Un equipo multidisciplinar compuesto por investigadores de las Universidades de Málaga y Sevilla trabaja en conocer cuáles son las variables espaciales, ambientales y arquitectónicas que influyen en la capacidad funcional de las personas que sufren enfermedad de Alzheimer (EA) en su vida cotidiana.
La investigación, liderada por los profesores Pablo Lara (Facultad de Medicina de la UMA) y Santiago Quesada (Escuela de Arquitectura de Sevilla), ha obtenido financiación en la última convocatoria competitiva de Proyectos de I+D+i 2020, en el marco del Programa I+D+i orientado a ‘Retos de la sociedad del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación’. El proyecto se denomina ALZARQ, y se enfrenta a retos que afectan a la salud, el cambio demográfico y el bienestar, alineándose con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030: Salud y Bienestar y Ciudades y Comunidades Sostenibles.
Se trata de una línea de trabajo que se viene desarrollando desde hace cinco años por investigadores pertenecientes al grupo ‘Healthy Architecture & City’ de la Escuela de Arquitectura de Sevilla y a la ‘Unidad de Salud Cerebral’ del Centro de Investigaciones Médico Sanitarias (CIMES) de la Universidad de Málaga. También participan en la investigación profesores e investigadores del Politecnico di Milano y de la Ecole Nationale Supérieure d’Architecture de Marseille.
La finalidad del proyecto ALZARQ es determinar cuantitativamente cuáles son las variables espaciales y ambientales óptimas para que alguien afectado por EA, durante las primeras fases de la misma (leve e intermedia), pueda desarrollar las denominadas ‘Actividades Instrumentales de la Vida Diaria’ (AIVD) el mayor tiempo posible de forma autónoma y/o con la ayuda del entorno.
Para ello es necesario saber cómo las personas que sufren la diversidad funcional cognitiva que produce la EA perciben el espacio que habitan y la repercusión que éste tiene sobre su estado emocional, orientación y/o reminiscencias.
Soluciones arquitectónicas
El conocimiento obtenido será utilizado para proponer soluciones arquitectónicas y aplicaciones prácticas en el diseño de edificios destinados a este colectivo de personas (hogares, residencias, centros de día, etc.) así como abordar el reto de diseñar los entornos asistidos como eficaces estimuladores sensoriales-emocionales que mejoren la calidad de vida de estos enfermos y de sus familiares a lo largo de la evolución de la EA.
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa grave, de evolución progresiva y de causa multifactorial que se caracteriza por la presencia de deterioro cognitivo, síntomas psicológicos y conductuales y disminución de la capacidad funcional para las actividades de la vida diaria. Presenta una elevada incidencia, que aumenta con la edad, en los países desarrollados (60-80%) y su prevalencia es muy alta en Andalucía.
Acompañando a los importantes problemas de salud aparecen también inseguridad, desorientación, falta de control, cambios en la intimidad doméstica y el propio desconocimiento de la evolución de la EA. Todo ello produce cambios en la forma de habitar tanto del paciente como de sus cuidadores y familiares, generando elevados niveles de estrés.
Con el objetivo principal de paliar carencias y reducir el tremendo impacto de esta enfermedad se aprobó por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, el pasado 10 de octubre de 2020, el Plan Nacional de Alzheimer y otras demencias (2019-2023) que fue presentado por el Ministerio de Sanidad. En este Plan se considera que es prioritario mejorar el entorno y del medio habitado por los enfermos de Alzheimer con el fin de mantenerlos en su ambiente doméstico el mayor tiempo posible; a este objetivo se dirigen los esfuerzos del proyecto de investigación en el que están trabajando los investigadores de Málaga y Sevilla.