La foto de la polémica tiene un escenario almeriense, el patio original del Castillo de Vélez Blanco

Los Obama y los Rodríguez Zapatero delante de la pieza renacentista.¿Hay algo familiar en esa foto? ¿No lo reconocen? Quizá algunos se hayan dado cuenta del guiño que el protocolo de la Casa Blanca le hizo a la provincia de Almería. ¿Aún no se han dado cuenta?, pues bien, la polémica surgida por la publicación de las caras de las hijas del presidente español José Luis Rodríguez Zapatero en una foto en la que su familia posa con los Obama ha eclipsado el entorno que los acoge: el patio original del castillo de Vélez Blanco que se expone en el museo Metropolitan de Nueva York desde 1964.

La mayoría de los analistas que han opinado sobre la polémica imagen han pasado por alto este importante detalle, que toda una joya del Renacimiento español que fue vendida por la familia Fajardo a Estados Unidos en 1904. El Metropolitan guarda como una pieza de incalculable valor toda la decoración que otros sólo vieron como una salida rápida para superar un bache económico.

 

El atuendo, nada extraño para su edad, de las hijas de Zapatero y, sobre todo, la polémica por la publicación de esta fotografía ha impedido que la gran mayoría de la población aprecie el entorno donde se ha realizado la imagen.

Posiblemente, la intención del equipo de protocolo de la Casa Blanca era plasmar la visita del presidente español al museo para conocer lo que se ha convertido en uno de los ‘atentados’ más flagrantes realizados al patrimonio histórico artístico de la provincia de Almería, que podría haber sido entendido como un gesto de buena fe y de entendimiento. Pero nada, el objetivo no se ha logrado, la vulneración de la intimidad de las menores ha sido más fuerte.

En la imagen se pueden apreciar dos fragmentos decorativos que evidencian el origen de la pieza. Se trata de bandas que muestran el la decoración plateresca que antes cubría los muros del interior del patio del castillo de Vélez Blanco.

En 1903, José Álvarez de Toledo vendió las piezas de decoración del castillo por 80.000 pesetas, vendió todo lo que pudo despegarse de su castillo en Vélez-Blanco. Esta venta propició que la decoración renacentista que adornaba el edificio se repartiera entre el museo del Louvre, en París; y el museo Metropolitan, en Nueva York.

Esta decoración es una de las piezas más valiosas del plateresco español, labrada en mármol de Macael, probablemente por artistas franceses y decorada a la romana con elementos tomados de la ‘domus aurea’ del emperador Nerón.

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