas aprovechan para recordar la importancia de un diagnóstico precoz.
La enfermedad de Parkinson es una patología neurológica de carácter degenerativo, que afecta a las estructuras del cerebro que controlan los movimientos voluntarios. Se produce cuando las células nerviosas dejan de producir un neurotransmisor denominado ‘dopamina’. Se manifiesta por tres síntomas principales: temblor, hipocinesa (movimientos lentos y poco espontáneos) y rigidez. Asimismo, también puede presentar otros síntomas, entre los que se incluyen trastornos del sueño, problemas urinarios o mareos, entre otros.
Los primeros síntomas de la enfermedad de Parkinson son leves y se van haciendo cada vez más notorios con el paso del tiempo. El cuadro inicial típico registra dolores articulares y, sobre todo, torpeza para realizar movimientos. En el 80% de los pacientes los síntomas comienzan en un solo lado del cuerpo y luego se generalizan.
El neurólogo del Complejo Hospitalario Torrecárdenas, Jesús Olivares, explica que “la enfermedad de Parkinson es más frecuente en varones que en mujeres y en la mayoría de los pacientes es esporádica, aunque un pequeño porcentaje de los casos, entre el 5% y el 10%, son hereditarios”. Olivares señala que “es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente en nuestro entorno y en Almería estimamos que afecta a entre 1.500 y 2.000 personas”.
La mayor parte de los nuevos casos diagnosticados cada año en Almería afectan a personas mayores de 65 años, aunque hasta un 15% de los nuevos diagnósticos tienen menos de 45 años. “Casi todos estos pacientes reciben asistencia neurólogica, pero es posible que, por las características clínicas de la enfermedad, con frecuentes trastornos de la marcha y alteraciones anímico-conductuales asociadas, un porcentaje nada desdeñable sea seguido por otras especialidades médicas, como Traumatología, Psiquiatría o Medicina Interna; de ahí la importancia del su correcto reconocimiento clínico y su diagnóstico precoz para que su manejo sea el más adecuado” apunta Olivares.