Quercus pyrenaica, también conocido como roble melojo, es una especie leñosa de gran valor paisajístico en la Península Ibérica, pero, sin embargo, sus bosques se encuentran en un avanzado estado de degradación en el Sur. Asimismo, ofrece una gran variedad de funciones al ecosistema, tales como formación y protección del suelo y, en su conjunto como bosques, actúan como excelentes reservorios de biodiversidad vegetal y animal.
La simple reforestación no es aconsejable por su escaso éxito. Por tanto, se convierte en una necesidad mejorar la calidad de las plántulas de roble para ser trasplantadas, de modo que, en esta etapa inicial de su vida, las plantas sean capaces de soportar la dureza de la vida en el bosque.
Cuál es el tratamiento ideado por el CSIC para recuperar la población de roble melojo
Un método para conseguirlo es la inoculación de microorganismos beneficiosos, capaces de estimular el crecimiento vegetal. Gracias a la adición de ciertos microrganismos a las comunidades microbianas ya existentes, se pueden incrementar los efectos positivos en la planta. Sin embargo, es necesario comprobar que la inoculación no influye negativamente sobre las comunidades microbianas existentes en el suelo.
Para ello, bellotas de roble melojo se recogieron y dejaron germinar. Tras varios meses en vivero, fueron inoculadas con un consorcio bacteriano constituido por dos cepas diferentes, previamente aisladas del Parque Nacional de Sierra Nevada, para ser posteriormente trasplantadas a campo. Tras 18 meses, se tomaron muestras de ADN de la rizosfera de las plantas, el cual fue secuenciado, analizándose la diversidad, perfiles taxonómicos y los patrones de interacción entre bacterias, a fin de conocer si la inoculación implicaba cambios en la riqueza, complejidad y estructura de la población en la rizosfera.
Qué efectos provocan los microorganismos añadidos a las plántulas de roble
Los resultados muestran que las interacciones bacterianas se ven afectadas debido a la inoculación, hecho que pasa desapercibido con los estudios clásicos de diversidad y taxonomía bacteriana. Si una planta actúa sobre un microbio que interactúa con muchos miembros de la red, puede transmitir la información a toda la red microbiana, lo que a su vez puede tener consecuencias directas sobre la salud del hospedador, pero también sobre la fertilidad del suelo y el entorno circundante.
Esta investigación es fundamental para saber cómo se comportan las comunidades bacterianas de la rizosfera de una especie forestal de especial interés en Sierra Nevada cuando se aplican consorcios bacterianos a modo de bioinoculantes. Los resultados de este trabajo permiten dilucidar si la introducción de bioinoculantes es segura y respetuosa con las comunidades nativas de la rizosfera de roble melojo, antes de llevar a cabo, por ejemplo, tareas de reforestación con plantones inoculados.
Según manifiesta la Dra. Ana Lasa, contratada por el proyecto SUMHAL en la EEZ-CSIC, “es esencial conocer si la inoculación altera las comunidades nativas de cara a la posible aplicación de consorcios bacterianos que estimulen el crecimiento vegetal”.