El Observatorio Europeo Austral (ESO) ha firmado hoy un acuerdo con un consorcio internacional de instituciones, entre las que se encuentran el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y el Centro de Astrobiología de Madrid (CSIC-INTA), para el diseño y construcción de ANDES (ArmazoNes high Dispersion Echelle Spectrograph). Este instrumento se instalará en el Telescopio Extremadamente Grande (ELT) de ESO. Se utilizará para buscar señales de vida en exoplanetas y buscar las primeras estrellas, así como para comprobar las variaciones de las constantes fundamentales de la física y medir la aceleración de la expansión del Universo.
El acuerdo ha sido firmado por el director general de ESO, Xavier Barcons, y por Roberto Ragazzoni, presidente del Instituto Nacional de Astrofísica de Italia (INAF), que lidera el Consorcio ANDES. También han asistido al acto algunos representantes de las instituciones que forman parte del Consorcio ANDES. La firma ha tenido lugar en la sede central de ESO en Garching, Alemania.
Cómo es el instrumento ANDES
Anteriormente conocido como HIRES, ANDES es un potente espectrógrafo, un instrumento que divide la luz en las longitudes de onda que la componen para poder determinar propiedades importantes de los objetos astronómicos, como su composición química. El instrumento tendrá una precisión sin precedentes en los rangos visible y del infrarrojo cercano, y cuando funcione en combinación con el potente sistema de espejos del ELT, permitirá realizar investigaciones en múltiples áreas de la astronomía.
«ANDES es un instrumento con un enorme potencial para realizar descubrimientos científicos revolucionarios, que pueden afectar profundamente a nuestra percepción del Universo», afirma Alessandro Marconi, investigador principal de ANDES en el INAF. Céline Péroux, científica de proyecto de ESO que realiza el seguimiento de ANDES, añade que las áreas de investigación van «desde la posible detección de rastros de vida en otros mundos y la identificación de la primera generación de estrellas, hasta el estudio de las variaciones en las constantes fundamentales de la física».
Atmósferas exoplantearias
ANDES llevará a cabo sondeos detallados de las atmósferas de exoplanetas similares a la Tierra, lo que permitirá a la comunidad científica realizar búsquedas exhaustivas de indicios de vida. También será capaz de analizar elementos químicos en objetos lejanos del universo temprano, por lo que es probable que sea el primer instrumento capaz de detectar a las primeras estrellas. Además, los datos de ANDES se podrán utilizar para comprobar si las constantes fundamentales de la física varían con el tiempo y el espacio. Sus exhaustivas observaciones también se utilizarán para medir directamente la aceleración de la expansión del Universo, uno de los misterios cósmicos más importantes.
Qué papel tiene España en este proyecto
«La contribución de España en ANDES confirma que la comunidad científica española está en la frontera del conocimiento, en particular, ante la búsqueda de señales de vida en exoplanetas como la Tierra y en la medida directa de la expansión acelerada del Universo», señala Jonay González, investigador del IAC y representante español en el Consejo de ANDES.
«Tanto en sus objetivos científicos como en su diseño tecnológico, ANDES se beneficiará de la experiencia adquirida por el IAA-CSIC en CARMENES, uno de los espectrógrafos detectores de exoplanetas de mayor éxito de los últimos años», declara Pedro Amado, investigador del IAA-CSIC y representante del CSIC en el comité de dirección del consorcio ANDES.
María Rosa Zapatero Osorio, del Centro de Astrobiología, CSIC-INTA, añade: «Estamos encontrando planetas rocosos en zonas habitables alrededor de sus estrellas, pero sólo estudiando sus atmósferas podremos saber si de verdad dan cobijo a una vida como la que conocemos. ANDES es vital para este cometido».
El ELT de ESO se está construyendo actualmente en el desierto de Atacama, en el norte de Chile. Cuando comience a funcionar a finales de esta década, el ELT será el mayor ojo del mundo en el cielo, marcando una nueva era en la astronomía terrestre. El proyecto ANDES lo desarrolla un consorcio internacional compuesto por institutos de investigación de 13 países.