En los últimos años no dejan de recibirse informaciones sobre la vulneración de los derechos humanos en Rusia. Quizá, uno de los casos que más repercusión ha tenido en los últimos meses ha sido el de la banda de punk Pussy Riot, que se enfrentaron a la justicia por actuar en directo y criticar al poder ruso en un templo. Pero éste no ha sido el único. El periodista ruso Aleksei Sokolov hablará sobre los derechos humanos en su país, en una conferencia que ofrecerá este viernes, en la Asociación de Periodistas-Asociación de la Prensa de Almería (AP-APAL).
Sokolov fue detenido el 13 de mayo de 2009 frente a su apartamento en la ciudad de Yekaterinburgo por policías vestidos de paisano. En el momento de su detención estaba con su hija de dos años de edad. La policía les separó y llamó al timbre de su apartamento. Cuando la esposa de Aleksei respondió al interfono, los agentes le dijeron que bajara a la calle y recogiera a la niña. La mujer se encontró a su hija llorando: habían introducido al periodista en un coche y estaban a punto de partir.
Aleksei Sokolov es un defensor de derechos humanos y director de la organización Pravovaia Osnova (Base Legal), que hace campaña en contra de la tortura y otros maltratos de presos en la Federación Rusa. Era miembro de la comisión pública para el Control de las Instalaciones de Detención.
En 2006, distribuyó una película sobre la tortura y otros maltratos en la prisión IK-2, en Yekaterinburgo. Parte de la cárcel había sido usada como centro de detenciómn temporal y su documental denunciaba que los internos del centro eran torturados. El film tuvo una amplia difusión tanto en Rusia como en el extranjero y supuso el cierre del centro de detención temporal.
En agosto del mismo 2006, la policía registró su apartamento, alegando que guardaba objetos robados. Confiscaron su correspondencia con diversos presos, copias de documentos relacionados con sus investigaciones, el sello de su organización, el disco duro de su ordenador y material relacionado con los casos que Sokolov estaba preparando para una demanda ante la Corte Europea de derechos humanos. También un televisor y algunos juguetes.
El arresto de Aleksei se basaba en la sospecha de que había tomado parte en un robo en 2004. La investigación se había cerrado varias veces al no haber sido posible identificar a ningún sospechoso. En abril de 2009, se reabrió: según la policía, un sospechoso que ya estaba en prisión por otro crimen, había confesado haber cometido el robo conSokolov.
El periodista manifestó a uno de sus abogados que la policía le amenazó mientras estaba detenido; le dijeron que no podían golpearle pero que sabían cómo torturarle y que el agente le espetó: “Pensabas que podrías controlarnos. Nadie puede controlar a la policía. Tienes lo que te mereces por defender los derechos humanos”. Sokolov expresó su preocupación porque la policía pudiera obligarle a hacer una confesión. Había trabajado en muchos casos en los que los detenidos habían sufrido torturas y otros maltratos para arrancarles confesiones y tenía miedo de que la policía le hiciera a él lo mismo.
Al año de su detención, un tribunal le condenó a 5 años de cárcel en un penal de máxima seguridad. Tras apelar la sentencia, esta se redujo tres años.
El pasado 27 de julio de 2011, un tribunal de Krasnoyarsk decidió poner en libertad condicional, tras habérsele sido denegada en dos ocasiones anteriores, a pesar de que, según sus abogados, cumplía los requisitos para ello. La condena fue por hurto y robo en mayo de 2010 por cargos que muchos consideraron que habían sido inventados para condenarlo por su labor como defensor de los derechos de los presos. Entre las denuncias se incluyeron actos de tortura contra reclusos.
Durante su periodo de encarcelamiento a 2.000 kilómetros de donde residía su familia, fue golpeado y agredido por los guardias de la prisión, incluso durante su traslado a Krasnoyarsk. Después pudo regresar a su casa de Yekaterinburg con su familia.
Amnistía Internacional (AI) cree que el caso contra Aleksei Sokolov fue elaborado como respuesta a su trabajo en defensa de los derechos humanos de los presos. AI sigue trabajando en este caso hasta que su sentencia expire para garantizar que no es acosado y que puede continuar con su labor como defensor de los derechos humanos sin miedo a ser perseguido.
La conferencia de Sokolov es este viernes, a las 19,30 horas, en la sede de la AP-APAL, ubicada en la Plaza de San Sebastián.