El XXXIII Festival de Teatro de El Ejido tiene preparado un fin de semana muy completo, en el que se podrá ver el humor gestual de Yllana, la danza de Lokomamia y la comedia ‘Piedras en los bolsillos’, protagonizada por el televisivo Fernando Tejero. Toda esta oferta escénica se une al circo de Franco Bianco y a la original ‘Uhhh!!’, de Magic 6.
La fiesta del teatro comienza en la tarde noche del viernes, cuando unos veteranos en El Ejido como Yllana Teatro pongan en escena ‘Zoo’, una obra galardonada con el premio Max a la Mejor Obra Infantil. Yllana regresa para presentar este espectáculo en dos versiones, la primera a las 7 de la tarde para público infantil, a partir de 5 años y familiar, y a las 10 de la noche para público adulto. Ambas representaciones se harán en el Teatro Municipal.
La actividad del sábado se inicia en el Parque Municipal, a las 19 horas, donde Franco Bianco presentará su espectáculo ‘En la cuerda floja’, una propuesta de circo-teatro muy participativo, y donde los más pequeños tendrán un papel muy especial.
Ya por la noche, a partir de las 22 horas, el Teatro Auditorio se llenará con la magia de la danza de Lokomamia, un novedoso espectáculo que reinventa la danza: lenguaje corporal, música, olores, artes visuales, sentimiento, amor y teatro se cristalizan con un envoltorio audiovisual espectacular.
La jornada del domingo también habrá una doble cita con el teatro. En primer lugar, Magic 6 presentará su propuesta familiar ‘Uhhh!!’. Esta obra, que se podrá ver en el Teatro Municipal a las 12,30 y 20 horas, es un espectáculo que tiene como eje básico los miedos de los niños. Con la ayuda de Marga, una niña de 7 años que tiembla cada vez que debe ir sola a dormir, iremos repasando los diferentes terrores a los que todos los niños y niñas se enfrentan cuando llega la noche.
Por último, Fernando Tejero, junto a un conjunto de actores de renombre en la escena española, llevarán al Auditorio ‘Piedras en los bolsillos’, el domingo, a las 21 horas. En esta ocasión tanto Fernando Tejero como Julián Villagrán nos sorprenden con sus casi 20 personajes que entran y salen de ellos mismos, interpretados con la misma fluidez y credibilidad como si lo hicieran es número de actores. Esta obra es un bellísimo homenaje a la esencia del teatro: el actor; ese actor que se “desnuda” delante de nuestras narices, sin trucos, sin atrezzos ni más armas que su propio cuerpo y su enorme talento. Estos dos actores nos adentran en la historia de un rodaje cinematográfico, con personajes llenos de sueños, casi siempre inalcanzables.