El Palacio de Congresos de Marbella ha sido el escenario que ha acogido esta mañana la apertura de una nueva edición de los Cursos de Verano de la Universidad de Málaga, que cada año organiza su Fundación General (FGUMA) en colaboración con el ayuntamiento de la ciudad.
María Ángeles Muñoz, alcaldesa de Marbella; Magdalena M. Martín Martínez, directora de la Escuela de Doctorado de la UMA; Diego Vera, director General de la FGUMA, y Abbas Dris Maanan, en representación de Banco Santander, han dado la bienvenida al alumnado y elenco de ponentes de los seminarios que dan comienzo hoy. A los cinco cursos y una conferencia magistral que se desarrollarán durante esta semana se han inscrito cerca de 400 personas. Asimismo, y a pesar de que el periodo de matrícula para las próximas sedes continúa abierto, las cifras globales están en 1.850 alumnos.
La regidora ha repasado las diferentes temáticas que abordarán los seminarios durante estos cuatro días, asuntos todos de máxima actualidad: “Hablar de las cuestiones que le preocupan a la gente ya es un éxito”, ha manifestado Muñoz, al tiempo que ha vaticinado una gran edición de los Cursos de Verano de la UMA, respaldándose en el número de participantes que congrega esta semana en la sede. Por su parte, Vera ha agradecido la posibilidad de revalidar con complicidad la colaboración entre ambas entidades para hacer posible un año más la realización de esta oferta formativa.
“Pretendemos que los alumnos se lo pasen bien y demostrar que la UMA es la Universidad de toda la provincia. Esta inauguración es un buen ejemplo de ello”, ha concluido. Y en esta misma línea se ha manifestado Martín, que ha valorado la “alianza estratégica” entre la Universidad de Málaga y Marbella, destacando el nivel de internacionalización de la sede y la notoriedad de la ciudad. La directora de la Escuela de Doctorado de la UMA se ha referido a los Cursos de Verano de la institución académica como “unos de los más importantes a nivel nacional” y ha destacado la calidad de los programas y el prestigio de los ponentes, lo que posibilita, según Martín, que los seminarios sean muy productivos.
España, líder en turismo inteligente
Luis Javier Gadea, gerente de investigación de SEGITTUR (Sociedad Estatal para la Gestión de la Innovación y las Tecnologías Turísticas) ha abierto el curso “Destinos Turísticos Inteligentes” y ha explicado que los ejes en los que se deben trabajar para conseguir una mejor gestión son tecnología, innovación, gobernanza, sostenibilidad y accesibilidad. Asimismo, ha sido rotundo en cuanto al punto en el que se encuentra España y ha afirmado que es líder en destinos turísticos inteligentes y en esta transformación del sector, de hecho, la Organización Mundial del Turismo (OMT) ha adoptado el modelo español: “Tenemos muchísima proyección internacional y estamos implantando nuestro modelo en Latinoamérica, en países como Colombia, Argentina, México, Paraguay…, somos el número uno actualmente”. En estos momentos, casi 350 destinos en España están apostando por esta estrategia a través de una Red que ayuda a estas zonas en el proceso para convertirse en Destino Inteligente.
En esta transformación del sector también es fundamental la transparencia y el respeto por los derechos humanos: “Hay que tener muy en cuenta a la gente que vive en los municipios, la sostenibilidad cultural, financiera, medioambiental, las políticas sociales, las condiciones de empleo de sus habitantes… se trata de gobernar de una forma más eficiente”.
Sobre datos de turismo más generales, el experto ha declarado que según las cifras actuales vuelven los números de 2019, aunque hay cambios, con más turistas nacionales que internaciones: “Las ocupaciones empiezan a ser muy altas y hay optimismo”.
La pobreza infantil como principal preocupación en la Europa actual
El seminario “La nueva geopolítica europea y el futuro del orden internacional” ha dado comienzo con una mesa redonda sobre la realidad actual del continente, en la que ha participado de manera virtual José María Vera Villacián, director ejecutivo de Unicef España. Vera ha abordado en su exposición el papel de Europa en cuanto a la protección de la infancia durante estos últimos años, centrándose en la situación de nuestro país, como ejemplo de lo que sucede a nivel comunitario.
El representante de la organización se ha remontado a la crisis de 2008 para recordar que los colectivos más vulnerables todavía arrastraban los efectos devastadores de esa coyuntura, que acució un incremento de la desigualdad y, en consonancia, de la pobreza infantil. A pesar de que en la última década se había logrado cierta estabilidad con el aumento del empleo en todos los sectores sociales, Vera ha lamentado que esa tendencia se ha visto truncada por el coronavirus y puede agudizarse más aún con las consecuencias económicas derivadas del conflicto en Ucrania.
En esta línea, ha apuntado que en España casi un tercio de los niños se encuentran hoy día en riesgo de pobreza o de exclusión y que más de un 20 por ciento están en privación material severa. “Hay una capa de la población, sobre todo familias, que están en el límite. Con una inflación del ocho por ciento, que ya todos notamos en nuestros bolsillos, por ejemplo, al repostar o en la cesta de la compra, para estos grupos puede suponer la frontera entre alimentarse o no de una forma adecuada”, ha advertido.
Para paliar las secuelas de este escenario, desde Unicef reclaman que se proteja y se incremente la inversión en infancia, haciendo hincapié en este concepto ya que, para Vera, los esfuerzos destinados a la infancia no deben entenderse como un gasto. “Se trata de defender el presente y también una apuesta por el futuro de las nuevas generaciones”, ha precisado. Es por ello que ha demandado un blindaje de los recursos que se destinan a la infancia, matizando que, en general, no son especialmente robustos ni ocupan las primeras partidas de la seguridad social: el montante dirigido específicamente a la infancia apenas roza el cuatro por ciento del presupuesto total, según la estimación de Vera.
“Si juntamos todas las C determinantes (Covid, conflicto bélico, cambio climático y crisis económica), la perspectiva en el corto y medio plazo no es positiva. Toca luchar por los derechos de nuestros niños y niñas para dejarles un mundo que merezca la pena”, ha apostillado. Es en este sentido en el que Vera ha otorgado un papel crucial a la labor que desempeñan organizaciones como Unicef y otras entidades de cooperación para el desarrollo, en cuanto al apoyo que brindan a iniciativas comunitarias articuladas en torno a la educación, la sanidad o el impulso tecnológico, así como en el fortalecimiento de las políticas públicas de los gobiernos de los estados miembro. Asimismo, ha defendido el papel determinante de la entidad en su vertiente más comprometida, ya que han estado presentes en todos los momentos de crisis humanitaria, como en el caso más reciente de Ucrania, epicentro actual de las miradas de todo el continente. Vera ha evocado que llevan trabajando en zonas como el Dombás más de 25 años y que desde el primer día de la invasión han trabajado sobre el terreno con la capacidad de dar respuestas eficaces: “La infancia se ve sometida a las peores de las violencias y de los traumas que una guerra genera”, ha concluido.
La concienciación social como medida trascendental para conseguir un modelo de consumo de agua más eficiente
Asimismo, también ha comenzado esta mañana en el Palacio de Ferias y Congresos de Marbella el curso de la UMA dirigido por el catedrático Enrique Salvo Tierra que durante dos jornadas analizará las consecuencias del cambio climático a nivel local y global. La conferencia inaugural ha corrido a cargo de Alain Meysonnier, presidente del Instituto Mediterráneo del Agua, que en su intervención ha explicado la importancia de concienciar a la población sobre la problemática física y real del agua en nuestra zona. Para el ponente, es necesario un cambio de mentalidad a todos los niveles, no solo político o económico, también social, para convertir a los consumidores en “consuactores”, personas con la capacidad de actuar con responsabilidad sobre su propio consumo y conocer las implicaciones que su papel tiene en la gestión del agua. Para ello, el invitado ha abogado por hacer pedagogía desde los medios de comunicación, reclamando que esta materia se introduzca también en el ámbito educativo. A pesar de que estas medidas requieren de una actuación inmediata, Meysonnier se ha mostrado esperanzado, ya que cree posible ese cambio de conciencia a medio plazo, aunque ha advertido que si esa transformación no se produce en una década nos enfrentaremos a problemas más graves.
No obstante, el ponente ha recordado que, aunque esta voluntad individual es primordial, el sector más importante en términos de consumo de recursos hidráulicos es la agricultura, que según la estimación del presidente del IME, consume el 80 por ciento del agua que se produce en el Mediterráneo actualmente. El conferenciante se ha centrado en esta zona concreta debido a las peculiaridades que la convierten en un caso especial: se trata del segundo punto caliente afectado por el cambio climático, superado únicamente por los polos, y el primero a nivel mundial de estrés hidráulico, con menos de mil metros cúbicos por persona y año, de acuerdo con los datos aportados por el ponente. No obstante, y para concluir, ha alabado igualmente las medidas adoptadas para combatir esta situación, sobre todo en el sur de España, ya que, como zona tradicionalmente afectada por la sequía, lleva años implantando sistemas de reutilización de agua y esta experiencia, de acuerdo con el invitado, es muy válida como ejemplo para todo el Mediterráneo.
Los Cursos de Verano de la Universidad de Málaga están organizados por la Fundación General de la UMA en colaboración con el Ayuntamiento de Marbella, el patrocinio principal de Banco Santander y el respaldo en esta sede de Acosol, CIFAL Málaga, Comisiones Obreras (CCOO), la Cátedra FYM de Cambio Climático – Universidad de Málaga y varios proyectos de investigación de la UMA.