Científicos de la UGR y el CSIC, que estudian los principales determinantes genéticos que provocan el Parkinson, buscan medicamentos capaces de atacar las causas de esta enfermedad que vayan más allá de aliviar sus síntomas. Uno de sus descubrimientos más recientes es la conclusión de que nuevos métodos que favorezcan la eliminación de los agregados de proteínas que los enfermos acumulan podrían constituir una estrategia terapéutica prometedora contra esta patología.
“Conocer los procesos que afectan a las células en el Parkinson es un primer paso para desarrollar fármacos que ataquen las causas de la enfermedad y permitan su cura”, explica la doctoranda de la Universidad de Granada Pilar Rivero, que realiza su tesis en el grupo de la doctora Sabine Hilfiker, en el Instituto López-Neyra del CSIC.
La investigación se enmarca en una tesis doctoral del Programa de Doctorado de Bioquímica y Biología Molecular de la Escuela Internacional de Posgrado de la Universidad de Granada y ha sido publicada por la revista Messenger de Los Ángeles.
El Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común, ya que afecta al 1% de la población mayor de 65 años. Uno de sus rasgos característicos es la presencia de agregados de proteínas que, en circunstancias normales, deberían ser desechados, y que se acumulan hasta provocar la muerte de las neuronas. “Este hecho apunta a la existencia de alteraciones en los lisosomas, que podrían compararse con el ‘aparato digestivo’ de la célula”, explica la investigadora Pilar Rivero.
Los científicos analizan los mecanismos mediante los cuales LRRK2, principal determinante genético del Parkinson, provoca dicha enfermedad al afectar a los canales de calcio que se encuentran en el lisosoma, impidiendo que este realice su función de eliminación de los desechos que finalmente provocan la muerte celular. Conocer los mecanismos responsables de la enfermedad es el primer paso para el desarrollo de fármacos eficaces para tratarla.
“Los tratamientos frente al Parkinson de los que disponemos en la actualidad presentan el problema de que se limitan a aliviar los síntomas, pero no atacan a la causa y por tanto no curan. De ahí la importancia de conocer cuáles son los procesos que están afectados en la célula, lo que permitirá desarrollar fármacos que corrijan esos procesos y realmente curen la enfermedad en lugar de simplemente atacar los síntomas. Por lo tanto, la investigación que llevamos a cabo en el laboratorio sería un primer paso para el desarrollo de fármacos frente al Parkinson”, detalla Pilar Rivero.
La acumulación en las neuronas de desechos celulares, los llamados cuerpos de Lewy, es uno de los rasgos característicos de la enfermedad de Parkinson. Pilar Rivero explica que “el desarrollo de fármacos que regulen la actividad de estos canales de calcio que se encuentran alterados en el Parkinson podría corregir el mal funcionamiento del lisosoma y combatir la patología”. En definitiva, se atacarían las causas del Parkinson y no simplemente sus síntomas.
Sin embargo, la responsable de la investigación, Pilar Rivero, alerta de la complejidad del proceso de creación de nuevos fármacos: “Solo un 1% de los fármacos de nueva creación superan los controles de eficacia, seguridad en laboratorio y los ensayos clínicos. Puede pasar una década desde el desarrollo del fármaco hasta que está disponible para las personas que lo necesitan”.