La Estación Experimental de la Fundación Cajamar ha conseguido aumentar en un 50 por ciento la producción de tomates con el nuevo sistema de cultivo en perchas. Este avance es uno de los resultados de los ensayos realizados por la Estación Experimental a lo largo de la campaña 2009/10 y que han sido presentados por los responsables de la Fundación y los propios investigadores.
Los resultados han sido especialmente significativos en las experiencias realizadas en el cultivo de tomate, donde se han comparado productividades y rentabilidad económica entre un sistema de descuelgue tradicional frente a la utilización del sistemas de descuelgue con perchas. Estos segundos han permitido obtener producciones superiores a los 24 kg/m2 superando en un 50% al sistema alternativo. Desde el punto de vista económico, ese incremento de producción ha compensado los mayores costes generando una diferencia de rentabilidad de más de 25.000 euros por hectárea.
El área de Innovación Agroalimentaria que se desarrolla en la Estación Experimental de la Fundación Cajamar centra su trabajo en la tecnología de invernaderos, la biotecnología y la fruticultura mediante el desarrollo de trabajos científicos, seminarios, visitas y la edición de documentos divulgativos.
Mejorar la rentabilidad de los invernaderos realizando un uso eficiente y sostenible de los recursos, aumentando la producción y mejorando la calidad es el objetivo de los investigadores que trabajan en la mejora tecnológica de los invernaderos mediante estructuras de producción, control y gestión del clima, uso y gestión del agua o prácticas culturales y nuevas variedades.
En este sentido, el invernadero denominado “Inversos” es el nuevo prototipo desarrollado por la Fundación Cajamar. “Inversos” aumenta la producción, mejora la calidad y permite cultivar todo el año optimizando la eficiencia en el uso del agua, energía y mano de obra.
Junto a la nueva estructura de producción se ha estado trabajando en diversos sistemas de gestión de los cultivos, ya que invernaderos altamente tecnificados requieren de un complejo manejo de las plantas para llegar a alcanzar su potencial productivo.
De esta forma, dentro del “Inversos” se ha comparado la respuesta productiva de un ciclo largo de tomate, frente a un doble ciclo e “interplanting”. Este último sistema es el que está ofreciendo unos mejores resultados ya que al final del primer año de ensayo se superará un rendimiento de 40 kg de tomate por metro cuadrado. Lo que representa un 25% más frente al ciclo largo.
En cuanto al área de fruticultura subtropical mediterránea, se desarrollan trabajos para obtener dos cosechas anuales de uva de mesa sobre una misma plantación, o para retrasar la maduración de variedades de uva apirena, para la polinización artificial del chirimoyo, la introducción de nuevas especies de mango, y la optimización del cultivo del caqui variedad sharoni y el aguacate y para mejorar la precocidad y calidad del níspero japonés.
Entre los numerosos temas con los que se experimenta en la Estación, recordar que varios de ellos tratan del desarrollo en biotecnología de microalgas. En este sentido, Roberto García Torrente señaló a la acuicultura, la industria farmacéutica y cosmética y los biocombustibles como los destinos preferentes para la producción de algunas variedades de estos microorganismos.
Señalar, por último, que el objetivo de la Estación Experimental de la Fundación Cajamar es la de generar conocimiento y transferirlo a los productores con objeto de generar más valor para la sociedad.
Estos datos han sido presentados por el presidente de la Fundación Cajamar, Juan del Águila Molina, y el Director de la Estación Experimental, Roberto García Torrente. En la comparecencia con los medios también han asistido los científicos, responsables de cada una de las áreas: Juan Carlos López Hernández, Juan José Hueso Martín y Juan José Magán Cañadas.