Un grupo de investigadores del Departamento de Arquitectura y Tecnología de la Edificación de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) va a analizar y comparar las principales intervenciones de vivienda social en el periodo comprendido desde 1911 hasta 1975 y sus efectos en la calidad de vida de los barrios obreros con el objetivo de averiguar los factores urbanísticos que deberían reproducir los próximos planeamientos para generar “una mayor calidad de vida en los barrios y una mayor cohesión social”, en palabras del responsable del proyecto, Manuel Ródenas.
¿Cuál es el impacto que la vivienda social ha tenido en el crecimiento de nuestras ciudades? ¿Cómo deben orientarse las viviendas y los espacios públicos de los nuevos barrios? ¿Qué porcentaje de espacio verde sería el óptimo? Este tipo de preguntas son algunas a las quiere responder la investigación, que cuenta con el apoyo de la Fundación Séneca, que eligió esta iniciativa y a otras quince de la UPCT en su última convocatoria de ayudas a proyectos de investigación científica y técnica. Analizarán barrios como Vistabella, La Paz y Santa María de Gracia, en Murcia, y otras zonas de expansión urbana durante el franquismo en Cartagena, analizando qué elementos edificatorios han contribuido a crear tejido social y sentimiento de pertenencia al vecindario.
“En las últimas décadas del pasado siglo las políticas urbanas pusieron el foco en edificios-icono, compitiendo por arquitectos estrella, o intentaron la regeneración de barrios mediante la inserción de edificios públicos de referencia, pero se ha comprobado que de este modo no se genera vida de barrio”, explica Ródenas. “Se ha dejado de lado la propia vivienda como elemento restaurador de los vecindarios”, añade el investigador de la Politécnica. Ródenas dedicó su tesis doctoral a los orígenes de la vivienda social en la Región de Murcia, un tema no tratado hasta ahora.
“El problema se remonta a finales del siglo XIX, con la atracción de obreros a Cartagena y La Unión, como ciudades industriales y mineras, y a Murcia y Lorca como referentes de la agroindustria”, resume Ródenas, que destacó en su trabajo cómo los migrantes andaluces que llegaron a la Sierra Minera y los obreros de Cartagena, organizados en cooperativas, inauguraron el fenómeno de las viviendas sociales aún antes de que se aprobara la primera Ley de Casas Baratas de 1911.
La nueva investigación se prolongará hasta 2021 y ahora se encuentra en fase de recopilación de documentación. Esta fase continuará con en el periodo franquista (1939-1975), pues la mencionada tesis ya abarcó toda la documentación hasta la Guerra Civil. “A diferencia del primer tercio de siglo, cuando se planificaban barrios enteros, de hasta 1.500 viviendas como se proyectó para Ciudad Jardín en Cartagena, los planes de vivienda después de la guerra fueron por lo general de medio centenar de viviendas, aunque también hubo de hasta 400, como en la barriada Cuatro Santos”, adelanta Ródenas.
“El número de viviendas fue disminuyendo paulatinamente hasta la actualidad, en la que los planes de vivienda social han pasado a ser operaciones de acupuntura urbana y no es frecuente encontrar promociones públicas de grandes extensiones”, añade Ródenas. En el grupo de investigadores que desarrollará este proyecto están también los arquitectos de la UPCT Patricia Reus, Pedro Jiménez, María José Muñoz y Diego Ros, así como la asesora externa de la Politècnica de Catalunya Zaida Muxí.