La Sociedad de Agroingeniería premia a la UAL por su proyecto IoF2020

Investigadores del proyecto IoF2020 (Internet Food and Farm 2020) de la UAL.

La Sociedad Española de Agroingeniería ha premiado a investigadores de la Universidad de Almería por el trabajo desarrollado en el proyecto IoF2020 (Internet Food and Farm 2020. Se trata de la nueva herramienta que ayuda en la toma de decisiones para el cultivo de tomate de invernadero y la trazabilidad, cuya descripción fue mostrada en el Congreso de Agroingenieria de 2018 en Lugo y es resultado de la labor desempeñada por investigadores del grupo Automática, Robótica y Mecatrónica (ARM-TEP197) y de la Cátedra Coexphal de la Universidad de Almería (UAL), Manuel Muñoz Rodríguez, Jorge A. Sánchez Molina, Francisco Rodríguez, Manuel Berenguel, Cynthia Giagnocavo.

La experiencia adquirida durante 20 años de investigación sobre el crecimiento de los diferentes cultivos hortícolas y la integración del IoT (Internet of Things) en la agricultura protegida, ha sido determinante en el desarrollo de este sistema. El trabajo objeto del premio consiste en un sistema de intercambio de datos basado en Internet para cultivos de invernadero. Este sistema está basado en IoT (DSS) que se centra en la eficiencia en el uso del agua, los fertilizantes y la energía, la planificación de la producción, la seguridad, la transparencia y los estándares de calidad. El proyecto, que cuenta con el respaldo de la Comisión Europea con un presupuesto de 30 millones de euros, pretende promover un cambio en la sostenibilidad y productividad de la agricultura y ganadería mediante el uso del IoT.

El sistema desarrollado por este grupo de investigadores de la UAL, reconocido a nivel internacional en la innovación de la digitalización del sector agro, viene a responder a una necesidad que plantea la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación). Y es que ésta prevé que la producción agrícola tendrá que aumentar un 60% a partir de 2015 para alimentar al planeta en 2050, con las problemáticas que conlleva, relacionadas con la limitación de tierras cultivables, el aumento del consumo de agua dulce y el cambio climático, entre otros.

Para conseguir una agricultura más eficiente y sostenible es necesario el uso de una serie de herramientas que ayuden en la toma de decisiones. Ahí es donde actúan las aplicaciones IoT que están basadas en una serie de sensores, actuadores y aplicaciones informáticas, que permiten, entre otras opciones, obtener información del estado del cultivo, entorno climático, etc.

No obstante, como afirma el Ingeniero Informático, Manuel Muñoz Rodríguez, investigador del grupo ARM-TEP197 de la UAL “otro reto tecnológico está relacionado con la interoperabilidad entre dispositivos y aplicaciones de distintos fabricantes y compañías, dado que es frecuente que se usen distintos protocolos de comunicación y modelos de datos a nivel privado con plataformas cerradas, limitando la posibilidad de combinar dispositivos de distintos fabricantes”.

El trabajo de este grupo de investigación se ha centrado en la integración del IoT en la agricultura protegida, realizando todos los ensayos en las instalaciones de la Estación Experimental de la Fundación Cajamar, “Las Palmerillas”, invernadero que cuenta con más de 90 sensores y actuadores unificando los datos en una única plataforma como almacén de datos.

Esta herramienta se basa en la interoperabilidad de diferentes servicios y la ayuda a la toma de decisiones aplicando modelos predictivos asesorando al profesional agrícola con la sugerencia de consignas climáticas. “Los modelos son unas herramientas que sirven para probar hipótesis, sintetizar el conocimiento y describir y comprender sistemas complejos para comparar distintos escenarios”, explica el ingeniero en Telecomunicaciones, Francisco Rodríguez Díaz, miembro del grupo ARM-TEP197 de la UAL. “Además, la interfaz de usuario debe ser de fácil manejo y comprensión, para que la herramienta pueda ser utilizada eficazmente tanto por usuarios expertos como usuarios sin experiencia”, concluye el Ingeniero Agrónomo, Jorge Antonio Sánchez Molina, también investigador del grupo ARM-TEP197 de la UAL.

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