Cáscara de patata y aspirina: su unión podría reducir los coágulos en la sangre

La clave de este hallazgo está en las plaquetas –también conocidas como trombocitos–, pequeñas células sanguíneas que son el primer paso para que suceda la coagulación en la sangre.

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En la patata sabanera que usted compra en el supermercado hay dos compuestos capaces de disminuir los coágulos de sangre, obstrucciones en venas o arterías que pueden provocar trombosis, embolias, isquemias y hasta infartos. La unión de uno de estos metabolitos a la acción de la aspirina –que suele prescribirse para prevenir ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares– es prometedora, ya que reduciría efectos secundarios como hemorragias y alergias que se pueden presentar durante el tratamiento con dicho medicamento.

La cáscara de patata tiene compuestos que potenciarían el efecto de la aspirina. Foto: archivo Unimedios.

La clave de este hallazgo está en las plaquetas –también conocidas como trombocitos–, pequeñas células sanguíneas que son el primer paso para que suceda la coagulación en la sangre, pues cuando se produce una lesión en un vaso sanguíneo ellas se activan y se adhieren al sitio de la lesión para formar un “tapón” que ayuda a detener el sangrado y prevenir la pérdida excesiva de sangre.

¿Y si tienen un efecto positivo en una lesión, en qué momento se convierten en un problema? Esto se da por desequilibrios en su funcionamiento a causa de predisposiciones genéticas, lesiones en los vasos sanguíneos durante una cirugía o enfermedad, mala alimentación, falta de actividad física, e incluso algunos medicamentos hormonales. Así, las plaquetas terminan generando un exceso de taponamiento en las venas y arterías que puede desembocar en accidentes cerebrovasculares o infartos de miocardio.

El medicamento más utilizado para evitar dichas afecciones es la aspirina (ácido acetilsalicílico), pues su efecto es rápido para evitar la agregación plaquetaria, o sea los coágulos en la sangre; no obstante, como la mayoría de los fármacos, no se salva de tener efectos secundarios, que aunque no siempre se dan, es importante disminuir, por ejemplo, la hemorragia en las vías digestivas, las alergias o la resistencia del paciente a su consumo.

La aspirina, como cualquier medicamento, puede tener efectos secundarios, por lo que un reemplazo en la concentración disminuiría este problema. Foto: Nicol Torres, Unimedios.

Por esta razón, la investigadora Angélica Natali Moreno Tristancho, magíster en Farmacología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), puso a prueba el ácido cafeico y el ácido clorogénico –compuestos polifenólicos llamados así por su estructura química– en células de plaqueta extraídas de cuatro pacientes sanos, para evaluar su potencial contra los coágulos sanguíneos al unirse en una solución con aspirina.

En distintos ensayos a mínimas concentraciones de gramos por litro se identificó que el ácido clorogénico tiene el mayor potencial cuando se mezcla con la aspirina en las plaquetas, ya que el compuesto por sí solo puede controlar hasta un 80 % de la coagulación, una cifra que al unirse a la acción del medicamento resultaría prometedora en un tratamiento.

Sin embargo este es un estudio preliminar, ya que se sabe poco sobre estas combinaciones y aún está en fase de laboratorio, por lo que habría que hacer una investigación administrando los compuestos a personas y observando qué ocurre en sus plaquetas.

La investigadora Moreno señala que “el ácido clorogénico demostró tener sinergia (término clave en farmacología) con la aspirina, contrario a lo que ocurrió con el ácido cafeico, lo cual es un hallazgo importante pues en la literatura solo se tenía registrado lo que pasaba en los compuestos por separado”.

“En una tesis de doctorado de la Universidad ya se había encontrado que estos polifenoles tenían la actividad deseada, lo cual nos ahorró tiempo, y ahora lo que debíamos evaluar eran las interacciones que potenciaran el efecto de la aspirina”, asegura la magíster, quien contó con la guía y el apoyo del profesor Mario Francisco Guerrero Pabón, del Departamento de Farmacia de la UNAL, que ha estudiado de cerca la acción de compuestos naturales en distintas afecciones de salud.

Angélica Natali Moreno Tristancho, magíster en Farmacología de la UNAL. Foto: Angélica Natali Moreno Tristancho, magíster en Farmacología de la UNAL.

Para analizar la acción de esta unión, la investigadora utilizó un agregómetro de la UNAL, instrumento que mide qué tanto se agregan las plaquetas generando coágulos de sangre, y que es uno de los pocos que se tienen en el país. El proceso consistía en distribuir los tubos con las concentraciones y las células de las plaquetas extraídas de los pacientes y ver si había un efecto en ellas.

Además se implementó el software Combenefit, una plataforma de uso gratuito empleada mucho en estudios sobre el cáncer; en ella se genera una predicción de lo ocurrido en el agregómetro, demostrando que sí hay una sinergia entre el ácido clorogénico y la aspirina. Y aunque, como se comentó, hace falta investigación, este el primer paso para que en el futuro se tengan mejores fármacos para tratar enfermedades vasculares y prevenir complicaciones por la coagulación en la sangre.

Las enfermedades relacionadas con las obstrucciones en el flujo de la sangre están entre las principales causas de muerte en América, con hasta 2 millones de fallecimientos al año, un problema que se acentúa en países de ingreso medio o bajo, con un aumento latente de los casos que necesitan mejor prevención y manejo.