El Grupo de Investigación de Visión y Color de la Universidad de Alicante ha desarrollado un novedoso procedimiento para obtener nanopigmentos híbridos naturales capaces de conferir las mejores propiedades ópticas, térmicas y mecánicas a los materiales compuestos en los que se apliquen. Con estos nuevos nanopigmentos se puede controlar perfectamente distintos parámetros tales como la cantidad de colorante adsorbido, la temperatura de degradación del colorante o del material compuesto final, la resistencia a la flexión y a la degradación por luz ultravioleta, así como la transparencia y el poder de coloración, entre otras propiedades.
Para ello, los expertos utilizan nanoarcillas completamente naturales e inocuas para la salud humana, como la montmorillonita utilizada en cosméticos o la hidrotalcita empleada en medicamentos como captador de ácido del estómago, que se obtienen a partir de minerales. “En función de la propiedad del material que se pretende reforzar se seleccionan tanto nanoarcillas como los aditivos más adecuados para su síntesis así como el orden de incorporación”, explican los investigadores de la UA Bàrbara Micó y Francisco M. Martínez-Verdú.
La innovación, ya patentada, presenta una revolución para distintos sectores industriales ya que permite obtener materiales con altas propiedades y resistencia a agentes físicos como la radiación solar, temperatura, frotado en prendas, etc. Asimismo, consigue una reducción de costes al tratarse de un proceso de síntesis (mezcla) que se realiza a temperatura ambiente con básicamente dos ingredientes: un colorante y una nanoarcilla, ambos naturales.
En este sentido, los nanopigmentos obtenidos son capaces de proporcionar una mayor resistencia óptica, térmica y mecánica en multitud de productos tales como tintas de impresión, pinturas, coloración de bioplásticos funcionales mediante impresión 3D para interior de coches, fibras sintéticas o naturales, cerámicas, papel, juguetes, calzado, cosméticos, envases de alimentos… o para materiales relacionados con el sector de la construcción, textil, madera y mueble o piedra y mármol.
“Estos nanopigmentos consiguen, por ejemplo, una mayor resistencia del color de muebles o materiales de construcción ubicados en zonas de exterior expuestos directamente a luz natural”, explica Micó. En el caso de cosméticos como maquillaje o pintalabios, “además de más durabilidad se puede ampliar la gama de colores disponible si se mezclan con otros pigmentos”, destaca Martínez-Verdú.