Una de las acciones más importantes que pueden hacer las personas consumidoras y usuarias desde el hogar para el cuidado del planeta y para el aprovechamiento del agua es el reciclaje del aceite de cocina usado, un residuo altamente contaminante. Además, por cada tonelada de aceite reciclado, se ahorra la emisión de 3 toneladas de dióxido de carbono (CO2), así como se facilita sobremanera la depuración de las aguas residuales.
Residuos que generamos, como el aceite de la fritura, tienen múltiples usos, como en este caso el energético. Así se puso de manifiesto en la última cita de los ‘Encuentros de Saber Abierto’, ciclo organizado por la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación (UCC+i) de la Universidad de Huelva, con la colaboración de la Asociación de Industrias Químicas, Básicas y Energéticas (Aiqbe) de Huelva y de la Oficina de Transferencia de Resultados de la Investigación (OTRI) de la UHU. Este último encuentro contó con la presencia, entre otros, del vicerrector de Investigación y Transferencia, José Rodríguez Quintero, la directora de la UCC+i, Myiriam Martín Cáceres, la directora de la OTRI, Reyes Sánchez, y el gerente de Aiqbe, Rafael E. Romero.
El encuentro se celebró en el Edificio Gota de Leche de la capital –espacio cedido para la actividad por el Ayuntamiento de Huelva– y, bajo el epígrafe ‘Biocombustibles a partir del aceite de freír’, planteó un debate de máxima actualidad en el ámbito de la sostenibilidad y la economía circular, con interesantes conclusiones y reflexiones, y con una advertencia contundente a la ciudadanía ante la difusión creciente de vídeos en internet, absolutamente peligrosos, donde ‘enseñan’ cómo fabricar biodiésel casero a partir del aceite de cocina.
La parte académico-investigadora estuvo representada por Jesús Díaz, catedrático de Ingeniería Química de la Universidad de Huelva e investigador del Pro2Tecs (Centro de Investigación en Tecnología de Productos y Procesos Químicos) de la UHU, en el grupo ‘Tecnologías de Recursos Renovables y Contaminación Ambiental’, y experto en materia de biocombustibles y biorrefinerías.
En cuanto a la representación del sector industrial, corrió a cargo de Ignacio González, representante de la planta Gunvor España en Palos de la Frontera, empresa referente en el sector de los biocombustibles –de origen vegetal– mediante la valorización de aceites usados, principalmente de cocina, para la producción de biocombustible de segunda generación. En España, especialmente en el sector de los hoteles, restaurantes y cafeterías, a los que se se suma el residuo de este tipo procedente de los hogares, se generan cada año en torno a 150 millones de litros de aceite de cocina, y la planta palerma de Palos tiene una capacidad de producción anual de 110.000 millones de toneladas anuales.
El Dr. Jesús Díaz destacó la relevancia de esta industria basada en el reciclaje y la economía circular, si bien hizo hincapié en que “debe haber una concienciación en la sociedad para la segregación de estos residuos”. Díaz resaltó que la fabricación de biodiésel a partir de aceite usado de cocina “es fácil desde el punto de vista químico”, pero ello no significa que cualquier persona pueda hacerlo en su casa. En este punto, el investigador quiso hacer hincapié en los riesgos que conlleva esta práctica, que incluso se difunde a través de internet. “Vemos en las redes sociales cómo usuarios nos ‘enseñan’ a fabricar biodiésel casero, incluso utilizando como ‘filtros’ calcetines o trozos de tela, mezclando aceite, diésel y gasolina… Eso y romper el motor del vehículo es lo mismo”, afirma el investigador, que recuerda que el proceso industrial de “tratamiento de este residuo, a nivel micromolecular y de partículas, nunca podrá ser imitado en casa”.
A esta advertencia a la ciudadanía se sumó el propio Ignacio González, que se refirió a los “equipos especiales con los que cuentan plantas como las de Gunvor en Palos de la Frontera para el filtrado y tratamiento del residuo: un aceite que procede de los hogares, de la hostelería, etc., y que contiene muchos contaminantes, que debemos retirar en el proceso”.
El representante de Gunvor también incidió en la apuesta, en el marco de la economía circular sostenible, por la “optimización constante de nuestra producción, con procesos cada vez más eficientes, que logran sacar el máximo aprovechamiento del aceite, generando un producto de cada vez mayor calidad”.