Expertos en economía han bajado su nivel de confianza depositado en la economía almeriense, después de que se hayan desinflado las expectativas depositadas en el sector turístico provincial y en vista de los recortes en diputaciones y ayuntamientos. Este descenso en la confianza en la economía viene reflejado en el último número del Indicador de Confianza de Expertos en Economía Locales, que edita la Fundación Cajamar, con datos recogidos hasta el 29 de mayo.
La Fundación Cajamar ha lanzado el número ocho del Indicador de Confianza de Expertos en Economías Locales (INCOEX) desarrollado por su Servicio de Estudios; se basa en las respuestas de medio millar de especialistas (498 exactamente) obtenidas entre los días 26 y 29 de mayo. En él se evidencia que el aumento de la incertidumbre que se ha desatado sobre la economía nacional y los ajustes que se comienzan a anunciar en diputaciones y ayuntamientos contribuyen a multiplicar el efecto desazonador de la política fiscal restrictiva.
Las presiones ejercidas sobre la política económica nacional han logrado un cambio de sesgo en la misma, adelantando el abandono de las políticas expansivas y apostando, en cambio, por un recorte del déficit público a través de la contención del gasto y la inversión. El recurso a los recortes salariales en la administración y la certeza de nuestra vulnerabilidad como país han incidido en una drástica pérdida de confianza que se manifiesta a todos los niveles. No sólo ha descendido el INCOEX nacional, sino que también lo han hecho casi todos los provinciales, incluido el almeriense, que ha perdido 19,9 puntos porcentuales con respecto a abril y se vuelve a alejar de los registros positivos -ha quedado finalmente en el saldo -22,60-.
Se rompe así con la tendencia de la serie, que se aproximaba a la zona negra de los números (es decir, mayoría de opiniones optimistas), precisamente en una época en la que en el ejercicio precedente se alcanzaban valores máximos. El descenso ha sido similar en la opinión sobre la situación inicial y las expectativas, quedando ambas en niveles muy similares e introduciendo una elevada incertidumbre sobre el comportamiento futuro del indicador. Éste, seguramente volverá a reflejar los altibajos del empleo al menos por unos meses. Las expectativas que se habían generado sobre el turismo para este verano podrían desinflarse dado que España no ha sido el único país europeo obligado por las circunstancias a realizar recortes. También han tenido que meter la tijera Portugal, Italia o Reino Unido, con lo que la demanda de nuestro destino vacacional se verá sin duda impactada.
Los optimistas han bajado al 7,7% y 10,6% para la situación actual y las perspectivas, respectivamente, mientras que los pesimistas han sido engrosados en una parte importante a causa del cambio en los hasta ahora neutrales.
Desplome de la confianza a nivel nacional
Aún cuando en el mes precedente las noticias sobre la marcha de los mercados financieros, con el asunto Grecia contaminando las finanzas de España y otros países periféricos de la Unión Europea, no fueron suficientes para desalentar la marcha de la confianza; el nuevo envite de este asunto y la urgencia con la que el Gobierno ha afrontado los recortes en el gasto público, han aumentado los niveles de incertidumbre de nuestros expertos en economías locales. La marcha de las bolsas y los planes de ajuste que se han producido en cascada entre otros países europeos y hacia abajo en el entramado administrativo nacional, no han servido para eliminar las incertidumbres que pesan, no ya sólo sobre la economía, sino sobre la misma viabilidad de la moneda única.
El descenso mensual del indicador ha sido el más intenso desde que se comenzó a medir en octubre de 2008 (19,5 puntos porcentuales), lo que de por si es ya una medida de lo inesperado de este movimiento. Con respecto a hace un año y a la tendencia precedente los recortes también han sido significativos, pues en mayo de 2009 se alcanzaron los máximos anuales.
Lógicamente, el profundo recorte ha estado motivado por la caída conjunta de la visión actual y de las expectativas -las cuales han sufrido un mayor derrumbe-, y señala el desconcierto de los agentes ante una situación de emergencia económica nacional. El comportamiento del INCOEX a nivel de las economías municipales y provinciales también ha sido negativo, volviendo el indicador a niveles de diciembre pasado.
En mayo, el número de optimistas se redujo hasta el 4,1%, mientras que los pesimistas crecieron a expensas de los continuistas, que volvieron a bajar del 50%. El panorama para las expectativas a seis meses, no es demasiado distinto, por lo que no deberían esperarse mejoras en el INCOEX.
El INCOEX de las economías provinciales se contrajo en mayo 15,7 puntos porcentuales con respecto al mes anterior, en el que se logró el máximo de la serie. Esto deja el indicador en el saldo -26,32, nuevamente muy alejado de los números negros. El aumento de la incertidumbre que se ha desatado sobre la economía nacional y los ajustes que se comienzan a anunciar en diputaciones y ayuntamientos contribuyen a multiplicar el efecto desazonador de la política fiscal restrictiva.
De cara a los próximos meses seguirán pesando estas malas noticias, lo que seguramente condicionará las decisiones de consumo y la confianza sobre el futuro.
Confianza en las economías municipales
El recorte en el ámbito de las economías municipales ha sido ligeramente menor del registrado en el entorno provincial, 14,7 puntos, cerrando el indicador en el saldo -23,98 y truncando la senda ascendente que se mantenía desde comienzos de año.
Las expectativas han caído más que la valoración de la situación actual, lo que indica que este movimiento de retroceso podría continuar en los meses ulteriores, circunstancia ésta que encuentra también el apoyo de las razones que ya se han manifestado en otras ocasiones.