La Asociación Arenas del Desierto, compuesta por más de 120 personas de origen saharaui que viven en la provincia de Almería, auspiciada por la Delegación Saharaui para Andalucía, se ha puesto en contacto con la Universidad de Almería para solicitarle ayuda frente a una doble situación que se atraviesa en los campamentos de refugiados saharauis: de un lado está el desabastecimiento de producto vegetal fresco y de otro la falta de oportunidades laborales, especialmente entre las mujeres jóvenes. Ante esto, la UAL ha formado un equipo de especialistas que ha estado conformado por tres profesores en Sociología, uno en Psicología y cuatro en Agronomía, así como un integrante del personal técnico. Todos ellos han visitado la zona de Tindouf, en Argelia, entre los días 19 y 26 de este pasado mes de marzo.
Los datos son claros. El Programa Mundial de Alimentos (PAM) cifra en 52.080 las personas que se encuentran en situación de inseguridad alimentaria en los citados campamentos (CRS) y en 100.688 personas las que se encuentran en riesgo de inseguridad alimentaria. La canasta de ayuda básica del PAM, compuesta de harina, aceite, azúcar y legumbres, está concebida para asistencia en cortos períodos de tiempo y debe ser complementada, según Cooperación Española, con vitaminas, minerales y micronutrientes, proporcionados sobre la base de productos frescos.
Sin embargo, en su estrategia humanitaria 2018-2019 para la población refugiada saharaui, la citada Cooperación Española reconoce que “hasta 2017 la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID) y la Oficina Humanitaria de la Unión Europea (ECHO) hacían distribuciones coordinadas mensuales de 3 kilos de producto fresco por persona, pero en dicho año 2017 la ECHO ha dejado de realizar esta actividad”. Por otro lado, también señala que “el entorno natural y la situación política limitan significativamente las oportunidades de empleo y las actividades generadoras de ingresos y, aunque existe una economía no estructurada, ello no supone oportunidades laborales significativas para la población en general y para la juventud en particular, por lo que existe una alta dependencia de la ayuda externa”.
El equipo de expertos de la UAL, ante ello, trabaja ahora junto a los actores implicados en los campamentos. La misión es la de elaborar proyectos de cooperación internacional al desarrollo con los que se permita obtener financiación para abordar los problemas. El mejor modo que se ha estimado es el emprendimiento agrícola, que se ha visto como el camino para el empoderamiento de las mujeres jóvenes y para garantizar el abastecimiento de género fresco, tras la observación en persona de la situación que atraviesa esta población, algo que se ha podido realizar de la mano del Vicerrectorado de Investigación, Desarrollo e Innovación de la Universidad de Almería.