Los faros almerienses se han incorporado a la Asociación Amigos de los Faros de Andalucía, que se constituyó la pasada semana en Sevilla. Esta organización nace para defender el patrimonio histórico y cultural que representan el conjunto de estas construcciones que se levantan en el litoral andaluz.
La sede de la institución se ha instalado en Sevilla que, aunque es una de las tres provincias andaluzas que no dan al mar, cuenta con una influencia incuestionable en el tráfico marítimo de la comunidad. De hecho, de la Autoridad Portuaria de Sevilla dependen varios faros instalados en la costa gaditana, al tiempo que es la única ciudad del país en la que se exponen señales de ayuda a la navegación.
Esta asociación ha sido creada por un conjunto de personas atraídas por los faros, construcciones que destacan tanto por su belleza arquitectónica, como por la importancia que han tenido para la historia de las localidades en las que se encuentran.
En Almería hay caso paradigmático, como es el del faro de Mesa Roldán. Esta instalación es una de las pocas de España que todavía conserva la figura del farero, la persona encargada de su mantenimiento y que vive en el propio faro. Además, esta misma persona se encarga de que el conjunto de faros que rodea al de Mesa Roldán funcionen perfectamente.
Ésta es una figura a extinguir, según ha comentado en varias ocasiones el farero de Mesa Roldán, Mario Sanz, que se muestra seguro de que cuando él deje el faro de Carboneras no será sustituido por otra persona, sino más bien por un sistema automatizado de control de la señal lumínica.
Es la misma automatización la que conduce al deterioro de los edificios de los faros, según denuncia la asociación recientemente construida, y como prueba remiten a la cantida de faros en los que ya no vive nadie y comprobar su estado de conservación, asegura.