La gran mayoría de los archivos históricos españoles guardan entre sus fondos documentos encriptados que no han sido descifrados hasta la fecha. Este es el caso del Archivo Histórico Provincial de Málaga y de más de una decena de telegramas fechados en la década de los 40, utilizados en las comunicaciones entre la Dirección General de Seguridad, en Madrid, y el Gobierno Civil de Málaga.
“A pesar del mal estado de conservación con que fueron incorporados al Archivo, se observa con claridad en alguno de ellos que fueron encriptados utilizando el mismo cifrador, identificado como Clave PILAR”, explica el doctor Alberto Peinado, investigador del grupo Procesamiento de Señales Biomédicas, Sistemas Inteligentes y Seguridad en Comunicaciones (BIOSIP), y coordinador del Laboratorio de Criptografía de la Universidad de Málaga. Esta codificación, de la que no había constancia en los registros actuales de este tipo de sistemas, pertenece a los denominados de “cinta móvil”, un método propuesto por el Gobierno de España a finales del siglo XIX para toda la Administración y que estuvo en uso alrededor de 50 años.
En esta técnica, que asigna números de dos cifras a cada letra del alfabeto, se utilizaban generalmente dos cintas, una fija y otra móvil, sobre una tabla que contenía todos estos números. La cinta fija tenía únicamente la misión de servir de referencia para indicar la posición en la que se colocaba la cinta móvil. Por su parte, la cinta móvil, era la que determinaba la asignación de estos números (homófonos) a cada una de las letras del alfabeto, de manera que una vez colocada en su posición definitiva, los homófonos aplicados en la encriptación de un carácter son los relacionados en la columna de la tabla en la que se ha colocado esa misma letra.
El texto cifrado se encuentra distribuido en catorce documentos que constituyen un total de ocho mensajes en formato telegrama. En concreto, corresponden a correos remitidos en nombre del director general de Seguridad, José Finat y Escrivá de Romaní, y tratan de contenidos diversos, como un aviso sobre el posible reparto y fijación en fachadas de octavillas de Alianza Democrática Española, las instrucciones para realizar la correspondiente vigilancia en calles y correos con el objetivo de detener a los responsables, o la prohibición de que los extranjeros introduzcan en España cualquier tipo de prensa.
Junto al descifrado de los mensajes, el objetivo principal del trabajo ha sido la reconstrucción de la tabla de homófonos y de las cintas fija y móvil. “En este caso, el equipo desarrolló un método que nos ha permitido reconstruir simultáneamente la cinta móvil y la tabla de homófonos, así como una reconstrucción parcial de la cinta fija a partir de diversos telegramas cifrados”, señala Peinado. De hecho, el estudio de los documentos ha permitido a los expertos generar 12 tablas de homófonos distintas, junto con sus cintas móviles correspondientes; lo que de futuro permitirá descifrar cualquier mensaje codificado con la Clave PILAR.
Durante el mes de junio el Archivo Histórico Provincial de Málaga expondrá los 14 telegramas junto a la reconstrucción del sistema de encriptado. En el acto de presentación del ‘Documento del mes’, celebrado esta mañana en el lugar de la exposición, Alberto Peinado ha valorado como positiva la experiencia en términos de conservación del patrimonio histórico documental, pero también por la obtención de la Clave PILAR. “De ahora en adelante, si se rescatan telegramas similares será mucho más sencillo su descifrado”, ha señalado el investigador, que ha anunciado además la colaboración de futuro con el Archivo en labores de criptografía. Asimismo, la delegada de Cultural de la Junta de Andalucía, Monsalud Bautista ha puesto de relieve la “excelente labor de investigación” llevada a cabo por el Laboratorio que lidera el doctor Peinado, así como la importancia de los Archivos Históricos como conservadores del patrimonio documental.
El trabajo ha contado con la financiación del Campus de Excelencia Internacional Andalucía Tech y el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, la Agencia Estatal de Investigación y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional a través del proyecto COPCIS.