Andalucía recupera la figura del contratado doctor para dar estabilidad a casi 1.900 profesores

Para acceder a esta categoría docente se necesita contar con el título de doctor y cumplir con las exigencias establecidas en la norma.

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La Consejería de Universidad, Investigación e Innovación ha recuperado la categoría laboral de profesorado contratado doctor en el ámbito académico universitario con el objetivo de garantizar la estabilidad y la seguridad jurídica de los 1.892 docentes no funcionarios acogidos a esta modalidad en Andalucía.

Esta figura dará estabilidad a casi 1.900 docentes de universidades andaluzas.

Así lo ha puesto de manifiesto el consejero de Universidad, Investigación e Innovación, José Carlos Gómez Villamandos en el pleno del Parlamento, donde ha solicitado la convalidación del decreto ley por el que se modifica el artículo 40 de la Ley Andaluza de Universidades (LAU), en el que se desarrollan las clases y modalidades de contratación de la plantilla integrada por profesores e investigadores. Ese decreto ley fue respaldado por el Consejo de Gobierno a finales de octubre y ahora inicia su debate en la Cámara andaluza para su posterior convalidación, si procediera.

De ese cómputo global, la Universidad de Almería dispone de 55 contratados doctores; la de Cádiz, de 165; la de Córdoba cuenta con 168, la de Granada, con 452; la de Huelva, con 101; la de Jaén, con 72; la de Málaga, con 252; la Pablo de Olavide, con 130, y la de Sevilla, con un total de 497 perfiles.

En su intervención, Gómez Villamandos ha asegurado que esta categoría se mantiene en la reforma parcial de la normativa autonómica de universidades realizada por la Junta para adaptarla a los cambios recogidos en la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU). Según ha explicado, la norma estatal ha fijado una serie de categorías de profesores, dejando fuera de la lista algunas que actualmente existen en la comunidad, como es el caso del contratado doctor. Debido a ese vacío, ha sido necesario realizar esta “adaptación urgente” para evitar que dicho personal se quedara “en una situación de inseguridad jurídica y no tuviera asegurada su estabilidad”, ha incidido, para añadir posteriormente que, con esta medida, “se impide la paralización de la contratación de dicha categoría y se da, además, a las instituciones académicas una respuesta inmediata en los procesos de acceso y promoción a este perfil”. 

El profesorado contratado doctor es un perfil muy presente en los cuerpos docentes de las universidades públicas, ya que es el último nivel en el que desembocan quienes aspiran a lograr la condición de funcionario en la carrera académica. Para acceder a esa plaza, los docentes que ya gozaban de esa condición no tendrán que volver a acreditarse ni tener que reunir los méritos para certificarse en otra categoría recogida en la LOSU. Se mantienen como requisitos indispensables para acceder a este perfil contar con el título de doctor y cumplir con las exigencias establecidas en la norma. En ese contexto, el consejero de Universidad ha indicado que las universidades andaluzas ya están realizando las “primeras adaptaciones automáticas” tras la entrada en vigor del decreto ley. 

En su discurso ha apuntado que esta categoría se ha introducido en la reforma parcial de la LAU como una modalidad de profesor permanente laboral, que es la nueva figura creada por el marco legislativo estatal. 

Paliar la carencia de profesores médicos en la universidad

Por otro lado, José Carlos Gómez Villamandos se ha referido a la novedosa figura del ayudante doctor con vinculación clínica al sistema sanitario público, creada por la Consejería de Universidad con el fin de solucionar la carencia de profesorado médico en los grados de Medicina de la comunidad y poder continuar garantizando la calidad de esta formación universitaria. “Se trata de un camino no explorado hasta la fecha y Andalucía lo va a liderar en el conjunto del país”, ha aseverado. 

Con este perfil, no existente actualmente en la legislación estatal ni en otras normas autonómicas, se pretende adelantar el inicio de la carrera académica e investigadora de los profesionales médicos que optan por compatibilizar esa dedicación con la actividad clínica asistencial. Gómez Villamandos ha subrayado que esta decisión permitirá “vincular a la universidad al joven talento médico, iniciándolo unos años antes en la impartición de clases y en la investigación en condiciones de estabilidad muy atractivas que luego les permita progresar en la carrera académica hacia las figuras de contratado doctor y de profesor titular universitario vinculado”. A su juicio, esta iniciativa “supondrá un antes y un después” en la renovación de la plantilla docente, al favorecer la incorporación de profesionales sanitarios a las facultades de Medicina en etapas muy tempranas”.

Esta categoría está orientada a los jóvenes médicos que hayan finalizado su periodo de especialización a través del MIR y que estén en posesión del título de doctor. Los candidatos a obtener esta plaza se incorporarían a la universidad a una edad aproximada de 30 años, pudiendo alcanzar la siguiente etapa, la de contratado doctor con vinculación clínica o profesor titular vinculado, a los 36 años, algo que ocurre actualmente a una edad superior a los 40 años, por lo que se adelanta la carrera académica de este personal en casi diez años.

Para facilitar su correcta implantación, el consejero de Universidad ha detallado que su departamento trabaja estrechamente con la Consejería de Salud y Consumo, ya que se trata de médicos en activo. Ambos departamentos han comenzado a analizar el desarrollo detallado de esta nueva modalidad y los requisitos asociados a ella. Además, ha destacado que se ha iniciado una ronda de contactos con los colegios oficiales de Medicina de la región para darles a conocer esta modalidad y solicitarles colaboración.

De igual modo, la Junta de Andalucía ha incorporado, igualmente, la categoría de profesor distinguido, diseñada para docentes e investigadores, tanto españoles como extranjeros, que estén desarrollando su carrera en el extranjero y cuya excelencia y contribución científica, tecnológica, humanística o artística sean significativas y reconocidas internacionalmente.