Calderó aseguraba que, en la actualidad, se está en el vértice de un momento histórico. La rebaja en las nóminas de los empleados públicos es sólo “un dato más de un viraje histórico”, señalaba. “Se ha terminado el crecimiento del gasto público para un buen puñado de años”, zanjaba. “Nos hemos habituado a unos niveles de gasto que no hay en otros países desarrollados y ahora se ha de pasar de una gestión de la abundancia a una gestión de la austeridad y también desarrollar la efectividad y la productividad de las plantillas públicas. En los últimos años, las plantillas han tenido un crecimiento asiático y en cambio no ha habido preocupación por la productividad”, señalaba este experto, que sugería que al mismo ritmo que ha cambiado el mundo, debe cambiar la forma de organizarlo.
A lo largo de los últimos treinta años, la economía española ha crecido más del doble, con la contraparte de que el sector público también ha subido más del doble. En 2007, según datos de la OCDE, el peso del sector público en las finanzas españolas era del 44%, situándonos muy cerca de los países escandinavos, que son los que más porcentaje de su economía dedican a los servicios públicos (casi el 50%), pero que en los últimos 30 años se han mantenido estables, sin subir un solo punto. “En España, a lo largo de estos treinta años, el crecimiento del gasto público ha sido explosivo y ha pasado una cosa terrible: que nos hemos acostumbrado. Con el crecimiento constante pasa como con la heroína, que crea adicción, pero no nos queda más remedio que quitarnos. Esta no es una crisis de un mal rato. La mala noticia es que los tiempos pasados jamás volverán”, apuntaba.
Calderó hacía, previamente, una disección de la crisis económica. Una crisis que no es una, sino cinco crisis económicas diferentes: la primera, una recesión económica a nivel mundial, la más fuerte de las que ha conocido el sistema capitalista; la segunda, el estallido, en nuestro país, de la burbuja inmobiliaria; la tercera, el grave problema del endeudamiento; la cuarta, la crisis del déficit –“el camino del déficit a la insolvencia es de muy corto recorrido”, decía- y, por último, como quinta y peor crisis, la crisis del crecimiento del gasto público, independiente de todas las anteriores y a la que hay que poner freno y coto “de manera inmediata”.
La presentación de la conferencia de Albert Calderó ha corrido a cargo del Rector de la UAL, Pedro Molina, y del gerente de la Universidad, Antonio Posadas. A la misma han asistido numerosos miembros del equipo de gobierno, decanos, profesores y personal de administración de la Universidad.