En el Triásico, hace algo más de 250 millones de años, la parte Sur y Este de la Península Ibérica estaban bajo las aguas del mar Tetis. Como se puede imaginar, el ambiente no tiene nada que ver con lo que hay ahora mismo, pero sí contribuyó a conformar la orografía actual y de esta época se conservan restos cruciales para conocer el pasado, como el fósil más completo de un reptil marino del Triásico, aparecido en el municipio murciano de Cehegín.
Cómo es el fósil más completo de un reptil marino del Triásico
Los restos fósiles corresponden al esqueleto articulado de un reptil marino de unos 40 cm. En concreto, estos restos se encuentran divididos en dos rocas, una de ellas contiene los moldes de las vértebras cervicales, mientras en la otra se distingue la parte media inferior del cuerpo de este reptil (que incluye vértebras dorsales, sacras y caudales, costillas, y parte de las patas delanteras y traseras).
Ambas rocas se localizaron en un muro de la localidad murciana de Cehegín y, actualmente, se encuentran expuestas en el Museo Arqueológico de la localidad. Recientemente, gracias a los trabajos de campo de varios investigadores, se ha descubierto el lugar exacto del que proceden.
Los hermanos Pérez-Valera, miembros también del Grupo PaleoIbérica de la Universidad de Alicante, contactaron con la investigadora de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH), Mélani Berrocal, para que examinase en detalle los restos óseos de este animal, mientras ellos estudiaban la geología de la zona para localizar de dónde procedía el reptil.
Así, los investigadores realizaron varias visitas al Museo para fotografiar las rocas con distintos tipos de luz y diferentes ángulos y describir en detalle los restos óseos. Posteriormente, se desplazaron a la cantera de la que se sospechaba que procedían las rocas que contienen este reptil, para confirmar su origen y reconstruir el contexto geológico de los materiales en los que se localizó el animal, situándolo en el tiempo.
Qué datos aporta este fósil de un reptil marino
Tras ello, pronto descubrieron que el hallazgo “aporta datos inéditos sobre las conexiones marinas de la época en la que se empieza a fragmentar el gran supercontinente Pangea” explica la investigadora.
“El animal tendría un aspecto parecido a un lagarto actual, aunque en realidad pertenecía a un linaje de reptiles marinos que se adaptaron al medio acuático de manera temprana, justamente antes de la aparición de los dinosaurios. En concreto, se trata de un reptil del orden Eosauropterygia (Superorden Sauropterygia). Su cuerpo era hidrodinámico para poder desplazarse con facilidad por el agua y tenían un cuello y una cola largos. Su modo de vida era parecido al de los leones marinos, ya que además de nadar por esos mares del Triásico, también podían pasar parte de su vida en tierra firme, sobre la arena o sobre las rocas”, detalla Mélani.
El descubrimiento es especialmente relevante porque el registro de vertebrados marinos del Mesozoico de las Béticas es muy poco conocido, siendo, de hecho, el fósil de reptil marino más completo y de mayor antigüedad publicado hasta ahora en todo el sureste de España. Para encontrar nuevos restos de estos animales, y avanzar con éstos y otros descubrimientos, los investigadores siguen trabajando en distintas zonas de Murcia, pero también de Guadalajara.