Junto a Almería, Málaga, el sur de Granada, Murcia, Alicante y el sur de la Comunidad Valenciana son los otros puntos en los que también se pueden producir terremotos de alta intensidad que, en cualquier caso no llegarían a superar el valor 6 de magnitud, según explica este estudio.
En Fallas activas en la Cordillera Bética se pretende, según los autores, dar una visión general, no detallada, del conocimiento actual que se posee de las fallas activas de la Cordillera Bética. En este trabajo se han utilizado buena parte de los datos de neotectónica, tectónica activa y sismicidad conocidos, de manera que de la conjunción de los mismos ha resultado una propuesta de fallas activas y también un buen número de dudas. “Los datos más fiables –señalan los autores, Carlos Sanz de Galdeano y José A. Peláez– permiten determinar fallas activas, y los menos fiables, así como las numerosas lagunas de conocimiento, plantean retos en los que se debe avanzar en la investigación, sin querer decir que no haya que hacerlo incluso en los sectores mejor conocidos”.
Así, esta visión de conjunto es útil, según los autores, para la prevención de riesgos naturales, en especial de los que provienen de los terremotos que pueden llegar a generar las fallas activas, suministrando datos esenciales para la planificación de los usos que pueden tener los distintos sectores de la Cordillera Bética.
Según los investigadores, autores de este libro, la actividad sísmica superficial en el contacto de las Placas Ibérica y Africana, en la Cordillera Bética, “presenta una distribución espacial difusa, no dibujándose de forma clara el contacto entre placas”. Se observa, sin embargo, la presencia de “diversas áreas sísmicas que se diferencian por sus grados de agrupamiento de terremotos. Esto es un claro reflejo de la complicada estructura cortical y de la existencia de diferentes juegos de fallas activas”.