Muchas veces surge la duda: me llevo esta sandía o esta otra. ¿Cuál estará más madura? Dudas de este tipo tienen los días contados, después del último avance descubierto por un grupo de investigación de la Fundación Tecnova, que ha desarrollado una técnica de espectroscopia de infrarrojo para la detección del grado de madurez de la fruta.
Por el momento, este avance se encuentra en fase experimental con sandías almerienses, a fin de conocer la viabilidad de esta técnica. Gracias a ella, será posible determinar el contenido en azúcares mediante detección de los grados Brix, parámetro empleado para indicar el grado de madurez de las frutas.
La investigación puede ser de gran importancia para las cooperativas agrícolas almerienses, ya que hasta ahora para analizar el control de calidad se destruyen unas muestras de sandías por partida; por lo que sólo se analizan unas pocas sandías de un lote muy grande. Además, tras destruir estas unidades, posteriormente se tiran, con lo que el tiempo para llevar a cabo este control de calidad es largo. A esto se suman todos los residuos vegetales que se generan al día, unido a las pérdidas de este material vegetal que no se puede comercializar. Con la técnica de infrarrojo, el proceso puede ser prácticamente automático, muestreando un número mucho mayor, pudiendo llegar a ser analiza la partida entera, y sin generar residuos.
Si este primer estudio de investigación que está llevando a cabo Tecnova con unas pocas muestras, tuviera resultados positivos, se ampliaría a un número mayor de muestras para así poder generar un método que sirva para la detección de los Grados Brix de las sandías del campo almeriense. En tal caso se contará con todas las empresas que demuestren interés en el proyecto. Además se espera ampliar el estudio a otra variedad de fruta como es el melón.