Cuatro delfines varados en los últimos diez días, el último de ellos fue localizado a las 11 horas de ayer, en la bocana del río Andarax. Este nuevo varamiento de un delfín se une a los dos registrados el pasado 15 de octubre en las playas de la capital, y un tercero que se produjo el 19 de este mes, en Adra.
El ejemplar aparecido ayer es una hembra de delfín listado de un metro y medio, en buen estado de conservación. El delfín presentaba heridas en el dorso, que por su frescura, dio a pensar que el varamiento se había producido poco antes de ser encontrado. Esta circunstancia permitirá a los técnicos realizar una necropsia y averiguar las causas de su muerte.
La necropsia es interesante porque un delfín muerto puede aportar importantes datos para la realización de diversas líneas de investigación. Muestras de material genético pueden constituir una pieza clave en estudios de identificación de poblaciones y otros análisis claves en la conservación de especies amenazadas. Muestras de diversos tejidos pueden aportar importante información acerca de la acumulación de contaminantes, patologías, parasitología, estado nutricional, dieta, etc.
La necropsia es un elemento fundamental de estudio para determinar las causas de la muerte de los animales varados. Se realizará en función del estado de conservación que presente el cuerpo, ya que en animales muy autolíticos no podrá realizarse. La recogida de datos, tanto de las características macroscópicas de los órganos como de su posterior análisis histológico en el laboratorio, va a aportar importantes resultados para intentar llegar a determinar la posible causa de la muerte del animal. A pesar de estos datos, en algunas ocasiones no es posible llegar a un diagnóstico fiable por carecer de otros datos de gran valor, como es la sintomatología ante-mortem.
Todo hace pensar que el último varamiento se puede encuadrar en la categoría de los activos, aquéllos en que el animal llega vivo a la costa. Es bastante frecuente que en estas circunstancias el animal muera debido al síndrome de varamiento, ya que se produce una intensa hipertermia, unida a la compresión de los órganos y la liberación de grandes cantidades de catecolaminas derivadas del estrés generado. En el varamiento de tipo pasivo los animales llegan muertos a la costa, en diferentes estados de conservación, de los que dependerá la decisión de practicarle la necropsia o no.
Al varamiento de El Alquian asistieron el presidente y secretaria de ASVOAL, Nicolás Castillo y Fernanda Gálvez, que junto con dos técnicos de la Consejería de Medio Ambiente de Almería, procedieron a tomar las medidas y realizar los protocolos establecidos en estos casos. La joven hembra de delfín común, estaba en una perfectas condiciones por lo que se deduce que habían transcurrido muy pocas de su fallecimiento, lo que posibilita la posterior necropsia dado su buen estado de conservación.
El varamiento de la playa del Zapillo, se atendió a las 4 de la tarde, al que se unió también, el voluntario de ASVOAL, Juan Avelino Imbernon, en este caso se trataba de una cría de delfín listado macho, de tan solo un metro y treinta y cinco centímetros, que estaba en el estado de putrefacción avanzada, y con restos de redes en su cola, que pudieron ser una de las causas que motivaron su muerte, en este caso, por tanto, no procedió la necropsia, y una vez tomadas las fotografías y medidas del protocolo, se dio por finalizada la misión.
La Red de Voluntarios Ambientales del Litoral Andaluz (RVALA), fue constituida en el año 1998 a partir de la red de atención a varamientos del Centro de Recuperación de Especies Marinas Amenazada (CREMA). Desde ese momento la RVALA adquiere funciones como vigilancia costera, mejora de espacios costeros, conservación de ecosistemas, educación ambiental… y se constituye como una plataforma desde la cual la sociedad se puede implicar de modo directo en la conservación del litoral andaluz.
